El dominio de China sobre el mercado de las baterías podría verse debilitado gracias a una tecnología emergente que sustituye los minerales difíciles de obtener por alternativas ampliamente disponibles en Occidente, como el azufre, según algunos fabricantes estadounidenses.
Durante las últimas tres décadas, China ha mantenido un control constante sobre la producción y la fabricación de todos los componentes de las celdas de las baterías, las actuales baterías de ionen litio que son fundamentales para las sociedades modernas.
Las baterías de ion de litio tradicionales están compuestas por tres componentes clave: un ánodo de grafito, un cátodo a base de litio y un electrolito elaborado a partir de sales de litio.
El litio se puede obtener de Australia, Chile o Argentina. Pero el resto se extrae, procesa y obtiene de China.
Las baterías también contienen cobalto y níquel, que se obtienen principalmente del Congo-Kinshasa e Indonesia, y su procesamiento está dominado por empresas chinas, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés).
Hay alternativas, como las baterías de litio y azufre, que sustituyen el cobalto y el níquel por el azufre (el décimo elemento más abundante del universo) y utilizan un litio metálico que se encuentra en Estados Unidos en lugar de materiales importados.
Keith Norman, director de sostenibilidad de la startup Lyten, con sede en Silicon Valley, declaró a The Epoch Times que China «ha consolidado caramente monopolios» en el sector.
Pero empresas emergentes occidentales como la suya afirman que, aunque no pueden competir con China en el ámbito de las baterías de litio, podrían crear su propio juego desarrollando tecnologías completamente nuevas.
Nueva generación de baterías dejaría de lado a China
Un informe de 2024 elaborado por el grupo de expertos de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional (CEIP por sus siglas en inglés) argumentó que la respuesta política de EE. UU. a la crisis de las baterías debe ser la «comercialización urgente de tecnologías de próxima generación».
El informe afirma que las baterías de próxima generación representan una «arquitectura fundamentalmente nueva» en comparación con las baterías de ion de litio actuales, ya que dejan atrás los componentes líquidos para adoptar una arquitectura de estado sólido y eliminan el grafito, un material sobre cuya producción China «tiene un control absoluto».
Además, según un informe del Atlantic Council de enero, los precios por kilogramo de las baterías de ion de litio chinas exportadas a Estados Unidos son más bajos que los del mismo producto vendido a cualquier otro mercado.
El informe señala que esto puede deberse a que los exportadores chinos de baterías pretenden socavar a los fabricantes estadounidenses y a sus aliados.
Los productos clave se encuentran en Occidente
A diferencia de las pilas tradicionales, las baterías de litio y azufre de Lyten eliminan la necesidad de níquel, manganeso o cobalto, minerales críticos que domina Pekín, y en su lugar utilizan azufre y litio metálico suministrado desde EE. UU.
También ha comenzado la producción en EE. UU. de litio metálico para las baterías.
En la actualidad, la gran mayoría del litio apto para baterías se procesa y fabrica en China.
Keith Norman afirmó que el litio-azufre se fabrica utilizando las mismas instalaciones, equipos y procesos que las baterías de ion de litio.
Según él, China ha intensificado su estrategia para convertirse en líder mundial en baterías y «han hecho muy, muy difícil que cualquier otro pueda tener éxito en la fabricación de baterías de ionen litio», añadió.
«Este es un riesgo muy real cuando se depende de la cadena de suministro de un solo país y la geopolítica que hay detrás supone un riesgo enorme», afirmó.
Norman destacó que ha visto que n el mercado de los drones algunos fabricantes estadounidenses han visto interrumpido el suministro de baterías.
A principios de este año, Skydio, el mayor fabricante de drones estadounidense, se enfrentó a una crisis en la cadena de suministro después de que Pekín prohibiera a las empresas chinas suministrar a Skydio baterías de ion de litio y otros componentes fundamentales para la fabricación de drones.
Lyten no es la única empresa que se ha marcado el objetivo de independizarse de los materiales chinos.
La empresa Pure Lithium, con sede en Boston, afirma que todos los materiales para su batería, incluidas las salmueras de litio y el vanadio, están fácilmente disponibles en Norteamérica, lo que elimina la necesidad de cadenas de suministro internacionales.
«La expansión siempre lleva tiempo en un mercado tan enorme como el de las baterías. Hay docenas de empresas trabajando en esta tecnología, y esperamos que el litio-azufre sea la próxima plataforma que acapare una gran parte del mercado mundial», afirma Norman.
Un negocio arriesgado
La fabricación de baterías es un negocio arriesgado, plagado de una larga lista de quiebras y un cementerio de empresas fallidas.
Fundada por antiguos ejecutivos de Tesla, Northvolt tenía como objetivo convertirse en una gigafábrica de propiedad europea, producir celdas de iones de litio a gran escala y capturar el 25 % del mercado europeo de baterías para 2030.
