Diputado venezolano Julio Borges: «Lo peor que puede pasar en Venezuela es que no pase nada»

Por Sandra Flores
3 de septiembre de 2025 19:08 Actualizado: 3 de septiembre de 2025 21:14

Para escuchar la entrevista completa en formato audio pinche AQUÍ

Estados Unidos ha desplegado una flota de buques de guerra en el Caribe frente a las costas de Venezuela.

Según la Administración Trump, el objetivo es frenar el narcotráfico que inunda al país con cocaína y fentanilo. De hecho, aseguran haber incautado ya cientos de toneladas de droga.

Washington ha declarado al Cartel de los Soles como organización terrorista internacional y a Nicolás Maduro como su líder elevando la recompensa por su captura de 25 a 50 millones de dólares.

Esto abriría la puerta a una posible intervención militar estadounidense contra el mandatario bolivariano sin incurrir en un casus belli.

Pero, ¿qué repercusiones geopolíticas tendría la caída de Maduro y la eventual restauración de la democracia en Venezuela?

Además de liberar al pueblo venezolano de la larga dictadura que lo ha sumido en la miseria, ¿podría esta ser la primera ficha en un dominó que alcance a otros regímenes autoritarios del llamado «eje del mal», como China, Irán o Rusia?

Para profundizar en todas estas cuestiones entrevistamos a Julio Borges diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela y actual vicepresidente de estrategia, comunicación y relaciones internacionales del partido político venezolano Primero Justicia.

Epoch Times: Bienvenido Sr. Borges.

Sr. Borges: Muchas gracias. Muchas gracias por esta invitación y estoy muy contento de poder conversar.

Epoch Times: El placer es nuestro. Desde abril de 2020, el Comando Sur de Estados Unidos realiza operaciones contra el narcotráfico en el Caribe y en el océano Pacífico oriental, con el apoyo de 22 Estados como Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá, además de algunos socios europeos como Francia, los Países Bajos y el Reino Unido. ¿Qué diferencia hay con el actual despliegue militar estadounidense y por qué cree que España no apoya este tipo de maniobras?

Sr.Borges: Bueno, yo creo que se ha vivido una especie de escalada o desarrollo de un régimen que lleva mucho tiempo ya como Estado fallido, en el sentido de que no hay institucionalidad, no hay reglas de juego: es una dictadura, roba las elecciones. Pero la clave es que ha habido una especie de escalón superior, y ese escalón superior es uno de los problemas más graves que tiene toda la región, toda Hispanoamérica y toda América Latina: el problema de cómo se ha anidado, de manera casi como una metástasis, el tema del crimen organizado en toda la región.

Es decir, si yo pudiera hablar de lo que son para mí los tres problemas principales de toda la región, serían el retroceso democrático —que es evidente en la mayoría de los países—, el problema migratorio —que es un drama humano terrible— y, en tercer lugar, el crimen organizado. Y el orden no es, digamos, algo formal, sino que los tres interactúan en una especie de círculo vicioso terrible.


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Y entonces, en ese contexto que está viviendo toda la región, Venezuela es el epicentro del problema del crimen organizado. Por eso la designación de Nicolás Maduro como el jefe, la cabeza de todo un entramado que tiene que ver no solo con la droga, sino también con el tráfico del oro, por ejemplo. Es importante destacar que este año es la primera vez que el tráfico ilegal de oro produce más dividendos que el tráfico de droga en la región. También tiene que ver con el tráfico de personas: la migración, lamentablemente, se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos a nivel latinoamericano y a nivel mundial, y se calcula que genera 7 000 millones de dólares. Hacer negocio con los pobres migrantes tiene que ver igualmente con el tráfico de armas, con el lavado de dinero, y todo eso tiene como cabecilla, como cuartel general, como espacio a Venezuela, lamentablemente, y a Nicolás Maduro como el jefe de toda esa operación, por acción y por omisión, para mantenerse en el poder y para abrirle espacio a otras dictaduras, como bien mencionas en la introducción.

Ese es el cambio cualitativo más importante que está en este momento y que alberga para nosotros una esperanza de cambio muy importante.

