Opinión
Hace más de un siglo, Nikola Tesla propuso un invento que, según él, podría «abolir la guerra» tal y como la conocemos, según titulaba el New York Herald en un artículo publicado el 8 de noviembre de 1898. El periódico informaba de que Tesla era un «gran mago de la ciencia» que afirmaba que las armas controladas a distancia podían neutralizar incluso a las fuerzas navales más poderosas.
Tesla imaginaba que un solo operador utilizaría la electricidad para dirigir barcos, globos o vehículos terrestres desde la costa, incluyendo embarcaciones cargadas de torpedos preparadas para atacar a los barcos enemigos por encima o por debajo de la superficie.
«La guerra dejará de ser posible (…) cuando todo el mundo sepa mañana que la nación más débil puede abastecerse inmediatamente de un arma que hará que su costa sea segura y sus puertos inexpugnables», declaró según el artículo.
Su sistema se basaba en el control inalámbrico por línea de visión, una limitación de su época. Tesla no podía imaginar las comunicaciones por satélite, los sensores y los sistemas de navegación actuales. Estas herramientas modernas permiten el funcionamiento preciso y mundial de plataformas no tripuladas, superando las posibilidades de la época de Tesla.
En la actualidad, las embarcaciones no tripuladas (USV) de Ucrania están haciendo realidad la visión de Tesla en medio de la guerra con Rusia. A la cabeza se encuentra el «Katran», presentado el 25 de marzo por el viceprimer ministro ucraniano Mykhailo Fedorov, responsable del programa de drones.
También conocido como «Shark», esta avanzada USV está diseñado para el ataque y el reconocimiento. Puede recorrer más de 900 millas a velocidades de hasta 80 millas por hora, lo que lo hace formidable en el mar Negro, el campo de batalla marítimo entre Ucrania y Rusia.
La inteligencia artificial (IA) incorporada le permite operar en silencio radiofónico, algo esencial en zonas llenas de ondas electrónicas. Además, sus contramedidas electrónicas pueden neutralizar los drones anti-USV de Rusia.
El «Katran» amplía las capacidades de la flota de USV con la que ya cuenta Ucrania.
Con al menos 15 tipos diferentes, desde drones básicos tipo moto acuática hasta sofisticadas plataformas de ataque como el Magura V5 y el Sea Baby, la flota de drones de Ucrania ya ha causado daños a la Flota del Mar Negro de Rusia, a puertos militares y al puente de Crimea.
El «Katran» se suma a esa amenaza, duplicando su función como dron kamikaze y como buque de ataque polivalente.
El «Katran» lleva un impresionante arsenal: ametralladoras, misiles tierra-aire y torpedos, lo que le permite atacar objetivos terrestres, aéreos y submarinos. Este tipo de potencia de fuego supone un serio desafío para las defensas convencionales, como los helicópteros y los cañones navales de corto alcance, que Rusia utiliza para neutralizar las USV.
El pasado mes de diciembre, una USV ucraniana armada con misiles antiaéreos derribó un helicóptero ruso, lo que demuestra su versatilidad.
Además, el reciente suministro de torpedos avanzados procedentes de Suecia, probablemente Torpedo 47 o torpedos ligeros Saab (SLWT), podría ampliar aún más el alcance de ataque de los USV, permitiendo atacar buques de guerra a más de 12 millas de distancia.
La autonomía impulsada por IA y el conjunto de sistemas de guerra electrónica del «Katran» van mucho más allá del rudimentario control remoto de Tesla. Puede completar misiones con una supervisión humana mínima, reaccionando a las amenazas en tiempo real, una evolución que Tesla solo podría haber imaginado.
El auge de las USV marca un cambio radical en la estrategia naval, que pone en tela de juicio la propia existencia de los grandes buques de guerra tripulados. El éxito de Ucrania con drones ágiles y de bajo coste para socavar el dominio naval de Rusia sugiere que los días de los enormes acorazados y portaaviones podrían estar contados.
Con su capacidad para recopilar información y lanzar ataques precisos de forma autónoma, el «Katran» ya supera el concepto de Tesla de 1898, haciéndose eco de su profecía de que las armas avanzadas podrían igualar el campo de juego para cualquier nación, independientemente de su tamaño.
Con armas más potentes, mayor alcance y una IA más inteligente en el horizonte, las costosas plataformas tripuladas, como los buques de guerra, los aviones y los tanques, corren el riesgo de quedar obsoletos.
El «Katran» y sus sucesores podrían hacer que, en palabras de Tesla, los «blindados más poderosos» se convirtieran en «chatarra» ante la innovación.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Nikola Tesla’s 1898 Prediction of Warship Doom Is Becoming Reality»
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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