El 12 de marzo, Northvolt anunció que, tras «un esfuerzo exhaustivo por explorar todos los medios disponibles para garantizar un futuro financiero y operativo viable», había presentado una solicitud de quiebra en Suecia.
En 2023, la empresa británica de baterías Britishvolt se declaró en quiebra y fue puesta bajo administración judicial.
En ese momento, la BBC informó de que Britishvolt había solicitado al Gobierno un anticipo de 30 millones de libras esterlinas (35 millones de euros) de los 100 millones (117 millones de euros) prometidos en concepto de ayuda, pero que su solicitud había sido denegada porque la empresa no había cumplido los objetivos de construcción acordados para acceder a los fondos.
El Reino Unido cuenta con una importante planta de fabricación de baterías en Sunderland, operada por la Corporación de Suministro de Energía para Automoción (AESC por sus siglas en inglés), cuya propiedad mayoritaria pertenece a Envision Group, una multinacional china con sede en Shanghái, especializada en tecnologías renovables, incluida la energía eólica y la producción de baterías.
En virtud del Pacto Verde Europeo, a partir de 2035, todos los coches nuevos que se comercialicen no podrán emitir dióxido de carbono, por lo que será ilegal vender vehículos nuevos propulsados por combustibles fósiles en el bloque, como parte de su impulso para electrificar el transporte y cumplir los objetivos climáticos.
La Alianza Europea para las Baterías (EBA por sus siglas en inglés), puesta en marcha en 2017 por la Comisión Europea, tiene el objetivo político de garantizar que los fabricantes europeos produzcan el 90 % de las necesidades anuales de baterías de la UE en 2030.
Incertidumbre entre nuevas tecnologías o recursos emergentes fuera de China
Un crítico advirtió que los objetivos impulsados a nivel estatal podrían ser contraproducentes.
Andy Meyer, analista energético del grupo de expertos liberal del Instituto de Asuntos Económicos (IEA por sus siglas en inglés), declaró por correo electrónico a The Epoch Times que el objetivo de la UE para la producción nacional de baterías «en el mejor de los casos es irrelevante» y, en el peor, «fomentará la mala inversión en futuros fracasos empresariales».
«Nadie puede asegurar de que la innovación occidental no logre desplazar el dominio chino en la tecnología de las baterías, simplemente es poco probable, y aún más si está vinculada a un plan centralizado burocrático bajo dirección política», afirmó.
«China tiene ventajas en el acceso a las materias primas, las economías de escala y un historial probado de rápida adopción de cualquier ventaja temporal derivada de inventos novedosos en otros lugares», añadió.
«Un desafío más plausible para China» podría provenir de otra potencia emergente, como Hungría o Corea, que se prevé que se encuentren entre los diez principales productores de ion de litio en 2030.
También afirmó que podría provenir de la competencia de otras tecnologías de almacenamiento, como los biocombustibles sostenibles, el hidrógeno, el aire comprimido, los sistemas basados en la gravedad y las baterías de última generación.
«Estos factores ponen de manifiesto el valor de las asociaciones mundiales en materia de propiedad intelectual y la diversificación del comercio».
«Los productores europeos harían bien en buscar la próxima potencia emergente y cerrar acuerdos. Los consumidores europeos se beneficiarían de precios más bajos y mejores soluciones de almacenamiento», añadió.
«Eso es lo que importa, no el código postal de las fábricas», subrayó.
Algunas empresas occidentales están recurriendo a China en lugar de intentar superarla.
En febrero, la startup británica Volklec llegó a un acuerdo de licencia con la empresa china Far East Battery (FEB) para utilizar su tecnología en la fabricación de baterías para el almacenamiento de energía y vehículos eléctricos.
FEB afirmó que también proporcionará ingenieros y otro tipo de apoyo para ayudar a Volklec a ampliar la producción en el Centro de Industrialización de Baterías, (UKBIC por sus siglas en inglés ), una fábrica de baterías financiada en parte por el Gobierno en Coventry.
La empresa china también prometió proporcionar a Volklec acceso a su cadena de suministro para reducir los costes.
Prevenir a China
Michael Rubin, investigador principal del centro de estudios American Enterprise Institute y exfuncionario del Pentágono, dijo por correo electrónico a The Epoch Times que Occidente debe restringir el suministro occidental a China.
«Estados Unidos no debería abordar la tecnología estratégica y los recursos como una opción de todo o nada», afirmó.
«Es cierto que algunos tecnólogos sugieren que una nueva generación de baterías podría sustituir la necesidad del litio. Pero hasta que eso ocurra, y mientras China siga tratando de acaparar el comercio del litio, Estados Unidos debe tratar de impedir que China acceda a la tecnología o a los medios para dominarnos», añadió Rubin.
Con información de Reuters.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Western Battery Technology Aims to Leapfrog China’s Mineral Dominance»
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