Epoch Times: Y en este contexto geopolítico tan tensionado, ¿qué comportamiento esperaría usted del Gobierno de España, que, a fin de cuentas, es la madre patria de Venezuela y además el hogar de tantos venezolanos exiliados? Por ejemplo, usted mismo: creo que reside ahora en España. ¿Considera que el Gobierno de Pedro Sánchez es cómplice de este entramado criminal que me comentaba?

Sr. Borges: Sí, eso es algo que, en mi caso personal, he denunciado en diferentes medios españoles, y me parece muy pertinente tu pregunta, porque lo que está sucediendo como enfermedad, especialmente en Venezuela, se ha convertido en algo que ha contagiado a la sociedad española. La ha contagiado no solo a nivel político, sino también a nivel social y económico.

Todos esos dineros corruptos, producto del robo del chavismo y del madurismo, muchos de ellos han terminado en España. Son los que compran, en muchos casos, toda esa cantidad de apartamentos, casas y propiedades de manera grosera en el corazón de Madrid, y eso termina comprando voluntades, empresarios, políticos y haciendo que ese dinero corrompa también a la sociedad española.


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¿Hizo algo el Gobierno para frenar eso? Todo lo contrario: es quien le ha abierto las puertas. Y en ese sentido es doloroso ver, por ejemplo, que hoy por hoy hay más de 20 presos españoles o binacionales en las cárceles de Maduro, y lo que han hecho Zapatero o Sánchez por esos presos es nada. Son nombres que están allí olvidados.

Vemos que los últimos decomisos de droga importantes que ha habido en los últimos meses o tienen que ver con venezolanos o tienen que ver con Venezuela, y eso es uno de los ejemplos de entrada del crimen organizado también en España.

Entonces, yo sí creo que hay una alarma que hay que encender con mucha fuerza: por el tema de la corrupción, por el tema político, por el tema de la complicidad. Y, por lo tanto, creo que es algo que hay que reclamar con mucha fuerza, no solo por solidaridad con Venezuela —que tiene esa enorme vinculación histórica con España, con los españoles que fueron como mi familia después de la Guerra Civil o después de la Segunda Guerra Mundial—, sino también por el propio cuidado de España, que se está contagiando de esa misma enfermedad.

Epoch Times: Estos días se ha hablado mucho de una operación de sustitución de Maduro por el general bolivariano Miguel Rodríguez Torres, planificada por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Tiene conocimiento de esta operación? De ser cierta, ¿qué opinión le merece esta iniciativa y la elección del general Rodríguez Torres, acusado de torturas por varias víctimas exiliadas?

Sr. Borges: Yo creo que lo he vivido en carne propia, honestamente, y lo digo con toda objetividad, desapasionadamente, porque lo que quiero transmitir es objetividad en esta respuesta. En todo lo que esté metido Zapatero, eso ya tiene una carga, un interés y una agenda política y económica que desacredita cualquier iniciativa.


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Desafortunadamente, Zapatero se ha convertido en una especie de lobista de Maduro y un lobista de Sánchez en Venezuela. Es decir, él es el puente que une intereses políticos y económicos entre España y Venezuela, cuando el papel de España debería ser un papel de Estado, un papel de altura, un papel de defender valores como la democracia, los derechos humanos y la libertad. En lugar de eso, se ha convertido en un espacio ideologizado, como si esto fuera un problema de derechas contra izquierdas, y al mismo tiempo se ha metido en una agenda de negocios, de comisiones, de lobby, de corrupción.

Cualquier cosa en la cual esté Zapatero está destinada a tener malas intenciones y a salir mal. Yo viví a Zapatero cuando hicimos un proceso de negociación internacional: él era el mediador, tuvo una oportunidad de hacer algo importante y de fijar un testimonio claro, y al final demostró que su papel era simplemente el de cuidar los intereses de Maduro. Por lo tanto, esa negociación fracasó estrepitosamente y, además, ese fracaso abrió las puertas para que el mundo desconociera a Maduro como presidente.

