Cuando un simple resfriado debilita el corazón: cómo prevenir la insuficiencia cardíaca en jóvenes

La falta de ejercicio y los malos hábitos de vida pueden debilitar el corazón

Por Shan Lam y JoJo Novaes
5 de noviembre de 2025 13:33 Actualizado: 5 de noviembre de 2025 13:33

Un estudiante de secundaria de 17 años, sano hasta entonces, desarrolló una dificultad respiratoria grave una semana después de recuperarse de un resfriado. Sus padres pensaron en un ataque de asma y le compraron un inhalador, pero no obtuvo alivio.

Al agravarse los síntomas, fue trasladado de urgencia al hospital, donde las pruebas de imagen revelaron un agrandamiento del corazón y líquido en los pulmones. Los médicos diagnosticaron miocarditis —inflamación del músculo cardíaco por una infección vírica— que ya había evolucionado a insuficiencia cardíaca.

El cardiólogo taiwanés Dr. Liu Zhongping, que trató al adolescente, presentó el caso en el programa de televisión estadounidense «Health 1+1» de NTD —medio asociado de Epoch Times— para advertir de una amenaza creciente y a menudo ignorada: la insuficiencia cardíaca ya no es exclusiva de las personas mayores.

Un aumento silencioso de la insuficiencia cardíaca en jóvenes

Los primeros signos de insuficiencia cardíaca pueden pasar inadvertidos: fatiga inusual con el esfuerzo, falta de aire tras una caminata o hinchazón en los pies. Pese a su apariencia banal, alertan de un riesgo grave y afectan a un número creciente de jóvenes.

Aunque las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de muerte en Occidente, un estudio de la Universidad de Stanford publicado en junio señala una tendencia preocupante: mientras la mortalidad cardiovascular global ha caído casi un 66 % en los últimos 50 años, en Estados Unidos las muertes vinculadas a la insuficiencia cardíaca han aumentado un 146 %.

El repunte es especialmente acusado entre los adultos jóvenes. Un estudio de 2024 registró un incremento de la mortalidad por insuficiencia cardíaca del 906 % en menores de 45 años y del 385 % en personas de 45 a 64 años entre 1999 y 2021, una evolución relacionada con factores de estilo de vida más frecuentes en las generaciones jóvenes.

Causas de la insuficiencia cardíaca de inicio temprano

Un número creciente de adultos jóvenes presenta insuficiencia cardíaca por factores vinculados al estilo de vida, al consumo de sustancias o a infecciones capaces de dañar el músculo cardíaco.

Dieta rica en grasas y azúcares: consumo excesivo asociado a aumento de peso y a alteraciones de glucemia, colesterol y presión arterial.

Consumo de drogas o alcohol: abuso de sustancias prohibidas, uso indebido de fármacos y alcohol como factores que favorecen el deterioro de la función cardíaca.

Infecciones víricas o bacterianas: procesos como la COVID-19, el resfriado común o la gripe pueden desencadenar respuestas inflamatorias que llevan a las inmunoglobulinas a atacar las fibras del miocardio, con necrosis, inflamación y, en ocasiones, miocarditis, lo que merma la función cardíaca y puede evolucionar a insuficiencia.

Miocarditis relacionada con vacunas: se han descrito casos asociados, en particular, a vacunas de ARN mensajero (ARNm) contra la COVID-19, sobre todo en varones jóvenes. La mayoría se recupera con el tratamiento adecuado; en cuadros graves, la inflamación del miocardio puede afectar la función cardíaca y aumentar el riesgo de insuficiencia.

¿Por qué los jóvenes suelen ignorar las señales de alerta?

Los jóvenes, en general más sanos, toleran mejor las alteraciones fisiológicas que las personas mayores. Por ello, sus síntomas suelen ser menos llamativos, lo que facilita que pasen por alto las señales de alerta tempranas.

Esta detección tardía implica que, cuando los problemas cardíacos se hacen evidentes, la enfermedad suele encontrarse ya en una fase avanzada, explica el Dr. Liu.

Reconocer los síntomas de la insuficiencia cardíaca

Es fundamental prestar atención a signos que pueden indicar insuficiencia cardíaca.

1. Dificultad para respirar y trastornos del sueño

A diferencia del asma o de la fatiga simple, los síntomas de la insuficiencia cardíaca suelen empeorar al acostarse.

