España fue el segundo país de los 27 de la Unión Europea (UE) que más solicitudes de asilo nuevas recibió en 2024, alcanzando un máximo histórico de 164 010 aplicaciones, según los datos publicados por Eurostat y el análisis de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) publicado en mayo.
Alemania recibió 229 695 solicitudes, concentrando el 25 % de un total de 912 000 y España repitió su segundo puesto como en 2023, logrando el 18 %. Italia quedó en el tercero al recibir 151 000 solicitudes, y Francia en el cuarto con 130 000.
La distribución en el reparto de los 27 países es bastante desigual. En Europa Central y el Este, Hungría, Eslovaquia y Lituania apenas han recibido 25, 135 y 209 solicitudes respectivamente.
«Este desequilibrio histórico se ha consolidado, alimentando el debate sobre la solidaridad y el reparto de responsabilidades en la UE», dice el informe de Funcas.
España aumentó progresivamente el número de inmigrantes solicitantes de protección y desde el 2019 se sitúa entre el segundo y tercer puesto en Europa de forma estable. El perfil de sus solicitudes es muy distinto al del resto de Europa, gracias a una fuerte concentración de hispanoamericanos, en especial de Venezuela (40 % de las solicitudes en España), Colombia (24 %) y, en menor medida, Perú (6 %).
En 2024, 65 000 solicitudes de venezolanos y 40 000 de colombianos representaron el 90 % y el 79 %, respectivamente, del total de solicitudes de estas nacionalidades en la UE, según Funcas. A las solicitudes de venezolanos, España respondió otorgando 32 786 protecciones especiales por razones humanitarias.
Más allá de los solicitantes de refugio vinculados a lazos lingüísticos, culturales e históricos con Hispanoamérica, España también se consolidó el año pasado como un destino clave para solicitantes de asilo de algunos países de África Occidental. Destacan los casos de Mali (6 %) y Senegal (5 %) cuyas cifras se multiplicaron en 2024 un 8,5 y 3,5, respectivamente con respecto al 2023.

Más de 5,5 millones de solicitantes de protección internacional y desplazados en el Sahel central, África, están buscando una alternativa para sus vidas. Muchos de ellos buscan migrar hacia Europa, y España está entre los países de primera fila para la entrada de migrantes provenientes de África.
España recibió más de 63 427 inmigrantes irregulares en 2024, en su mayoría provenientes de África o que se embarcaron desde África. El país recibió 10 673 solicitudes de ciudadanos de Mali y aceptó 9358. Fue la cifra más alta de estatutos de asilo o protección subsidiaria otorgados a ciudadanos de un mismo país en el año. También recibió 7708 solicitudes de Senegal, pero en su mayoría fueron denegadas. Tras una denegación, el solicitante tiene derecho a recibir asesoría legal y apelar.
Chad, Niger, Mauritania, Mali y Burkina Faso comparten un territorio africano que hoy cuenta con 2 094 000 solicitantes de refugio de países vecinos y más de 3 169 000 personas desplazadas en su interior, según los datos más recientes compartidos por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
La llegada de inmigrantes de Mali y Senegal puede deberse a «un conflicto cada vez más intenso» que incluso «podría marcar un cambio y apuntar a que España desempeñe un papel más relevante ante potenciales crisis en África Occidental», según Funcas.
ACNUR atribuye los desplazamientos de Mali a situaciones de inseguridad por violencia entre sus propias comunidades o por conflictos armados. El 31 de enero Mali registraba 135 851 solicitantes de refugio, que también están a la espera de una situación mejor.

Por su parte, Alemania sigue siendo el principal destino para personas que huyen de zonas de conflicto, sobre todo de Siria, Afganistán y Turquía. El segundo destino más común para sirios y afganos fue Grecia, mientras que, en el caso de los turcos, el segundo país de destino fue Francia, que además recibió más de la mitad (53 %) de las solicitudes de ucranianos.
Italia, en cambio, se ha convertido en el principal destino para los solicitantes de Bangladesh. También es el país que recibe más solicitudes de peruanos, con un 58 % de las solicitudes de esa nacionalidad, situándose por encima de España.
Entradas de imigrantes irregulares
Las entradas de inmigrantes irregulares por las fronteras del sur de la UE han fluctuado en la última década en función de los cambios geopolíticos, el refuerzo de controles y la reorganización de las redes de tráfico de personas, sin embargo, en algunos casos como en Italia, las acciones fueron clave para frenar los flujos. Las entradas irregulares se redujeron desde el máximo de 157 652 en 2023 a 66 617 el año pasado.
En contraste con la caída de las llegadas por esa vía, aumentaron las entradas por la ruta atlántica occidental, en particular a través de Canarias. Así, España en 2024 (63 400) casi duplica el alza registrada en 2006, cuando se produjo la llamada «crisis de los cayucos» y se produjeron más de 39 100 llegadas por mar.
«En un contexto cada vez más inestable, esta dinámica sugiere que España ha dejado de ser una ruta periférica y se ha convertido en un actor central en la geografía de entradas irregulares a Europa», dicen los autores de Funcas.
Asilo y protección subsidiaria
España reconoce el asilo y la protección subsidiaria que otorga la Constitución Española, como la protección dispensada a los nacionales no comunitarios o a los apátridas a quienes se reconozca la condición de Refugiado.
Por una parte, la condición de refugiado se reconoce a toda persona que, debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y a causa de dichos temores, no puede o no quiere regresar a otro país.
El derecho a la protección subsidiaria se da a las personas de otros países y a los apátridas que no reúnen los requisitos para obtener el asilo o ser reconocidas como refugiadas, pero tienen motivos fundados para creer que si regresasen a su país de origen o, al de su anterior residencia habitual en el caso de los apátridas, se enfrentarían a un riesgo real de sufrir alguno de los daños graves previstos.
Protección internacional
También está el caso de amparo concedido con la protección internacional, un término que engloba tanto el derecho de asilo como la protección subsidiaria, que consiste en la no devolución ni expulsión de las personas que entran, así como en la adopción de las medidas contempladas para ellos en la normativa española, la de la Unión Europea y en los Convenios internacionales ratificados por España.
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