Lo importante es que, si en este momento Zapatero estuvo presente en las elecciones del 28 de julio y no ha dicho nada sobre el robo de esas elecciones porque quiere conservar independencia, eso es mentira. Lo que está conservando son más bien sus intereses allá. En este momento está tratando de crear o fabricar algún tipo de opción con o sin Maduro. Y, la verdad, lo digo con toda objetividad: eso es algo extremadamente preocupante para todos los venezolanos y también para la España democrática.

Epoch Times: Usted da credibilidad, entiendo, a las acusaciones de Estados Unidos sobre el liderazgo de Maduro al frente del Cártel de los Soles y a que Venezuela se ha convertido en un territorio básicamente propiedad del narco. En este contexto, ¿consideraría justificada una intervención militar para liberar al país de este yugo?

Sr. Borges: Bueno, lo pongo en estos términos, y esto no es nuevo en el sentido de que no es algo que lo piense ahora: lo he dicho muchas veces y creo que hoy por hoy está más vigente que nunca. Lo peor que puede pasar en Venezuela es que no pase nada. Lo peor que puede pasar en Venezuela no es una intervención militar; lo peor que puede pasar en Venezuela es que no pase nada y Maduro siga allí, convirtiéndose en una especie de parte del paisaje, como se ha convertido Cuba después de 70 años, a costa del hambre, la destrucción de la dignidad, la violación de los derechos humanos y la aniquilación de la comunidad cubana. Eso mismo está pasando en Venezuela también.

De manera que, claramente lo digo: lo peor que puede pasar en Venezuela es que no pase nada. Dicho esto, lo que quiero señalar es que cualquier acción que hagamos los venezolanos —ojalá—, o que nos ayude la comunidad internacional —ojalá también—, o juntos, para destruir o fracturar ese bloque de poder mafioso que existe en Venezuela, no solamente es bienvenida por mi parte, sino que, posiblemente, si lo ves o lo estudias en cualquier encuesta de opinión en Venezuela, la gente no tiene miedo de decir que quiere como opción, por ejemplo, una intervención militar, o cualquier otra alternativa que signifique Maduro fuera del poder.


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Y esto no es nuevo: más bien, Maduro tiene demasiado tiempo en el cual ha debido salir del poder y, por una cantidad de factores y errores, sigue allí, sobregirado en el poder. Pero en el caso venezolano, el nivel de corrupción, el nivel de crimen organizado, el nivel de violación de derechos humanos y el nivel de destrucción espiritual y antropológica del pueblo venezolano merecen cualquier acción que saque a esa dictadura del poder.

Epoch Times: En una reciente entrevista usted mencionó que Maduro creó en Venezuela cinco territorios especiales para chinos e iraníes, fuera de cualquier control legal. Estoy citando palabras textuales. ¿Podría elaborar un poco sobre esto, por favor?

Sr. Borges: Sí, eso es un modelo que nos parece que Maduro está copiando de China. Es un modelo en el cual los lotes de territorio son muy importantes. Se les genera una especie de reglas de juego especiales, que al final implican que no están sometidos a ningún control. En un país donde no hay instituciones ni control, es más anarquía sobre la anarquía, y prácticamente son concesiones que se le dan a países ajenos a Venezuela en cuanto a valores, cultura y afinidad, como es el caso de China, Irán, Rusia o Cuba.

Estos países tienen esos lotes de terreno y de producción, y Maduro va regalando, como una especie de repartidor, las riquezas de los venezolanos para mantenerse en el poder. Algo parecido ocurre en España, con todas sus diferencias, pero allí se hipoteca el territorio, el futuro y la soberanía simplemente para conservar el poder.

Lo más grave en el caso de Maduro es que se habla también de que pudiera contar con algún tipo de estímulo chino para esta iniciativa de crear un espacio binacional entre Colombia y Venezuela, de modo que toda la zona de producción de droga en la frontera se convierta también en una zona especial. Para un país que todavía tiene democracia como Colombia, aliarse con un país totalmente dictatorial y corrompido como Venezuela es abrir una herida que puede infectar toda Colombia y deteriorar su democracia.

