Hace casi dos años, Alemania abandonó la energía nuclear. El motivo principal fueron las dudas sobre la seguridad de esta tecnología. Se temía un accidente nuclear grave, una fusión del núcleo con la consiguiente contaminación radiactiva incontrolable y a gran escala.
Era el miedo a que se repitiera un suceso como el ocurrido en 1986, cuando en la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, se produjo el accidente nuclear más mortífero de la historia del uso pacífico de la energía nuclear. Murieron numerosas personas. En Alemania, varios políticos calificaron a menudo la energía nuclear como una «tecnología de alto riesgo».
Reactores RBMK-1000
Lo que muchos no saben es que el accidente nuclear de Chernóbil no se produjo de la noche a la mañana. A diferencia de las últimas centrales nucleares alemanas y otras centrales modernas, los reactores de la central de Chernóbil presentaban varias desventajas que contribuyeron a la catástrofe.
En aquel entonces, la central nuclear de Chernóbil utilizaba cuatro reactores RBMK-1000 para generar energía. Se trata de los denominados reactores de agua en ebullición con tubos de presión moderados por grafito, desarrollados en la URSS. Según el portal «Kerntechnik Deutschland», estos no disponían de una cubierta resistente a la presión y estanca al gas que rodease el edificio del reactor. La mayoría de los demás diseños de reactores y prácticamente todas las instalaciones nuevas cuentan con una cubierta protectora de este tipo.
A esto se sumaban importantes deficiencias en los dispositivos de seguridad y los sistemas de refrigeración de emergencia. Estas deficiencias se conocían desde mucho antes del accidente y no se subsanaron. En 2011, deficiencias similares en la seguridad de la construcción provocaron la catástrofe nuclear de Fukushima, en Japón. También en este caso, las deficiencias eran conocidas de antemano.
Además, la fusión del núcleo en Chernóbil no se produjo durante el funcionamiento normal, sino durante una prueba. Los operadores querían averiguar si la masa inercial de la turbina era suficiente para suministrar electricidad durante el tiempo necesario en caso de un corte de corriente, hasta que los generadores de emergencia funcionaran de forma estable. Sin embargo, poco después del inicio de la prueba se produjeron dos explosiones con expulsión de material.

Varias causas del accidente
La catástrofe se produjo en la noche del 25 al 26 de abril de 1986. La prueba mencionada anteriormente debía realizarse en el bloque 4. Un año antes, los operadores ya habían realizado una prueba similar en el bloque 3. Sin embargo, la tensión del generador cayó demasiado rápido, por lo que se decidió repetir la prueba con un regulador de tensión más potente.
El primer gran error fue realizar la prueba con el reactor en funcionamiento. Con ello, los operadores querían asegurarse de poder repetir la prueba inmediatamente en caso de fallo. Sin embargo, este procedimiento infringía las normas de funcionamiento.
No obstante, este procedimiento por sí solo no habría provocado el accidente nuclear. La desgracia se debió también a las condiciones físicas y técnicas de seguridad desfavorables de la central, así como a errores de manejo. A ello se sumó que, debido a un retraso en la prueba, esta se trasladó al siguiente turno, con otro personal. Al parecer, el nuevo personal no había recibido instrucciones sobre la prueba.
El desarrollo de la catástrofe
Viernes, 25 de abril de 1986, 01:00 h:
En el marco de un mantenimiento programado, y con fines de prueba, los operadores de la central reducen sistemáticamente la potencia del reactor del bloque 4. Hasta ese momento, la central funcionaba a pleno rendimiento, es decir, con una potencia térmica (MWt) del 100 %, lo que equivale a 3200 megavatios. La potencia eléctrica bruta del reactor 4 era de 1000 megavatios (MW).
13:05: La potencia de la central alcanza aproximadamente el 50 %. Además, los operadores desconectan una de las dos turbinas asignadas al reactor 4.
14:00: Los operadores aíslan el sistema de refrigeración de emergencia según lo previsto. Mientras tanto, la empresa suministradora de la capital, Kiev, situada a unos 130 kilómetros de distancia, exige que se mantenga en funcionamiento el reactor 4 debido al aumento del consumo de electricidad en la red. Hasta última hora de la tarde, la potencia se mantiene en el 50 %, sin descender más.
Mientras tanto, se produce el segundo error: el personal de la central olvida volver a activar los sistemas de refrigeración de emergencia.
