«Estas catástrofes levantan lo mejor de cada persona»: Vecinos en León se unen ante la ferocidad de los incendios

Por César Munera
3 de septiembre de 2025 12:18 Actualizado: 3 de septiembre de 2025 15:43

Boca de Huérgano, un municipio rodeado por la riqueza natural de Tierras de la Reina, se encuentra entre los 46 municipios que hasta ahora han resultado afectados por los incendios en la provincia de León. No obstante, el corazón de los vecinos y habitantes ha sido abrazado por la solidaridad y la resiliencia; juntos están pavimentando el camino para superar la emergencia.

Sergio Guerrero Sánchez, un vecino del municipio de Riaño, se encuentra entre los voluntarios que han trabajado de manera incansable para ofrecer ayuda a los afectados por los incendios que se produjeron en las localidades de Portilla de la Reina y Barniedo de la Reina.

En entrevista con Epoch Times España, Sergio contó que a las cuatro de la madrugada del jueves 14 de agosto fue con un amigo a ver el fuego y dijo que esa fue su primera noción de los incendios. Más tarde en la mañana recibió una llamada en la que le avisaban de que no podía salir de casa y que no podía asistir a su trabajo.

Barniedo de la Reina, Portilla de la Reina, Llánaves de la Reina, Espejos de la Reina y Valverde de la Sierra son los pueblos de Boca de Huérgano donde las llamas se han avivado con mayor intensidad y poder destructivo. En Portilla de la Reina se ha quemado el 99 % del territorio, según el alcalde, Oscar Fernández.

Bomberos voluntarios de León ayudan a apagar un incendio en el pueblo de Espejos de la Reina (Cortesía Sergio Guerrero)

Los incendios se desataron durante la noche en una zona montañosa escarpada de difícil acceso para los guardas forestales. Según el alcalde, en sitios así, durante la noche, los incendios no arden con tanta intensidad debido a las bajas temperaturas y al incremento de la humedad, por lo que las primeras intervenciones ocurrieron en la mañana.

Además, había muchos incendios en la zona de León, lo que provocó un retraso en las operaciones por la falta de medios aéreos. Tal situación provocó un incremento anormal de las llamas, y a la una de la tarde había vientos de 40 km/h con una temperatura de 36 grados, que es muy inusual en la zona, según la alcaldía.

Sergio nunca había vivido tal panorama. Si bien dijo que en la zona ya habían ocurrido incendios, nunca fue algo de tal magnitud. «La verdad es que al principio estás un poco como en shock. Lo primero que ves es que se está quemando tu oficina, tu trabajo, porque nosotros vivimos de la naturaleza».

Actualmente, 25 000 hectáreas han sido consumidas por los fuegos en Boca de Huérgano, afectando principalmente al sector de la ganadería y el turismo. Según la alcaldía, económicamente hay una brecha importante como resultado de la pérdida de pastos, ganado y el cierre de carreteras que, junto con la alarma social, ralentizará la recuperación hasta que pasen al menos dos meses.

Ubuntu Aventura es el nombre de la empresa de Sergio, la cual saca provecho del embalse de Riaño, así como de la naturaleza propia del parque nacional de los Picos de Europa, para ofertar actividades como kayak, hidropedales, barcos de alquiler, trekking (senderismo) y ecoturismo.

Rutas de Kayak y alquiler en el pantano de Riaño (Cortesía: Sergio Guerrero)

Sergio contó que se dirigió con un colega de su empresa en una furgoneta hasta la localidad de Portilla de la Reina y estuvieron allí principalmente con la gente del pueblo.

«Vimos que había mucho caos, estaba el fuego al lado de la carretera. Entonces, nada, intentamos hacer algo. Fuimos al supermercado para hacer una compra y preparar bocadillos, llevar agua».

«Tú, obviamente, no estás preparado para parar el fuego, pero lo que puedes hacer es intentar ayudar a la gente en lo que se pueda. Lo que puedes intentar hacer es ayudar primero. Muchas veces comienzas por animar a la gente, luego llevar agua y bocadillos».

Señaló que la primera respuesta a la emergencia nace de forma natural y lo primero que se hace es actuar de la mejor manera posible por cuenta propia y al final se termina haciendo un poco de todo. «Cuando hay una catástrofe y la vives en primera [persona] no sabes ni qué hacer», recordó Sergio.

Continuó el relato diciendo que se dirigieron al puesto de mando para intentar hablar con la jefatura de incendios y contactar con las autoridades y dijo que allí siempre los dejaron estar.

Puesto de mando Boca de Huérgano (Cortesía: Sergio Guerrero)

«La primera acción que hicimos fue hacer bocadillos y llevar agua hasta el puesto de mando. Los dejamos allí, dejamos el agua. Dimos bocadillos a los brigadistas, a los que trabajan contra incendios, a nuestra Guardia Civil, lo que hiciera falta porque al principio todo es un caos, lógicamente».

En cuanto a la organización de la comunidad para la atención de la emergencia, Sergio señaló que las autoridades no tienen una buena gestión del voluntariado, por lo que la ayuda que se ofrece por lo general es improvisada. 

