En su primer mes como pontífice, el papa León ha adoptado un enfoque claramente diferente al de su predecesor, Francisco. El cardenal Robert Prevost, elegido papa el 8 de mayo, ha presidido una veintena de actos públicos, pero aún no ha nombrado a figuras destacadas, ni ha anunciado viajes internacionales, ni ha comunicado dónde residirá en el Vaticano.
Un contraste evidente con el inicio del pontificado de Bergoglio, elegido en marzo de 2013. En menos de un mes, Francisco había declarado que sería el primer pontífice en más de un siglo que no viviría en el palacio apostólico vaticano, había nombrado a su sucesor como arzobispo de Buenos Aires y había creado un nuevo grupo consultivo de cardenales de alto rango.
Dos colaboradores cercanos a León han confiado a Reuters que el papa tiene la intención de abordar los retos de la Iglesia católica con un enfoque reflexivo y que podría tardar meses en tomar decisiones importantes, aunque seguirá el camino trazado por su predecesor, pero de forma más suave.
León XIV, nombrado obispo por Francisco en 2015 y llamado hace dos años para ocupar un cargo de alto nivel en el Vaticano, ha elogiado a menudo a su predecesor en sus primeras semanas. También ha retomado algunos temas queridos por Francisco, como los llamamientos conmovedores para el fin de los conflictos en Gaza y Ucrania.
Pero según don Francis, que asistió al seminario con Prevost en Chicago y lo conoció en Roma en la década de 2000, «León es mucho más centrado y metódico, poco dado a tomar decisiones precipitadas».
Entre los retos que le esperan al papa estadounidense se encuentra el déficit presupuestario del Vaticano, que asciende a 83 millones de euros y que, según informó Reuters en febrero, ya había suscitado tensiones entre los cardenales durante el pontificado anterior. Además, el fondo de pensiones de la ciudad-estado presenta un déficit mucho mayor, cuantificado en 2022 en 631 millones de euros por el responsable de las finanzas vaticanas, pero que, según diversas fuentes internas, habría aumentado aún más.
En sus primeras semanas, León no ha abordado públicamente las cuestiones presupuestarias y solo ha realizado unos pocos nombramientos en cargos vaticanos. Sin embargo, ha mantenido reuniones formales cara a cara con numerosos altos funcionarios del Vaticano, lo que, según personas bien informadas, podría servir al Papa para adquirir rápidamente una visión de conjunto.
Otras cuestiones cruciales para la Iglesia, que cuenta con 1400 millones de fieles, son la disminución del número de fieles en Europa, las continuas revelaciones de abusos sexuales por parte del clero y los debates doctrinales sobre temas como la inclusión de los católicos LGBT y la posibilidad de la ordenación de mujeres.
Francisco solía dar animadas conferencias de prensa durante los vuelos de regreso de sus viajes, respondiendo a menudo con comentarios inesperados. Cuando le preguntaron sobre un funcionario del Vaticano presuntamente homosexual durante su primer viaje, respondió: «Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?».
Pero León se ha ceñido hasta ahora a los textos preparados y probablemente será más cauteloso en sus respuestas a los periodistas. Bergoglio, que ha tratado de modernizar la Iglesia, no ha modificado formalmente muchas doctrinas, pero ha atraído las críticas de los cardenales conservadores por abrir la comunión a los divorciados vueltos a casar y las bendiciones a las parejas homosexuales.
Don Anthony Pizzo, que conoce a Leon desde 1974, cuando asistían juntos a la Universidad de Villanova —cerca de Filadelfia— lo describe como una persona que escucha con atención y trata de considerar múltiples puntos de vista antes de tomar una decisión.
Francisco y León llegaron al papado en diferentes etapas de su vida y con trayectorias profesionales distintas. Francisco, elegido a los 76 años, era cardenal desde hacía 12 años y en 2005 fue uno de los principales candidatos al cónclave que eligió a Benedicto XVI. León, siete años más joven cuando vistió la sotana papal, es una figura relativamente desconocida en la escena mundial, ya que se convirtió en cardenal y funcionario del Vaticano hace solo dos años. Anteriormente, había pasado gran parte de su carrera como misionero en Perú.
Al comienzo de su mandato, Francisco dijo a los periodistas que —dada su edad— esperaba un papado breve, de pocos años. León, el pontífice más joven desde Juan Pablo II, elegido a los 58 años en 1978, podría —en cambio— dirigir la Iglesia durante veinte años.
Si bien Francisco tomó algunas decisiones importantes rápidamente en su primer mes de papado, se tomó más tiempo para otras cuestiones. Su primer viaje al extranjero —por ejemplo— tuvo lugar a finales de julio de 2013, cuatro meses después de su elección.
El primer viaje de León será probablemente a Turquía, para celebrar el 1700 aniversario de un concilio de la Iglesia primitiva junto con el patriarca Bartolomé, líder espiritual de la Iglesia ortodoxa oriental. El Vaticano aún no ha confirmado el viaje, pero estaba previsto para Francisco. Bartolomé declaró a la prensa que había discutido con León la posibilidad de un viaje a Turquía a finales de noviembre.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Italia con el título «La “prudenza” di Leone XIV»
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