23:10 El consumo de electricidad disminuye, lo que permite reducir aún más la potencia de la central. Los operadores quieren reducirla hasta un 25 %, es decir, unos 800 MWt.
Sábado, 26 de abril de 1986, 00:28 horas:
Durante la reducción de potencia se produjo un fallo en el sistema de regulación o un error humano. Esto provocó que la potencia del reactor cayera a solo 30 MWt, es decir, por debajo del 1 % de la potencia de la central. Normalmente, la potencia nunca debe descender por debajo del 20 %. Los operadores deberían haber interrumpido inmediatamente la prueba en ese momento y apagado el reactor.
A nivel químico, la caída de potencia en el reactor provocó la formación de una cantidad desproporcionada de xenón, también conocido como sumidero de xenón. En la tecnología nuclear se aplica la siguiente regla: nunca se debe volver a poner en marcha directamente un reactor contaminado con xenón, ya que es altamente inestable.
Los operadores ignoraron esta regla elemental y cometieron el siguiente error: decidieron volver a aumentar la potencia para realizar la prueba. Posiblemente para cumplir con las expectativas previstas y poder presentar resultados.
Así, sacaron las barras de control —más de lo permitido para un funcionamiento seguro— y aumentaron la potencia térmica del reactor hasta alrededor del 7 %. Esto sigue estando muy por debajo de la potencia térmica mínima requerida.
00:43 h: Quedan unos 40 minutos para el inicio de la prueba. Los operadores desactivan una señal importante. Esta apagó automáticamente el reactor en las condiciones existentes al inicio de la prueba. El objetivo era garantizar que la prueba pudiera repetirse inmediatamente en caso de que el primer intento fallara.
01:00 h: En este momento, la potencia térmica del reactor se ha estabilizado en torno al 7 %.
01:03 h: Según lo previsto, el operador conecta las cuatro bombas correspondientes a cada circuito de refrigeración. De este modo, los operadores siguen extendiendo las barras de control para estabilizar la potencia. Esto provoca enormes fluctuaciones en la presión y el nivel del agua en el reactor. En este momento, la central se encuentra en un estado extremadamente crítico.
El reactor tenía más de 200 barras de control. Casi todas fueron extraídas. Esto supuso una clara infracción de la normativa vigente.
01:19 h: A continuación, el operador introduce más agua en el reactor. También desactiva las señales de alarma que indican el nivel del agua y la presión, lo que habría provocado una parada de emergencia de la central. Según el manual de instrucciones, esto no estaba prohibido.
01:22 h: El operador consigue aumentar el suministro de agua hasta dos tercios del valor necesario y estabilizarlo. Sin embargo, la regulación es extremadamente difícil, ya que el sistema no fue diseñado para tal fin.
01:23:00 h: comienza la prueba.
El jefe de turno, Alexander Akimov, no quiere iniciar la prueba en este momento. Pero no llega a hacerlo. Anatoli Dyatlov, ingeniero jefe adjunto de la central nuclear, da la orden de iniciar la prueba.
Así comienza la prueba propiamente dicha. Las válvulas de cierre rápido de la turbina se cierran. La presión en la central aumenta. A continuación, se activa un grupo de barras de control automáticas. El agua se calienta, lo que provoca un aumento de la reactividad. El operador intenta compensarlo introduciendo varias barras de control.
Sin embargo, las barras de control contienen una zona de grafito en su extremo inferior. Esto les impide reducir la potencia en esa zona. Al introducirse las barras, desplazan primero el agua, lo que hace que la potencia siga aumentando hasta que las barras de control se introducen lo suficiente.
01:23:30 h: la prueba se descontrola:
Aproximadamente 30 segundos después del inicio de la prueba, la potencia del reactor sigue aumentando. El aumento de potencia parece estar ahora fuera de control, el sistema de control ya no tiene influencia alguna. Tras otros 6 segundos, el jefe de turno ordena apagar el reactor. Se acciona inmediatamente el interruptor de emergencia.
01:23:36 h: accidente nuclear grave
Poco después suenan las alarmas: la potencia térmica del reactor se dispara. Pocos segundos después, la emisión de energía se dispara durante un breve instante hasta alcanzar unos 300 000 MWt (o 300 gigavatios de potencia térmica), 300 veces la potencia nominal del reactor 4.