«Unos hacen bocadillos, otros ofrecen su casa. Lo que puedas o lo que te pida cada momento. Dejas una motosierra o puedes desbrozar el pasto. Al principio no se racionan tanto los recursos, pero luego vas viendo que hay estas necesidades», dijo.

También explicó que los incendios avanzan en un sentido, desde los pueblos que se encuentran a mayor altura y luego el fuego continúa su recorrido hacia los pueblos de abajo y de esa manera los habitantes van trabajando para contenerlo.

Ante el avance del fuego y frente a la amenaza de ver arder sus casas se realizaron cortafuegos de manera controlada con la ayuda y supervisión de las autoridades, afirmó.

El bombero cabo adscrito al Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, Juan Pablo García Vicente,  explicó que para realizar un cortafuegos hay que tener en cuenta las características de la zona donde se realiza, y en sitios como lo son los términos municipales de Boca de Huérgano, donde la vegetación es muy densa y muy cerrada, hay una complicación añadida.

«Un cortafuegos es algo, un elemento donde el fuego, como su nombre indica, va a llegar y se va, y va a morir y se va a cortar. Puede ser un muro, puede ser una cosa. Entonces, en el monte, ¿cómo se hacen cortafuegos? Haciendo caminos anchos», explicó.

Bomberos de León atienden los incendios en la localidad de Espejos de la Reina (cortesía: Sergio Guerrero)

Los cortafuegos fueron realizados con ayuda de los zapadores del Ejército de Tierra que emplearon buldócers con orugas capaces de entrar en sitios de difícil acceso para construir zanjas. Una vez que el fuego llega hasta esas zanjas, se extingue, indicó Juan Pablo.

Por otro lado, el personal de extinción de incendios también realizó contrafuegos, que es la realización de una quema controlada en dirección contraria a los fuegos que avanzan para que una vez se encuentren, el fuego que amenaza las poblaciones se disipe. 

Según la alcaldía, seis de los nueve pueblos de Boca de Huérgano fueron desalojados, y las personas que iban saliendo se intentaban reubicar en casas de familiares en pueblos cercanos que no estuvieran desalojados. También, personas que estaban en el lugar de vacaciones se reubicaron en el pabellón municipal de Boca de Huérgano, y otros regresaron a sus ciudades.

Además, todos los pueblos se volcaron en la ayuda proporcionando alimentos, y muchos de sus habitantes colaboraron en la extinción de los fuegos junto al personal de los servicios de extinción de incendios, lo cual contribuyó, en gran medida, a que no se generaran pérdidas humanas y se redujeran los daños materiales.

En Barniedo de la Reina, la gente se movilizó con ayuda de los cuerpos de extinción de incendios y se pusieron a trabajar con desbrozadoras, remolques, tractores y motosierras para hacer un cortafuegos que perimetrara el pueblo.


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En espejos de la Reina, la población también estuvo haciendo labores de desbroce y de limpieza para contener los fuegos, que, según Juan Pablo, era más vulnerable a las llamas debido a que está mucho más expuesta al monte, allí incluso algunos de los robles y pinos estaban pegados a las casas.

Al respecto, Sergio dijo: «He visto mucha desesperación, gente que tiene su casa, que no se quiere ir también, porque ¿quién se quiere ir cuando su casa se quema? Aunque te lo diga alguien, ahora vete y luego cuando vuelvas, pues ya veremos. Entonces, la mayoría de la gente se queda, lo cual es increíble, te quedas a defender lo tuyo».

La comunidad ayuda con las labores de limpieza en Riaño (Cortesía: Sergio Guerrero)

Según la alcaldía, todos se salvaron: quienes se quedaron en los pueblos en medio del incendio y los voluntarios que fueron a ayudar de forma preventiva antes de que el fuego avanzara, haciendo limpieza perimetral de al menos 25 metros para quitar maleza y cualquier resto orgánico que fuera combustible potencial alrededor de las viviendas.

En cuanto a los ganaderos, Sergio contó que ante el avance de los incendios, todos se juntaron como gremio y comenzaron a mover el ganado de los montes y pastos que fueron más vulnerables a los incendios, se movilizaron para defender sus naves y también realizaron cortafuegos de forma preventiva.


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Una de las anécdotas más representativas protagonizada por los ganaderos de la zona se produjo en un momento en el que fueron a buscar sus cabezas de ganado y se vieron en medio de la virulencia del fuego, obligándoles a buscar refugio. Luego realizaron un cortafuegos para avanzar e ir abriendo camino por el monte que se consumía y ardía a su paso.

El final de la jornada dejó una increíble historia de ocho ganaderos que sobrevivieron a las llamas tras verse atrapados en medio del monte y haber logrado avanzar con total determinación y cuidado para poner a salvo a sus animales.

Por su parte, los vecinos del municipio de Riaño, la comunidad a la que pertenece Sergio, se juntaron para hacer un grupo de WhatsApp y atender a las necesidades que surgieran con la emergencia, algunos de ellos se agruparon para desbrozar y otros quedaron para llevar maquinaria y asistir en los incendios.

