Cómo el asombro refuerza tu sistema inmunológico

Y la fuente más común de asombro puede que te sorprenda

Por Makai Allbert
2 de julio de 2025 21:31 Actualizado: 2 de julio de 2025 21:31

Esta es la quinta parte de «La medicina de la virtud»

Parte 1 – Gratitud: una medicina alternativa para la ira y la depresión.

Parte 2 – Su cerebro está programado para la honestidad: Mentir le puede cobrar la factura.

Parte 3 – Cómo el perdón curó de manera insólita la salud mental y física de un héroe del 11-S.

Parte 4 – El resentimiento: el huésped indeseable del corazón humano

«El asombro es la sensación de estar en presencia de algo inmenso que trasciende tu comprensión actual del mundo», escribe Dacher Keltner en su libro «Awe: The New Science of Everyday Wonder and How It Can Transform Your Life (El asombro: la nueva ciencia de la maravilla cotidiana y cómo puede transformar tu vida)».

Este sentimiento suele asociarse con la observación de lo sublime de la naturaleza: las grandes montañas, los árboles, vastas dunas o el amplio horizonte del océano.

Sin embargo, la naturaleza no es la única fuente de asombro, ni la más común. Además, el asombro va mucho más allá de un sentimiento momentáneo de admiración o inspiración, e influye positivamente en nuestra salud al menos de cinco maneras.

Fuentes de asombro

Las personas pueden sentirse asombradas por las ideas filosóficas, los descubrimientos científicos, la música, el diseño visual, las epifanías, las realizaciones personales, las hazañas impresionantes y la espiritualidad y la religión. Incluso el simple hecho de aprender sobre otras personas interesantes estimula el asombro. ‌Las investigaciones ‌sugieren que cuando los participantes ven vídeos de personas inspiradoras, como la Madre Teresa, esto puede provocar asombro.

Para determinar la fuente más común de asombro, Keltner llevó a cabo un experimento en el que pidió a participantes de todo el mundo que escribieran historias que les hubieran causado asombro.

De las 2,600 historias recopiladas, la fuente más común de asombro en todo el mundo fue la belleza moral: una virtud y un carácter excepcionales, definidos por la pureza y la bondad de las intenciones y las acciones.. Esto incluía ser testigo del coraje, la amabilidad, la fuerza o la capacidad de otras personas para superar las dificultades, por ejemplo, historias de personas que arriesgaban su vida para salvar a desconocidos o actos de bondad realizados durante los desastres.

La belleza moral también incluye cómo las personas se sienten sobrecogidas por el comienzo o el final de la vida. Muchas madres señalan que dar a luz es la fuente más importante de asombro. Keltner escribe sobre una madre japonesa que le afirmó que «le conmovió profundamente la toma de conciencia y la responsabilidad de convertirse en madre, así como lo precioso que es la vida».

«A partir de ese momento sentí que viviría desesperadamente solo para proteger esta vida», le indicó a Keltner, según su libro.

Una madre de Rusia expresó que después de dar a luz solo «quería abrazar al mundo entero». Los padres también sienten asombro. Un hombre de Indonesia escribió que «no podía creer el regalo tan hermoso y maravilloso que Dios le había dado a mi esposa, y no podía dejar de sonreír y sentir asombro y gratitud hacia Dios por darnos un hijo».

Según Keltner, el dinero y las posesiones no contribuyeron al asombro. En el estudio, que actualmente se encuentra en fase de revisión por pares, nadie mencionó su ordenador portátil, Facebook o su smartphone. Tampoco nadie mencionó sus nuevas zapatillas Nike, su Tesla o su bolso Gucci. Keltner escribe: «El asombro se produce en un ámbito separado del mundo mundano del materialismo, el dinero, la adquisición y las señales de estatus, un ámbito más allá de lo profano que muchos llaman sagrado».

Un lenguaje que todos hablan

Un artículo publicado en Nature descubrió que, en 12 regiones diferentes del mundo, el asombro estimula una respuesta facial única similar a expresiones universales como la diversión, la satisfacción y el dolor.

Shutterstock

En todas las culturas, cuando alguien se siente sobrecogido, como al ver fuegos artificiales o estrellas fugaces, su rostro se transforma y adopta la misma expresión facial: las cejas se arquean y los ojos se agrandan, como si intentaran absorber cada detalle de la magnífica estampa. La mandíbula se relaja, la boca se abre ligeramente y el rostro queda paralizado en un momento de asombro que deja sin palabras. Una suave sonrisa se dibuja en los labios de la persona sobrecogida, mientras la cabeza se inclina ligeramente hacia atrás, como si estuviera siendo empujada por un hilo invisible.

Un estudio analizó las exclamaciones vocales de 16 emociones, entre ellas el asombro, la ira, el miedo y la tristeza, en 10 culturas e incluso en una remota aldea de Bután. Los sonidos de asombro, como «whoa» y «wow», se reconocieron con una precisión de alrededor del 90 %, lo que convierte al asombro en una de las emociones más universalmente reconocidas.

Cómo afecta el asombro a la salud

El asombro estimula el bienestar de cinco maneras. La primera es a través de un cambio en el sistema inmunológico.

