Esta es la segunda parte de «La sabiduría de los órganos de nuestro cuerpo».
La medicina tradicional china considera los cinco órganos del cuerpo algo más que estructuras fisiológicas: los entiende como sistemas interconectados vinculados a la mente. Además, cada órgano se asocia a una emoción específica: alegría, preocupación, pena, ira o miedo.
En la dinastía Yuan, hacia el siglo XIV, un médico llamado Zhu Zhenheng (1282-1358) se enfrentó a un caso desconcertante. Una joven, postrada en cama durante seis meses, había perdido el apetito y ningún médico conseguía reanimarla. Tras tomarle el pulso con cuidado, Zhu atribuyó la dolencia a un mal de amores: su prometido llevaba cinco años ausente, sin noticias de su regreso, y ella no dejaba de pensar en él.
Zhu, conocido por combinar su experiencia médica con una notable perspicacia psicológica, ideó un plan poco convencional. Dijo al padre de la joven: «Esta enfermedad necesita un impacto de ira para sanar». Entró en la habitación y la reprendió con dureza: «Eres una mujer soltera, ¡y aun así anhelas a un hombre!». Herida por sus palabras, la joven rompió a llorar y liberó las emociones contenidas. Según el relato, tras aquella sacudida emocional recuperó el apetito: volvió a tener hambre.
Esta historia quedó documentada en un conocido libro de Medicina Tradicional China (MTC), «Registros de casos médicos».
Desde la perspectiva de la MTC, el bazo regula la digestión y, en el plano mental, se vincula con el pensamiento. En ese marco, la preocupación persistente de la joven por su prometido habría debilitado el bazo y, en consecuencia, le habría hecho perder el apetito.
El bazo: más que un órgano, un sistema
El concepto oriental del «bazo» difiere del de la medicina occidental, en la que el bazo es un órgano situado en la parte superior izquierda del abdomen y responsable, sobre todo, de cuatro funciones: producción de sangre en el desarrollo embrionario, almacenamiento de sangre, filtración de células y bacterias envejecidas y apoyo a la defensa inmunitaria.
En cambio, la Medicina Tradicional China (MTC) entiende el «bazo» no solo como un órgano físico, sino como un sistema funcional integral.
Mientras que la medicina moderna define los órganos de forma concreta, la medicina tradicional concibe el cuerpo humano de manera más flexible: como un conjunto holístico e interconectado, y no como partes aisladas.
El doctor Lai Kok, practicante certificado de MTC en Hong Kong, declaró a The Epoch Times que el bazo regula diversos órganos abdominales, como el estómago, el páncreas, el intestino delgado y el intestino grueso. El bazo también recibe el nombre de «fundamento de la existencia postnatal», lo que significa que, tras el nacimiento, el crecimiento y las actividades de la vida diaria dependen en gran medida de su funcionamiento.
Las principales funciones físicas del bazo incluyen:
Transformación y transporte: gestión de la digestión y de la absorción de alimentos y líquidos.
Regulación sanguínea: aporte de nutrientes para la producción de sangre y prevención de pérdidas excesivas.
En el plano mental, el bazo se asocia con el pensamiento y los procesos cognitivos. Según esta visión, una función esplénica sólida se relaciona con ideas claras.
La investigación moderna también describe la conexión entre el sistema digestivo y el cerebro mediante una compleja red de comunicación bidireccional. Un estudio exhaustivo sugiere que la microbiota intestinal guarda una estrecha relación con las funciones cognitivas y que su modulación puede mejorar el rendimiento mental.
El elemento tierra y el equilibrio emocional
En la Medicina Tradicional China, el bazo se asocia al elemento «tierra» dentro del marco de los Cinco Elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua. Como un suelo fértil que da cosechas abundantes, su función principal es transformar y transportar los nutrientes de los alimentos y los líquidos y aportar al cuerpo nutrición esencial.

En el artículo anterior de esta serie, analizamos cómo un elemento —vinculado a un órgano y a una emoción— puede influir en otro. Los Cinco Elementos se relacionan mediante ciclos de generación y control. El hígado, asociado al elemento madera y a la emoción de la ira, ejerce control sobre el bazo (tierra). Por ello, una ira intensa y breve puede contrarrestar la rumiación mental excesiva.
En la historia, al provocar la ira, Zhu desencadenó una liberación emocional que rompió el bloqueo mental y físico de la joven. Su llanto despejó el estancamiento mental, le dejó una sensación de mayor ligereza y, según el relato, revitalizó la energía del bazo, restauró el apetito y la encaminó hacia la recuperación.
Para aliviar la preocupación que, según esta interpretación, le había dañado el bazo, Zhu le dijo que el prometido había enviado una carta en la que anunciaba un regreso inminente. La noticia le levantó el ánimo y su salud empezó a mejorar con rapidez. Tres meses después, cuando el prometido regresó, la joven se había restablecido por completo.
Cómo valorar la salud del bazo
La medicina tradicional china tiene un dicho: «Lo que existe en el interior debe manifestarse en el exterior», es decir, que el estado de salud interno se refleja en la apariencia física.
Según esta visión, un bazo sano se asocia con una tez sonrosada, labios brillantes y músculos firmes. Por el contrario, un bazo debilitado puede relacionarse con una tez cetrina o apagada, labios pálidos o agrietados, mal aliento, diarrea o heces irregulares y babeo durante el sueño.
La sabiduría de los órganos de nuestro cuerpo