Se debe a:

Aumento de la presión hidrostática pulmonar al estar en decúbito, lo que dificulta la respiración.

Mayor retorno de sangre desde las extremidades inferiores hacia el corazón, con incremento de su carga de trabajo.

Acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar), que provoca tos o disnea nocturna.

Muchos pacientes con insuficiencia cardíaca necesitan dormir con varias almohadas o en una silla para respirar mejor.

El Dr. Liu explica que, en posición erguida, los pulmones cuelgan verticalmente y el líquido tiende a concentrarse en las zonas declives; al tumbarse, aumenta la presión dentro de los pulmones y la respiración se hace más difícil. Además, el mayor retorno venoso desde las piernas incrementa la presión sobre el corazón. El resultado es un sueño de peor calidad.

2. Hinchazón de pies y piernas

Además de la debilidad al caminar, las personas con insuficiencia cardíaca suelen presentar edema en pies y tobillos. El corazón debilitado bombea con menor eficacia y favorece la acumulación de sangre y líquido en las extremidades inferiores. De ahí el edema bilateral, que por lo general afecta a ambas piernas. Si la hinchazón aparece en una sola, conviene considerar otras causas, como una trombosis venosa.

3. Disminución de la micción

A medida que progresa la insuficiencia cardíaca, desciende la función renal y el organismo retiene más líquidos.

Esto se traduce en:

Menor frecuencia urinaria, en ocasiones solo una o dos veces al día.

Mayor edema por retención hídrica, con una carga adicional para el corazón, que debe bombear un mayor volumen.

Proteger el corazón mediante la alimentación

El Dr. Liu recomienda priorizar alimentos beneficiosos para la salud cardiovascular:

Frutos secos: variedades sin sal y sin freír —como anacardos y almendras—, fuente de ácidos grasos insaturados y flavonoides antioxidantes.

Verduras de hoja verde oscura: ricas en fibra y fitonutrientes. La fibra favorece la circulación y las vitaminas E, K y C contribuyen al buen estado general. Mejor crudas (ensalada) o ligeramente escaldadas para preservar sus nutrientes.

Fruta: conviene dar preferencia a las de menor contenido en azúcares. Los arándanos aportan flavonoides; las uvas, polifenoles antioxidantes y fibra, útiles para reducir la presión arterial, los lípidos en sangre y el riesgo de aterosclerosis.

Pescado: aporta ácidos grasos poliinsaturados. Ensayos clínicos aleatorizados y controlados muestran que la suplementación con omega-3 reduce eventos cardíacos (muerte, infarto no mortal, ictus no mortal) en pacientes con enfermedad coronaria y retrasa la progresión de la aterosclerosis. Cocinar a baja temperatura; evitar la fritura por el añadido de grasas perjudiciales.

Ejercicio: un aliado esencial para el corazón

La actividad física se reconoce hoy como un tratamiento en sí mismo, tanto tras un infarto como en el manejo de la insuficiencia cardíaca. Los ejercicios aeróbicos progresivos —caminar a paso ligero, trotar, montar en bicicleta o nadar— mejoran la circulación, aumentan la flexibilidad de los vasos periféricos y favorecen el aporte de oxígeno y nutrientes. Además, fortalecen el corazón al promover contracciones y relajaciones más eficaces.

El entrenamiento de fuerza —abdominales, flexiones, levantamiento de pesas— también puede ser útil, especialmente en personas con hipertensión, diabetes, trastornos metabólicos o determinadas cardiopatías, siempre bajo supervisión médica. El Dr. Liu aconseja consultar con el médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicio.

En quienes padecen problemas cardíacos, conviene contar con la guía de un entrenador o utilizar un dispositivo de monitorización. Sea cual sea la modalidad, la progresión debe ser gradual —desde el inicio hasta los aumentos de intensidad, duración y frecuencia—, con la seguridad como prioridad.

La insuficiencia cardíaca ya no es exclusiva de las personas mayores. Como ilustra el caso del joven paciente del Dr. Liu, puede aparecer de forma repentina y progresar con rapidez si se ignoran las señales de alerta. Reconocerlas, adoptar hábitos saludables y actuar con prontitud puede salvar vidas.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Francia con el título «Quand un simple rhume fragilise le cœur : comment prévenir l’insuffisance cardiaque chez les jeunes»

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