Octubre de contrastes: sube el paro en todas las regiones, pero la afiliación resiste gracias a la reforma laboral

Las cifras de desempleo y afiliación muestran un mercado laboral volátil, impulsado por contratos intermitentes y ajustes estacionales

Por Miguel Díaz
4 de noviembre de 2025 20:04 Actualizado: 5 de noviembre de 2025 20:21

El mercado laboral español cerró octubre con una paradoja que no pasa desapercibida: el paro subió en 22 101 personas (un 0,91 % más que en septiembre) —alcanzando los 2 443 766 desempleados—, mientras que la afiliación a la Seguridad Social sumó 141 926 cotizantes (un 0,65 % intermensual), elevando el total a 21 839 592 afiliados, la segunda mejor cifra para un octubre en la serie histórica, solo superada por el rebote pospandemia de 2021.

Estos datos, publicados este martes por el Ministerio de Trabajo —datos oficiales de paro— y el Ministerio de Inclusión —afiliación a la Seguridad Social—, confirman un ajuste estacional típico: el fin de la temporada alta en turismo y hostelería.

Pero también revelan las secuelas de la reforma laboral de 2021, que ha disparado los contratos fijos discontinuos y, con ellos, una volatilidad estadística que enmascara problemas de precariedad real.

¿Sube el paro y también el empleo?

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Sí, en el último mes subió el paro y también el empleo, y tiene una explicación.

En primer lugar, hay que destacar que en todas las comunidades autónomas el paro aumentó.
Baleares lideró el repunte con un 6,26 % (+1631 parados), seguida de Asturias (2,77 %, +1372) y Castilla y León (2,60 %, +2545).

Andalucía, con el mayor volumen de desempleados (602 262), vio un incremento leve del 0,42 % (+2535). Le sigue Cataluña (324 495) y Comunidad Valenciana (294 757).

Sin embargo, la afiliación subió en 11 comunidades.

La Comunidad Valenciana encabezó el crecimiento con un 1,65 % (+36 459 afiliados). Canarias (+1,37 %), País Vasco (+1,32 %) y Madrid (+1,31 %, +49 445) completaron el top.

Baleares, en cambio, perdió un 5,35 % (-34 936 afiliados), reflejo del cierre masivo de hoteles y restaurantes.

Ahora bien, ¿cómo es posible que suban ambos indicadores?

En parte tiene que ver con el fin de la temporada. Imagina a un camarero de playa en Mallorca: en septiembre trabaja, en octubre lo despiden temporalmente. Entonces se inscribe en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y sube el paro.

Pero en Valencia, una fábrica de automoción contrata a 10 nuevos operarios (entonces sube la afiliación).

Ambos movimientos ocurren al mismo tiempo.

Además, jóvenes que terminan la universidad o inmigrantes que llegan se inscriben como demandantes (sube el paro), pero muchos encuentran trabajo rápido (sube la afiliación).

Un panorama más esperanzador

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Más allá de lo que sucedió en octubre, al tomar los últimos 12 meses, el paro cae en todas las regiones: -158 288 personas (-6,08 %).

Extremadura lidera con -9,82 % (-7147), seguida de Castilla-La Mancha (-8,45 %, -10 902) y Andalucía (-8,02 %, -52 515). Esta última reduce el paro en más de 52 000 personas, la mayor caída absoluta del país.

Asimismo, la afiliación crece en todas las comunidades: +507 078 cotizantes (+2,38 %).

Comunidad Valenciana (+3,42 %, +74 166), Murcia (+3,21 %, +21 051) y Canarias (+3,11 %, +28 863) destacan. Madrid lidera en absolutos con 102 136 nuevos afiliados.

El contrato estrella: los fijos discontinuos

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En este marco es que se destacan los contratos llamados fijo discontinuo. Se trata de un contrato indefinido, pero intermitente.

Es decir, la empresa te llama cuando necesita (por ejemplo, durante el verano o en Navidad) y te deja en inactividad el resto del año.

De esta forma, sigues vinculado, pero no trabajas ni cobras, pero puedes pedir prestación por desempleo durante esos periodos.

La reforma laboral de 2021 los impulsó para reducir la temporalidad. ¿El resultado? Pasaron del 2,6 % al 5 % de los asalariados.

Por ejemplo, un camarero de Benidorm con contrato fijo discontinuo trabaja de junio a septiembre. En octubre entra en inactividad, pide el paro y lo cobra durante 3 meses. En diciembre lo llaman de nuevo.

Entonces, esta persona no aparecería como «parado» en las estadísticas oficiales, porque tiene contrato. Pero sí consume prestación.

Por eso el paro registrado sube poco, pero el gasto del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se dispara. Según un informe de El Economista publicado el tres de noviembre, el SEPE tramitó 570 164 prestaciones hasta septiembre.

Reacciones sindicales: entre la cautela y la crítica

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UGT valoró los datos oficiales como reflejo de «la buena situación económica de España», pero advirtió del «ligero» repunte del paro por el fin del verano.

«Vamos a luchar en todos los ámbitos posibles y uno de ellos es en la próxima negociación del acuerdo estatal de negociación colectiva», declaró la secretaria ejecutiva del sindicato, Cristina Estévez, pidiendo reducir jornada y subir los salarios en la negociación colectiva, así como el salario mínimo interprofesional (SMI).

En Andalucía, los diferentes sindicatos (UGT, CC. OO. y CSIF) han valorado negativamente los datos del paro dados a conocer en la región autónoma, según un cable de Europa Press replicado en diferentes medios.

Desde la Secretaría de Empleo de CC. OO. de Andalucía, su titular, Trinidad Gallardo, reclamó «un compromiso firme» por parte del Ejecutivo «para que fije y trabaje en políticas de empleo cuyo objetivo sea impulsar una política industrial más moderna y sostenible que genere empleo de calidad, estable y con derechos, especialmente en sectores con alta rotación y temporalidad».

El sindicato Solidaridad, por su parte, se hizo eco de los nuevos datos y denunció que si bien crece el empleo, cada vez hay más pobreza.

«Crece el empleo, crecen los contratos, crece la economía —supuestamente—. ¿Sabes lo que crece? La pobreza», sostuvo el secretario general de la entidad, Jordi de la Fuente, en un vídeo publicado en las redes sociales.

El dirigente gremial citó los datos de Eurostat, que muestran que 6,7 millones de personas en España están bajo el umbral de pobreza.

«Pero ojo, ¿sabes qué es lo peor? Es que tienen trabajo. Y aquí viene cuando nos dicen que hay más contratos que nunca, que esto va como un tiro. Claro que hay más contratos precarios, troceados, con menos horas, con salarios más bajos, salarios de mie***. Aquí lo que pasa no es que hay progreso, lo que hay es precarización», apuntó.

«Queremos salarios reales, que suben conforme el coste de la vida. No sindicatos que se dedican a pactar sus sillones y a no mejorar las condiciones de los trabajadores. Queremos contratos estables, como los de antes, no contratos basura», añadió.


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En síntesis, en un país donde miles de trabajadores esperan el próximo «llamamiento» mientras consumen prestaciones, los datos de octubre no son solo números. Son el reflejo de un mercado laboral que celebra récords de afiliación, pero que oculta inactividad, precariedad y brechas estructurales bajo la etiqueta de «estabilidad».

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