Brother Wang: el vínculo chino en la guerra contra el fentanilo en EE. UU.

Por Maibort Petit
29 de octubre de 2025 20:25 Actualizado: 29 de octubre de 2025 20:26

China funciona como un origen opaco de precursores y redes, México opera como taller letal de producción y tránsito, Estados Unidos actúa como juez y fiscal global, y Cuba aparece como retén sorpresa en la ruta del fugitivo.

Desde los lujosos barrios de Lomas de Santa Fe en la Ciudad de México hasta los fríos pasillos de la justicia federal en Atlanta, la saga de Zhidong Zhang —conocido en las sombras como «Brother Wang»— se lee como un guión de thriller geopolítico. Un ciudadano chino de 44 años, tejedor de una red transnacional que unió laboratorios en China con carteles mexicanos y adictos en las calles de EE. UU., Zhang encarnó la pesadilla del fentanilo: producción invisible, lavado millonario y una fuga audaz que expuso grietas en la cooperación internacional. Pero su caída, tras un periplo por Rusia y Cuba, representa una victoria para el Departamento de Justicia de EE. UU. y un espejo de la guerra global contra el opioide sintético que mata a miles.

El expediente federal de Atlanta, junto con las declaraciones cruzadas de las fuerzas de seguridad de México y Cuba, describe la caída de un eslabón sofisticado en la cadena global del fentanilo y la guerra silenciosa contra Occidente impulsada por países hostiles a Estados Unidos.

De China a las calles de Atlanta

Zhidong Zhang no era un pez chico. Desde al menos 2016, según la Drug Enforcement Administration (DEA) y el Departamento de Justicia de EE. UU., operaba como el nexo vital entre proveedores chinos de precursores químicos y los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación en México.

Su organización, con bases en Los Ángeles y Atlanta, tejía una red que se extendía a Centroamérica, Sudamérica, Europa y Asia. No solo traficaba cocaína y metanfetaminas; era el arquitecto del fentanilo, el opioide sintético que se cobró más de 109 000 vidas solo en 2022 en EE. UU., según datos actualizados del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Las acusaciones son un catálogo de crimen organizado: importación y distribución de fentanilo bajo el Título 21 del Código de EE. UU., posesión de cocaína y lavado de dinero a través de 150 empresas fantasma y 170 cuentas bancarias. Un ejemplo crudo de la denuncia federal en el Distrito Norte de Georgia detalla depósitos en la fachada «Mnemosyne International Trading Inc.»: € 30 100, € 68 800 y € 17 200 en julio de 2020, maniobras diseñadas para «ocultar la naturaleza, ubicación, origen, propiedad y control» de fondos ilícitos. Entre 2020 y 2021, el flujo lavado superó los 17,2 millones de euros, según la DEA.


Lea también: El Eje Cripto–Petróleo: China y Venezuela desafían al dólar desde la economía paralela


Y las cifras de droga son escalofriantes: al menos 1000 kg de cocaína, 1800 kg de fentanilo y 600 kg de metanfetaminas, suficientes para inundar mercados enteros. Estudios del Congreso de EE. UU. y la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad EE. UU.-China confirman que China, pese a restricciones, sigue siendo el 90 % de la fuente global de precursores como el 4-ANPP, que México transforma en el veneno letal enviado al norte.

En octubre de 2024, Zhi Dong Zhang fue arrestado en Cuajimalpa, Ciudad de México, durante una redada conjunta de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Fiscalía General de la República (FGR) y las Fuerzas Armadas. Su captura parecía marcar el fin de una persecución internacional: permanecía bajo custodia mexicana con miras a su extradición a Estados Unidos.

Durante el verano de 2025, un juez mexicano ordenó su liberación y lo colocó bajo arresto domiciliario, decisión que desató la furia del gobierno federal y evidenció las fisuras del sistema judicial mexicano, así como posibles actos de corrupción que facilitaron su posterior fuga. Al respecto, la presidente de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que «cuestionamos su validez y apuntamos a posibles corrupciones. Es una ofensa al trabajo de nuestras fuerzas federales».

El 11 de julio de 2025, Zhang huyó utilizando un pasaporte falso. Tras ser rechazado en Rusia, recaló en Cuba, donde logró esconderse en La Habana durante varias semanas. Su fuga internacional encendió las alarmas de Interpol y expandió el alcance de la persecución por el Atlántico y el Mar Caribe.


