El plan de evasión arancelaria «comercio gris» de Pekín

China está empezando a enviar sus productos primero a países con aranceles bajos y luego a Estados Unidos para eludir los aranceles elevados.

Por James Gorrie
24 de abril de 2025 20:34 Actualizado: 24 de abril de 2025 20:34

Comentario

¿Se está gestando un nuevo auge en las prácticas comerciales engañosas en muchas partes del mundo? A medida que se intensifica la guerra comercial entre Estados Unidos y China, sin duda parece que sí.

La estrategia comercial gris de China atenúa el impacto de los aranceles estadounidenses

Con los aranceles estadounidenses alcanzando el 145 % sobre las importaciones chinas —al menos en el momento de redactar este artículo—, la nueva estrategia de Pekín parece incluir el uso del denominado «comercio gris» para eludir las barreras comerciales estadounidenses. El comercio gris consiste en desviar las mercancías a través de países con aranceles bajos, como Vietnam, México o Malasia, para ocultar su origen chino y reducir así los derechos de importación estadounidenses.

Esta táctica engañosa ha surgido como respuesta a las agresivas políticas arancelarias del presidente Donald Trump, que han hecho que los productos chinos sean menos competitivos en el mercado estadounidense debido a su coste adicional.

Estrategia de la laguna jurídica del comercio gris

La idea básica del comercio gris es aprovechar las lagunas jurídicas de las normas de origen de Estados Unidos, que son las directrices comerciales para determinar el país de origen de un producto a efectos arancelarios. Por ejemplo, los productos chinos se envían sin montar o con un 90 % de su fabricación ya realizada a un país intermediario. Allí se someten a la producción final, el montaje, el procesamiento, el reempaquetado o el reetiquetado para que puedan considerarse originarios de ese país, en lugar de China.

Por ejemplo, las piezas electrónicas chinas pueden enviarse a Vietnam, ensamblarse en un producto y luego etiquetarse como «Fabricado en Vietnam». Esto permite a China beneficiarse del arancel del 10 % sobre las importaciones vietnamitas en virtud del régimen arancelario recíproco de Trump para 2025, en lugar de los aranceles del 145 % sobre los productos chinos.

Es una respuesta perfectamente lógica por parte de Pekín, y no hay duda de que las empresas chinas están desviando sus mercancías a través de Vietnam, México y Turquía para aprovechar los aranceles más bajos que se aplican a los productos procedentes de esos países. Una táctica similar que se está aplicando en México consiste en dividir los productos en paquetes que no superan el umbral de 800 dólares (703 euros) libre de aranceles para los productos no originarios de China, una táctica denominada «Tijuana two-step».

China tiene que recurrir al comercio gris

Pero el comercio gris no es nuevo ni desconocido para la segunda administración Trump. Durante el primer mandato de Trump, los fabricantes solares chinos eludieron los aranceles del 30 % asociándose con sus vecinos del sudeste asiático. En 2025, rastrear el movimiento y la procedencia de un gran número de productos será, en el mejor de los casos, complejo y, en el peor, casi imposible, lo que supondrá un reto para acabar con el comercio gris.

No es ningún misterio por qué Pekín se dedica al comercio gris. Con unas exportaciones a Estados Unidos que representan el 10 % de su comercio y que sustentan entre 10 y 20 millones de puestos de trabajo, algunos expertos afirman que el mayor fabricante del mundo se enfrenta a una caída estimada del 80 % de sus exportaciones en los próximos dos años si se pusiera fin al comercio gris.

A medida que las condiciones económicas nacionales se deterioran debido a las tensiones comerciales que se prevén, las previsiones del PIB de China para 2025 han caído del 5 % a tan solo un 4 %, lo que podría provocar una caída del 20 % en el crecimiento del PIB en solo un año. Con una tasa de desempleo entre los jóvenes (de 16 a 24 años) que ya se acerca al 17 %, el Partido Comunista Chino (PCCh) se enfrenta a un creciente resentimiento entre su población. El Partido quiere evitar un levantamiento de la generación más joven.

El comercio gris ha proporcionado un colchón muy necesario contra el golpe de los elevados aranceles de la Administración Trump. Por ejemplo, según datos oficiales, las exportaciones de China aumentaron un 12,4 % en marzo, con un incremento del 11,6 % en las exportaciones a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN por sus siglas en inglés) y de casi el 19 % en las exportaciones a Vietnam.

Repercusiones en los países con aranceles bajos

Pero no solo China se beneficia del comercio gris. Sus socios con aranceles bajos también obtienen beneficios económicos, pero también se enfrentan a riesgos. Los socios comerciales grises, como Vietnam, Malasia y México, se benefician de las tasas comerciales y de procesamiento, que según algunas estimaciones en la plataforma de redes sociales X alcanzan hasta el 10 %. Cabe señalar que entre 2017 y 2022, Vietnam sustituyó casi la mitad de la cuota de mercado perdida por China en las importaciones estadounidenses.

Sin embargo, los países socios comerciales grises corren el riesgo de sufrir las consecuencias de la represalia estadounidense, lo que da lugar a un delicado equilibrio para estos países atrapados entre el comercio gris con China y la gestión de importantes relaciones comerciales con Estados Unidos.

Implicaciones económicas y geopolíticas

Desde el punto de vista económico, el comercio gris preserva el acceso de China al mercado estadounidense por el momento, pero aumenta los costes, ya que los intermediarios se llevan su parte, y los costes logísticos también aumentan. Para los consumidores estadounidenses, puede retrasar las fuertes subidas de precios, pero no las eliminará.

Desde el punto de vista geopolítico, los aranceles de represalia del 125 % impuestos por Pekín a los productos estadounidenses, además de las barreras añadidas a las importaciones de carne de vacuno y gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos, aumentan aún más las tensiones. Las recientes visitas del líder del PCCh, Xi Jinping, a Vietnam, Malasia y Camboya podrían haber asegurado el futuro de sus centros de comercio gris.

¿Un camino difícil por delante?

Sin embargo, el impacto del comercio gris es quizás más profundo y amplio de lo que muchos podrían esperar. Por un lado, es una respuesta razonable por parte de China a los aranceles estadounidenses. Pero, por otro lado, existen riesgos mayores. Estados Unidos podría ampliar los aranceles o recurrir a la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA por sus siglas en inglés) para cerrar las lagunas jurídicas.

Eso también podría ser una respuesta racional por parte de Estados Unidos, o podría empeorar las cosas.

«El sistema comercial mundial de los últimos noventa años se está derrumbando, lo que dificulta pronosticar el impacto económico y determinar dónde está el fondo del mercado», declaró Vincent Chan, estratega para China de Aletheia Capital Ltd., a Bloomberg.

A medida que se desarrollan nuevas fases de la política comercial estadounidense y las respuestas a esta, el mayor riesgo puede ser una escalada incontrolada tanto de las represalias arancelarias como de otras formas de represalia. En resumen, el impacto del comercio gris puede ser más profundo y amplio de lo que muchos esperan, e incluso podría conducir a una guerra comercial mundial, con sus propias implicaciones de largo alcance.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Beijing’s ‘Gray Trade’ Tariff Avoidance Scheme»

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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