Más tarde, testigos presenciales que se encontraban fuera de la central en ese momento informaron de dos explosiones con expulsión de material. El yodo, el cesio, el estroncio y el plutonio se proyectaron desde el reactor a la atmósfera. También salieron disparados bloques de grafito y otras partículas de combustible del núcleo del reactor. El intervalo entre las explosiones fue de entre 2 y 3 segundos. Del edificio, que quedó muy dañado, se escaparon grandes cantidades de materiales radiactivos.
Debido a la falta de experiencia con este tipo de accidentes, los equipos de emergencia no lograron contener la fuga radiactiva del reactor hasta diez días después. En las regiones circundantes se evacuó a un total de 330 000 habitantes. Los primeros 160 000 fueron evacuados en los días siguientes y el resto, en parte, años más tarde.
Número de víctimas mortales desconocido
Es difícil determinar cuántas personas murieron a causa del accidente nuclear de Chernóbil. Esto se debe a que algunos de los efectos no se manifestaron hasta varios años después.
Además, la dosis de radiación que recibió cada persona en la región fue determinante. Las estimaciones varían mucho según la metodología utilizada. En una entrevista radiofónica, la estadística Katharina Schüller, citando al Foro de Chernóbil, del que forman parte la OIEA y la OMS, cifra en 56 el número mínimo de muertos por radiación. Entre ellos se encuentran 47 trabajadores de limpieza y 9 niños de las inmediaciones de la central nuclear. Estos últimos fallecieron de cáncer de tiroides, una posible enfermedad provocada por la radiación.
Según la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), el Foro de Chernóbil, un grupo de trabajo internacional, cifró en 2005 el número de víctimas mortales de Chernóbil en 4000.
El experto de Greenpeace Thomas Breuer informó al año siguiente de que en Bielorrusia, Ucrania y Rusia se habían registrado 270 000 casos adicionales de cáncer, de los cuales se prevé que 93 000 serían mortales. Para ello se basó en estudios de la Academia Rusa de Ciencias.
La estimación más alta sobre las muertes por radiación fue presentada por Alexei Yablokov, de la Academia Rusa de Ciencias, en 2011 en Berlín. Según sus cálculos, la catástrofe del reactor se cobró la vida de 1,44 millones de personas. Se estima que muchas personas murieron en los 25 años posteriores al accidente nuclear por enfermedades derivadas de la alta radiación.
«No hay estadísticas oficiales»
En el marco de la misma conferencia, Sebastian Pflugbeil, presidente de la Sociedad Alemana de Protección Radiológica, declaró:
«No hay estadísticas oficiales. Ese es el problema. Las autoridades oficiales tampoco tienen interés en elaborarlas. Y las autoridades internacionales tampoco tienen ningún interés en determinar esas cifras. Por lo tanto, hay que recurrir a construcciones auxiliares para poder hacer tales estimaciones».
Sin embargo, en los círculos científicos sigue siendo controvertido el alcance real de los daños para la salud causados por la catástrofe del reactor de Chernóbil. Una de las razones es que, según los cálculos en los que se basa, el tráfico aéreo debería causar entre 5000 y 10 000 muertes por radiación al año debido a la mayor intensidad de la radiación a la altitud de vuelo.
Dos décadas después del accidente, el Comité Científico de la ONU llegó a la conclusión de que «no hay pruebas de efectos graves para la salud pública que puedan atribuirse a la exposición a la radiación».
Riesgo residual y oportunidades de la energía nuclear
El desarrollo de la catástrofe y las condiciones previas del diseño del reactor utilizado llevan a la conclusión de que se dieron varias circunstancias desafortunadas y se tomaron decisiones erróneas. Sin embargo, los ingenieros y expertos han aprendido mucho de la catástrofe.
Hoy en día, numerosos Estados y científicos ven más el gran potencial que el riesgo de la energía nuclear. Así lo afirmó recientemente el antiguo responsable de protección radiológica Dieter Böhme: «Las centrales nucleares que funcionaban en Alemania eran reactores de agua en ebullición y reactores de agua a presión. Con estos reactores no habría podido producirse un accidente como el de Chernóbil. Alemania tenía las centrales nucleares más seguras del mundo».
Algo similar afirmó Manfred Haferburg, que fue director de una central nuclear alemana.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Ist die deutsche Angst vor Atomkraft berechtigt? Wie es zu Tschernobyl kam»
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