Lea también: Antifa podría ser desmantelada tras ser designada como organización terrorista por Estados Unidos


El 31 de julio de 2025, las autoridades cubanas lo capturaron tras una alerta internacional. La detención fue interpretada como un gesto inusual de cooperación por parte de Cuba, un país cuyo territorio forma parte de las rutas de trasiego de drogas en el Caribe. La decisión del régimen de entregar a Zhang a México ha sido vista como una maniobra del castrismo para seguir proyectando ante Estados Unidos una imagen de colaboración en la lucha contra el narcotráfico, en un contexto marcado por las operaciones que Washington ejecuta contra los cárteles —incluido el principal aliado de la isla, Venezuela, y el cártel de los Soles.

Entre el 23 y 24 de octubre de 2025, Zhang fue extraditado desde Cuba a México y transferido de inmediato a la custodia de las autoridades estadounidenses, en lo que representó el clímax de una cacería global y un golpe estratégico contra las redes internacionales del narcotráfico.

Actualmente, Zhang se encuentra bajo custodia federal en el Distrito Norte de Georgia, donde es procesado por cargos por tráfico de drogas y lavado de dinero.

Fentanilo como amenaza existencial de EE. UU.

El actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado una guerra a las drogas y a los opioides, como el fentanilo, en la cruzada de Washington contra lo que percibe como una amenaza existencial. En lo que va de año 2025, las autoridades estadounidenses han intensificaron las sanciones contra redes vinculadas a esos estupefacientes. El Office of Foreign Assets Control (OFAC) designó a individuos y entidades del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación por lavado de dinero y tráfico de la droga opiácea, demostrando un enfoque directo sobre los actores criminales que abastecen el mercado estadounidense.

Paralelamente, la Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN) emitió órdenes contra tres instituciones financieras mexicanas —CIBanco, Intercam y Vector— por facilitar el lavado de dinero vinculado al fentanilo, extendiendo luego los plazos de cumplimiento. Estas acciones combinadas muestran un esfuerzo integral de Washington para atacar tanto las redes de narcotráfico como las estructuras financieras que las sostienen.

El Departamento de Justicia ha imputado a docenas de entidades asiáticas, y Zhang encaja perfecto: un «puente» que valida la narrativa de una cadena China-México-EE. UU. que debe cortarse de raíz. La Agencia Antidrogas (DEA) dijo ante la captura de Zhang que EE. UU. no solo caza capos locales, sino financieros globales.

De México a Cuba, una cooperación obligada

Bajo la presión de la política antidrogas impulsada por Donald Trump y las operaciones estadounidenses contra los cárteles, tanto México como Cuba han mostrado gestos de cooperación calculados para evitar confrontaciones directas. México, enfrentado al rigor de la «guerra contra las drogas» de Washington, actuó con rapidez en 2024, pero falló en mantener la custodia de Zhang, desatando críticas internas sobre la eficacia y transparencia de sus instituciones. Cuba, en tanto, surge como un wildcard: la detención y entrega del fugitivo —vía México— puede interpretarse como un ardid del régimen para evitar una confrontación directa con Estados Unidos, mostrando un gesto pragmático pese a las históricas tensiones y dejando abierta la puerta a futuras colaboraciones en la lucha antidrogas en el Caribe.

Las pruebas del caso

La fiscalía del Distrito Norte de Georgia presenta un cuadro contundente contra Zhang: lo acusa de tráfico de drogas, por violaciones a los artículos 952(a) y 963 del Código de EE. UU., relacionadas con la importación masiva de sustancias controladas; de lavado de dinero, mediante complejos esquemas que involucraron la empresa Mnemosyne y bancos locales para ocultar millones de dólares; y de operar una red sofisticada, integrada por 150 firmas fantasma y 170 cuentas bancarias, a través de las cuales circularon decenas de millones, revelando la magnitud y organización de su operación criminal.

La entrega de Zhang representa un golpe directo a un eslabón clave de la cadena del fentanilo y aumenta la presión sobre México para impulsar reformas judiciales, al tiempo que recuerda a China su papel en la crisis. Sin embargo, también deja al descubierto vulnerabilidades: fugas, corrupción y fronteras porosas que muestran la resiliencia de las redes criminales. Brother Wang permanece bajo custodia en Georgia, a la espera de sus primeras audiencias, mientras expertos advierten que el fentanilo funciona más como un arma híbrida que como simple droga, y que desmantelar las cadenas globales será esencial para frenar su impacto en la sociedad adicta a las drogas.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en España y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.