«Aquí se llaman hacenderas. Cuando tú te reúnes con el pueblo para hacer cosas que no tienen por qué ser motivo del fuego, cosas para la comunidad, se llaman hacendera. Pues sí, hicimos una hacendera grande en Riaño. A lo mejor había 200 personas, niños, familias, mayores… Pues uno lleva bocadillos en el restaurante de bocadillos para que los otros pudieran trabajar. El del supermercado a lo mejor lleva agua, el otro lleva una motosierra, una azada…», concluyó Sergio.

«Eso sí es bonito, que cuando ves que todo se te va a quemar, te defiendes. Y el momento más grave es cuando decían: «Ostras, que se puede quemar el pueblo». Que se te queme la naturaleza, sí, pero que se te queme tu casa, tu vida, tu forma de ser, eso ya creo que es lo más grave, son muy graves esos momentos; pues primero en un pueblo, luego en el otro», añadió.

Sergio considera que la emergencia vivida en estos pueblos genera muchas emociones, desde la incredulidad, cuando el fuego avanza y amenaza la vida misma, amenaza los sueños y cada logro conseguido de los habitantes, hasta la rabia y la impotencia de no saber qué hacer en un principio, provocando momentos de frustración y lágrimas.


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Por lo tanto, es dura la frustración que puede conllevar una emergencia de tal magnitud, sobre todo cuando se emplean tantas horas tratando de apagar el fuego teniendo en mente la esperanza de que el día de mañana será diferente. Sergio también piensa en su empresa, en sus trabajadores. «El día de mañana, ¿cómo les pagaré?».

Cuenta que, con su pareja y sus trabajadores, todo el día intenta levantar el ánimo y ser positivo. «Bueno, no pasa nada, ya volveremos, ya estaremos», sin embargo no es fácil sobrellevar la situación ante tanta incertidumbre.

«Luego, también tienes muchísimas reservas y tienes que informar a tus clientes de esta situación que tampoco sabes si es un día, si son dos o tres. Entonces, desde la parte profesional también fastidia. Al final acabas asumiendo que ya tienes perdida la temporada, y eso es muy malo, porque es de lo que vives al final».

Ruta en el valle de los Bisontes. Avistamiento de fauna (Cortesía Sergio Guerrero)

«¿Cuál es nuestro patrimonio turístico? Pues es esa belleza que tiene, como el que tiene playa y le quitan la playa. Pues nosotros nos han quitado esa playa, ese bosque que es por donde caminamos, paseamos. Los que tienen una casa rural vienen a ver eso, vienen a hacer rutas, porque todo esto es parque regional Montaña de Riaño y Mampodre, que es el primer parque de España».

A pesar de todo, Sergio califica la solidaridad de la comunidad, su respuesta ante la catástrofe, como buenísima, diciendo que las catástrofes sacan lo mejor de cada persona, lo cual hace que lo que quede al final sea muy bonito.

«Yo, por ejemplo, tengo un amigo que es bombero de León. Esto es una población que está a una hora de León. Desde el momento que le hablé él movilizó a su grupo de bomberos, habló con su jefe y pues vinieron de voluntarios bomberos de León, voluntarios, y se integraron en el sistema este de emergencias», explicó.

Bomberos realizan actividades de voluntariado en el pueblo evacuado de Casasuertes (Cortesía: Sergio Guerrero)

«Yo he estado muchos días con ellos y cuando ya se puso mal la cosa, había que defender los pueblos y ellos estaban allí, terminaban de trabajar, iban sobre horas y estaban aquí, que estamos a una hora y cuarto de León con su camión de bomberos y todo eso, solidaridad, o sea, nadie les paga».

Cuenta que en el pueblo de Casasuertes, en el que, para entonces, se celebraban fechas estivales, les ofrecieron comida, toda la que quisieron e incluso una persona le ofreció su casa para que se quedaran a dormir los bomberos.

La solidaridad ha movido a toda la ciudadanía en todos los niveles. Sergio también destaca el apoyo recibido por los alcaldes pequeños, así como también la labor hecha por los presidentes de las juntas vecinales.

Además, añade que la tragedia que ha vivido cada comunidad afectada, y las zonas que se han visto vulneradas por los incendios, debe servir para sensibilizar a todas las personas, ya que después de todo, muchos han sufrido las repercusiones.

A Sergio también le gustaría que el potencial que tiene la gente para ayudar pueda tener una mejor gestión. 

En los pueblos donde estuvo Juan Pablo, el panorama era de un fuego desbordado, de gente muy alarmada y sin nadie que los coordinara o les informara. Sin embargo dijo que la disposición para ayudar a la gente fue ejemplar.

«Doscientos por ciento de entrega, de disponibilidad, ¿sabes? De hecho, ellos mismos salvaron sus poblaciones, o sea, nosotros coordinamos, echamos una mano e hicimos una gran labor, pero al final, fue gracias a ellos.», señaló el bombero voluntario.

Según Sergio, es muy importante organizar a la población a nivel administrativo, pues, desde su experiencia y punto de vista, no hay una organización clara ante este tipo de eventualidades. «Es una fuerza muy humana, muy grande y muy importante para organizar desde la parte de la administración; yo veo que eso no existe», concluyó.

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