Las citoquinas son mensajeros químicos que indican al sistema inmunitario que trabaje más. Son importantes para la respuesta proinflamatoria que mata los patógenos y cura las heridas. Sin embargo, una respuesta hiperactiva de las citoquinas se asocia con una mala salud y trastornos como la artritis, el Alzheimer y la depresión clínica. En particular, en los últimos años, la «tormenta de citoquinas» observada en pacientes con COVID-19 ha sido sinónimo de síntomas graves y malos resultados.

Las investigaciones más recientes están empezando a reconocer el papel de las emociones positivas en nuestra salud física. Un estudio realizado en 2015 y publicado en la revista Emotion demostró que varias emociones positivas, como la alegría y el amor, reducían los niveles de la citocina interleucina-6 (IL-6), un indicador de los niveles de inflamación.

Sin embargo, el mayor predictor de la reducción de los niveles de citocinas, hasta tres veces más preciso que la alegría, era el sentimiento de asombro.

Las emociones positivas reducen la IL-6. (The Epoch Times)

Un estudio longitudinal de 22 días publicado en Scientific Reports observó a adultos y profesionales de la salud durante la pandemia de COVID-19 y descubrió que cuanto más asombro experimentaban las personas a diario, menos estrés soportaban y menos síntomas somáticos presentaban. Por ejemplo, dolores de cabeza y problemas para dormir.

Estos estudios sugieren que el asombro puede beneficiar a las personas cuando experimentan inflamación y durante períodos de estrés agudo y crónico, como la pandemia de COVID-19.

El asombro también puede afectar a la salud a través de una mayor integración social, prosocialidad, un mayor sentido de la vida y una disminución del sentido del yo.

El «yo» más pequeño

La profesora Yang Bai, de la Universidad de California-Berkeley, y su equipo llevaron a cabo un estudio en el Parque Nacional de Yosemite. Durante varios días, se acercaron a más de 1100 viajeros de 42 países. Mientras contemplaban la amplia vista del valle de Yosemite, se pidió a los participantes que se dibujaran en un papel y escribieran «yo» junto a su dibujo.

En la condición de control, se pidió a los participantes que hicieran lo mismo en Fisherman’s Wharf (Muelle del pescador), un barrio y una popular atracción turística, en San Francisco, California

El asombro conduce a un yo más pequeño. (The Epoch Times)

Los participantes en Yosemite se dibujaron hasta un 33 % más pequeños, y el «yo» también era más pequeño. Según los investigadores, el tamaño del yo dibujado y el tamaño con el que se escribe «yo» son indicadores bastante fiables del grado de egocentrismo de una persona.

Este cambio en la percepción de uno mismo tiene importantes consecuencias sociales. En un experimento, los participantes que pasaron un minuto mirando árboles altos eran más propensos a ayudar a alguien que había dejado caer un bolígrafo que un grupo de control que pasó un minuto mirando un moderno edificio de ciencias.

El asombro conduce a un comportamiento virtuoso. (The Epoch Times)

Aquellos que experimentaron asombro también aceptaron menos dinero por participar en el estudio y afirmaron sentirse con menos derechos a recibir algo y menos narcisistas, lo que sugiere que el asombro puede aumentar el comportamiento prosocial, reducir el egocentrismo y disminuir el enfoque en el beneficio personal.

Anousheh Ansari, una turista espacial, compartió sus sentimientos sobre la inmensa admiración que sintió en el espacio exterior: «La experiencia real supera todas las expectativas y es algo difícil de expresar con palabras (…) Es como si todo se redujera a un tamaño que te hace pensar que todo es manejable (…) Todas esas cosas que pueden parecer grandes e imposibles, podemos hacerlas. Paz en la Tierra, no hay problema. Le da a la gente ese tipo de energía, ese tipo de poder, y yo lo he experimentado».

Quizás, entonces, no sea sorprendente que el asombro nos predisponga a ser más espirituales. En un estudio realizado en 2013, los investigadores descubrieron que los participantes que habían visto algo impresionante obtuvieron una puntuación más alta en espiritualidad que los que no lo habían visto.

Los investigadores concluyeron que las experiencias impresionantes aumentan nuestra motivación para dar sentido al mundo, lo que puede desencadenar la creencia en lo sobrenatural.

Esta estimulación espiritual mejora aún más la salud mental y física.

El asombro como camino hacia la salud mental y física. (The Epoch Times)

«Nuestros cuerpos responden a dosis saludables de naturaleza impresionante como respondemos a una comida deliciosa y nutritiva, un buen sueño, un trago de agua refrescante o una reunión estimulante con amigos o familiares: nos sentimos nutridos, fortalecidos, empoderados y vivos», escribe Keltner. También reduce la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, enfermedades autoinmunes, diabetes, depresión, trastorno por estrés postraumático (TEPT) y ansiedad, así como dolores y molestias cotidianas.

«El asombro cotidiano es una necesidad humana básica», señala.

Podemos recuperar este sentido de asombro al abordar la vida de manera inquisitiva y con curiosidad, buscando las maravillas de la naturaleza que a menudo pasamos por alto y los conmovedores gestos de bondad humana que nos rodean.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «How Awe Boosts Your Immune System»

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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