Esto es lo que se ha hecho con estas zonas especiales y creo que son maneras de Maduro de privatizar y entregar la soberanía nacional a otros países.

Epoch Times: De hecho, Maduro ha entregado recientemente la explotación de dos pozos petrolíferos a China, y el Partido Comunista Chino ya planea desplegar 60 000 ciudadanos en el país, según las noticias que tengo. Además, considerando que China es el principal acreedor de la deuda venezolana y también el principal comprador de crudo, ¿cómo cree que puede reaccionar el gigante asiático en este contexto de amenaza a la continuidad del régimen?

Sr. Borges: Bueno, yo creo que, si nos ponemos a especular y a hacer conjeturas sobre el futuro, intuyo, con una enorme humildad por mi falta de certeza, que en un plazo de dos, tres o cuatro años el choque entre China, sus aliados y los Estados Unidos será muy fuerte. El mundo actual, en un momento en que se habla de los neoimperios, es decir, del orden construido después de la Segunda Guerra Mundial basado en instituciones bilaterales como las Naciones Unidas, la OEA o la Unión Europea, está haciendo aguas, y está surgiendo un mundo más personalista, menos democrático y más imperial, donde China, Rusia y los propios Estados Unidos asumen este tipo de carácter.

Creo que es visible la posibilidad de un choque, y el escenario importante es América Latina, es decir, Hispanoamérica. Allí se está jugando, en el caso de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba, el control político y financiero de territorios, así como en Perú, Chile, Argentina y Brasil. Ese terreno constituye un campo de batalla en América Latina, y el telón de fondo es un enfrentamiento cuyo eje no es Rusia, que solo representa una parada en el camino. Lo que está detrás es China, que en el mediano plazo podría entrar en conflicto y revelar una agenda que hasta ahora se ha presentado como económica, pero que en el fondo es política, imperial y hasta cultural.

Al menos yo lo percibo con enorme preocupación. Hay personas como el senador Marco Rubio, que llevan años denunciando este tema, y considero que es una garantía para Occidente que él esté a cargo de la política exterior de los Estados Unidos en este momento.

Epoch Times: Dado que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha mostrado apoyo a la posición del Partido Comunista Chino y ha defendido sus intereses en la Unión Europea, por ejemplo en materia de aranceles, ¿considera usted que podría existir algún vínculo entre estas acciones y su relación con China?

Sr. Borges: Sí, claro. En el fondo, nosotros podemos simplificar mucho las cosas, pero creo que vamos de nuevo al dibujo que yo hacía del enfrentamiento de los nuevos imperios. Podríamos volver a un mundo más bipolar que otra cosa. Ese mundo bipolar es, por un lado, un mundo más democrático y occidental, donde está Europa, Estados Unidos y buena parte, Dios quiera, de toda Hispanoamérica. Y, por otro lado, un mundo más totalitario, más antidemocrático, más antioccidental, donde se mezclan progresistas y conservadores, como es el caso de Rusia con Putin y de Nicaragua con Ortega, o gente como Zapatero, que en esa combinación está jugando exactamente en el mismo equipo, bajo el mismo guion, con los mismos intereses.

Sin lugar a dudas, el papel que ha tenido Zapatero con la dictadura venezolana, cubana o nicaragüense es exactamente el mismo que está desempeñando en el caso de China. Él está en ese equipo, lo quiere, no le importan los valores democráticos ni los derechos humanos, sino que juega el papel de armador dentro de una visión que, en mi opinión, es grave porque destruye la identidad occidental. Es decir, todo lo que significa democracia, derechos humanos, dignidad humana, trascendencia y cultura se está diluyendo en una agenda que, con una ingenuidad casi criminal, representa valores distintos desde China o Irán, que buscan desmantelar, devorar y extinguir los valores occidentales.