Cómo nutrir el bazo
Los Cinco Elementos también relacionan los cinco órganos con los ciclos estacionales. Mientras que los calendarios convencionales dividen el año en cuatro estaciones, la MTC reconoce cinco: primavera, verano, finales de verano, otoño e invierno. El final del verano, que suele situarse en torno a agosto, se caracteriza por condiciones cálidas y húmedas y se asocia al bazo. Durante este periodo, la energía asociada al bazo se considera en su nivel más alto, pero también es más vulnerable. El calor y la humedad excesivos pueden favorecer el consumo de bebidas frías, lo que a menudo debilita el bazo y el estómago y provoca problemas digestivos y otros síntomas.
Li Yingda, practicante de medicina tradicional china en la Clínica de Medicina Tradicional China Cihang, en Taiwán, recomienda la fórmula clásica conocida como Sopa de Cuatro Hierbas (sopa Si Shen) para favorecer la salud general. Este remedio fortalece el bazo y se considera especialmente útil en personas con digestión débil o baja inmunidad.
La Sopa de Cuatro Hierbas se compone de cuatro ingredientes de terapia alimentaria con valor medicinal y nutricional: ñame chino (Huai Shan), semillas de loto, nueces de Gordon (Qian Shi) y hongo poria (Fu Ling). Los cuatro se consideran de naturaleza neutra y sabor dulce, y se asocian al refuerzo del bazo.
Según diversos estudios, los carbohidratos complejos presentes en el hongo poria pueden mejorar la diarrea asociada a antibióticos mediante la modulación de la microbiota intestinal y la mejora de la barrera mucosa intestinal, además de favorecer la regulación inmunitaria y metabólica. Otro estudio observó que los polisacáridos del ñame chino tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a proteger el intestino.
Una variante habitual incluye la adición de semillas de coix (lágrimas de Job o Yi Ren) para favorecer la reducción del exceso de líquidos en el organismo. Li explicó que el consumo frecuente de bebidas frías para combatir el calor puede hacer que el cuerpo acumule una humedad difícil de eliminar, lo que supone una carga adicional para el bazo y el estómago. La medicina tradicional china denomina a ese cuadro acumulación de humedad interna y lo vincula estrechamente con la función del bazo.

Sopa de cuatro hierbas
Ingredientes:
30 gramos de ñame chino seco (Huai Shan)
60 gramos de semillas de loto
60 gramos de nuez de Gordon (Qian Shi)
25 gramos de hongo poria
30 gramos de semillas de coix
Preparación:
Enjuague los ingredientes y remójelos en agua durante 20 minutos.
Coloque los ingredientes en una olla con 1500 mililitros de agua.
Lleve el agua a ebullición a fuego alto y, después, cocine a fuego lento durante aproximadamente una hora, hasta que los ingredientes queden suaves y tiernos.
Precauciones:
Las semillas de coix tienen un ligero efecto diurético y no se recomiendan en personas con tendencia al frío o debilidad, micción frecuente o heces blandas crónicas.
Las mujeres embarazadas deben consultar a un profesional cualificado de medicina tradicional china antes de usar esta fórmula.
Es importante consumir la sopa caliente. Las versiones frías o heladas pueden contrarrestar su efecto de refuerzo del bazo.
Esta sopa es un tónico suave de apoyo y no sustituye el tratamiento médico. Si persisten síntomas como hinchazón, diarrea o fatiga, consulte a un médico o a un profesional de medicina tradicional china.
Además, el bazo también se asocia al color amarillo. Para nutrirlo, incorpore alimentos amarillos y naturalmente dulces, en especial cereales integrales y tubérculos.
Granos integrales y tubérculos: arroz integral, avena, mijo, maíz, cebada, calabaza y batata amarilla.
Según el «Compendio de suplementos de materia médica» (Bencao Gangmu), un texto médico enciclopédico de Medicina Tradicional China recopilado por Li Shizhen durante la dinastía Ming, la batata puede «calentar el estómago y nutrir los cinco órganos». En este contexto, se interpreta como una mejora de la circulación sanguínea en el tracto digestivo, un impulso de la digestión y la nutrición de diversos órganos. Se considera un buen alimento básico para quienes presentan deficiencia de bazo. Estudios modernos apuntan a efectos antiinflamatorios, de protección intestinal y de modulación de la microbiota.
Legumbres amarillas y frutos secos: piña, mango y papaya, asociadas al refuerzo de la función del bazo y el estómago y al apoyo de la digestión.
En este enfoque, un bazo robusto se considera responsable de una amplia gama de actividades físicas y mentales, y su cuidado reafirma el principio de la Medicina Tradicional China de que mente y cuerpo están inseparablemente conectados, como ilustra el caso de Zhu.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «How Over Thinking Can Make You Ill»



