Decenas de sudafricanos blancos abandonaron su país hacia Estados Unidos el 11 de mayo tras obtener el estatus de refugiados en virtud del nuevo programa de admisión del gobierno de Trump.
Alrededor de 49 afrikaners —una minoría étnica blanca de Sudáfrica— embarcaron en un vuelo chárter con destino al Distrito de Columbia, que luego volaría a Texas, según informó Collen Msibi, portavoz del Departamento de Transporte de Sudáfrica.
«Una de las condiciones del permiso era garantizar que se les investigara en caso de que alguno de ellos tuviera antecedentes penales», declaró Msibi según Reuters.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con el Departamento de Estado para obtener comentarios, pero no ha recibido respuesta antes de la publicación.
Este es el primer grupo de afrikaners reubicados en Estados Unidos en el marco de un programa de admisión de refugiados iniciado por orden ejecutiva del presidente Donald Trump el 7 de febrero, que permite el reasentamiento de refugiados afrikaners «que huyen de la discriminación racial patrocinada por el gobierno».
Esa orden ejecutiva se emitió después de que el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa promulgara en enero la Ley de Expropiación, que permite la expropiación o redistribución de determinadas tierras no utilizadas. La ley tiene por objeto abordar las disparidades raciales en la propiedad de la tierra que se derivan del antiguo sistema de apartheid de Sudáfrica.
El gobierno del país señaló que deben cumplirse unas condiciones especiales antes de expropiar tierras, entre ellas que hayan tenido ocupantes informales durante mucho tiempo, que no se utilicen y que sean propiedad de especuladores o que hayan sido abandonadas.
En su orden ejecutiva, Trump afirmó que el gobierno de Ramaphosa impone innumerables políticas «diseñadas para desmantelar la igualdad de oportunidades en el empleo, la educación y los negocios, y una retórica de odio y acciones gubernamentales que alimentan la violencia desproporcionada contra los propietarios de tierras desfavorecidos por motivos raciales».
El gobierno de Sudáfrica rechazó las acusaciones y dijo que la medida de Washington para reasentar a los sudafricanos como refugiados es «totalmente motivada por razones políticas».
«Reiteramos que las acusaciones de discriminación son infundadas», declaró. «Además, incluso si existieran acusaciones de discriminación, consideramos que estas no alcanzan el umbral de persecución exigido por el derecho nacional e internacional en materia de refugiados».
Sin embargo, el gobierno sudafricano declaró que no impedirá la salida del país a los ciudadanos que deseen abandonarlo, siempre que cumplan con la legislación nacional.
En declaraciones a los periodistas el 9 de mayo, el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, manifestó que la situación actual de los afrikaners en Sudáfrica equivale a una «persecución por motivos raciales».
«Lo que estaba ocurriendo en Sudáfrica encaja en la definición clásica de por qué se creó el programa de refugiados», afirmó Miller. «Se trata de una persecución basada en una característica protegida. En este caso, la raza».
Trump anunció en marzo que Estados Unidos recortaría toda la financiación federal a Sudáfrica por sus leyes de expropiación y se comprometió a reasentar a los granjeros blancos sudafricanos afectados por la ley.
La Casa Blanca afirmó en un resumen de la orden ejecutiva de Trump del 10 de febrero que Estados Unidos suspenderá la ayuda y la asistencia si Sudáfrica «sigue apoyando a los malos actores en la escena mundial y permite ataques violentos contra granjeros minoritarios inocentes y desfavorecidos».
Jacob Burg contribuyó a este artículo.
Con información de Reuters
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times en español con el título «Primer grupo de sudafricanos blancos parte a EE. UU. en virtud de plan de refugiados del gobierno»
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