Epoch Times: En 2016, durante el proceso del referéndum revocatorio, algunos sectores de la oposición señalaron que no se aprovechó completamente la oportunidad de impulsar un cambio en un momento en el que contaban con mayoría y respaldo popular. Con el ánimo de contribuir, o de alguna forma que sirva como advertencia a España ¿Cómo valora la situación de aquel momento? ¿Qué factores influyeron en las decisiones tomadas que no lograron, definitivamente, la salida de Maduro del poder?

Sr. Borges: Bueno, nosotros hemos tenido diferentes episodios a lo largo de tantos años de lucha, en los que hemos estado literalmente a milímetros de un cambio en el país, desde 2001, cuando Chávez estuvo fuera del poder. Posteriormente, con la muerte de Chávez, con las elecciones frente a Maduro en 2013, con las marchas de 2014 y 2017, y con todo el proceso del interinato tras el 28 de julio, hemos tenido muchas oportunidades. El pueblo venezolano, hay que decirlo, ha sido el protagonista y el héroe de todos esos momentos.

Ahora bien, ¿qué ha faltado en cada uno de esos episodios? Hay un escalón final que ha faltado: el tema decisivo, el semáforo más importante, que es el de la Fuerza Armada. Hemos llegado a las puertas de la Fuerza Armada todas esas veces, y esa es la puerta que falta abrir. Esto ha sido igual en el pasado y sigue siendo igual en este momento. ¿Por qué no se abre? Esa sería una discusión muy importante, que podemos abordar si quieres. Pero la respuesta concreta a tu pregunta es que el pueblo venezolano ha hecho todo lo posible. Hemos estado a milímetros de lograrlo muchas veces. Obviamente se han cometido errores, pero el muro —el semáforo— que ha impedido que ese último milímetro se complete ha sido la cerrazón de la Fuerza Armada Bolivariana, que incluso detesta sorpresivamente a Maduro, pero que también está secuestrada como institución.

Epoch Times: ¿Hay algo más que le gustaría añadir antes de terminar la entrevista?

Sr.Borges: Mucha gente preguntará: ¿por qué, si se ha estado tan cerca, la Fuerza Armada ha faltado en ese milímetro final? ¿Por qué no se ha logrado abrir esa puerta? Y quisiera hacer esta reflexión: hoy por hoy, la Fuerza Armada está secuestrada por una cúpula muy corrompida.

Hace pocas horas se presentaron las tarjetas de invitación al matrimonio de la hija del ministro de la Defensa, el militar Padrino López, quien, por cierto, vivió años en Madrid y llevaba una vida de jeque en los apartamentos y restaurantes más lujosos de la ciudad, sin ningún freno. Hoy, su hija se casa en Venezuela, y se calcula que el matrimonio podría costar cerca de un millón de dólares. Un ministro de la Defensa, por supuesto, cuyo sueldo no llega ni a 500 ó 1000 dólares mensuales, ha podido financiar un evento de ese monto. Esa cúpula tiene secuestrada la Fuerza Armada.

Hoy por hoy, lamentablemente, muchos oficiales jóvenes están presos por ese secuestro y persecución. En la votación del 28 de julio, en todas las zonas del país donde votaban los militares y sus familias, ganaron Edmundo González y María Corina Machado, lo cual indica que la mayoría de la institución está a favor de un cambio. Pero, ¿por qué no ha sucedido? Porque el nivel de persecución y represión es enorme. Las reformas internas aplicadas en la institución, de la mano de iraníes y cubanos, han deformado completamente su estructura, destruyendo además la capacidad y el músculo interno de la institución.

Hoy por hoy, Venezuela prácticamente tiene unas Fuerzas Armadas que están en terapia intensiva, muy debilitadas, y que ni siquiera tienen la capacidad de reaccionar contra la dictadura. Lo ilustro con un ejemplo concreto: Venezuela tiene actualmente cerca de 2500 generales. ¿Qué significa eso? Que no hay jefe, jerarquía ni mérito, sino que la pirámide de orden y jerarquía de la Fuerza Armada se ha achatado completamente. Tenemos 2500 generales, lo que ha diluido la estructura; ya no es sopa, sino simplemente agua sucia. Y eso es lo que han hecho para humillar a los militares en Venezuela.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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