AGRONEGOCIO

España y Europa impulsan mutaciones genéticas en los alimentos que podrían no estar en el etiquetado

La organización con sede en Bruselas, IFOAM Organic Europe, dice que este nuevo enfoque hará que los agricultores dependan de las semillas patentadas en vez de las semillas tradicionales, que podrían desaparecer
junio 20, 2025 19:47, Last Updated: junio 23, 2025 10:02
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La Comisión Europea está legislando desde el año 2023 sobre las plantas y organismos vivos con mutaciones genéticas realizadas mediante nuevas técnicas genómicas (NTG) y los países miembros deben decidir si estos productos serán claramente etiquetados para que las personas que los consuman o se los den a sus animales sepan que se trata de un organismo genéticamente modificado (OGM).

Las nuevas técnicas genómicas (NTG) han avanzado aceleradamente como un negocio altamente rentable en el campo de la medicina humana, y están ganando terreno en la creación de nuevas plantas y organismos que se promueven como más resistentes para el cambio climático. Incluso se pretende crear ganado genéticamente modificado con NTG.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha impulsado y financiado la aplicación de estas técnicas y la posición de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo es definir a estas plantas como tan similares a los organismos vivos naturales que no necesitarían ser etiquetadas como modificadas al consumidor.

Uno de los debates es si ¿cree usted que tiene derecho a ser informado mediante el etiquetado de los productos o solo los compradores de semillas deben saberlo?

Una granja que cultive en ambiente ecológico podría llegar a vender frutas, vegetales y ganado OGM si son clasificados como similares a los productos naturales.

En 2024, el Parlamento Europeo, sugirió que aceptaría hasta 20 modificaciones genéticas, para que la planta pueda salir del laboratorio clasificada y patentada como una planta equivalente a las plantas o vegetales «convencionales». Estas plantas recibirían el nombre de plantas NTG de categoría 1 y solo se etiquetarían a nivel de venta de semillas. No recibirían el nombre de Organismos genéticamente modificados (OGM).

Entonces, una persona que compre estos productos pensará que se está alimentando con frutas o verduras completamente naturales.

El resto de las plantas NTG, con más ediciones o mutaciones genéticas, recibirían el nombre de NTG de categoría 2. Incluirá a los anteriores Organismos genéticamente modificados (OGM) y supuestamente serían etiquetados al consumidor final. En este grupo también entrarían las platas transgénicas, en las que se cambia un gen por otro.

«No se puede descartar riesgos para la salud»

En diciembre de 2023, la agencia Agencia Francesa de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (ANSES) dictaminó que las nuevas técnicas genómicas (NTG) «pueden provocar cambios en las funciones biológicas de las plantas que no se tienen en cuenta en la propuesta de Categoría 1 de la Comisión Europea, y que no se puede descartar que puedan causar riesgos para la salud y el medio ambiente».

La Agencia dijo que al no definir claramente qué es una planta convencional no se establece la comparación.

La ANSES manifestó su preocupación por la poca claridad que rodea a estas técnicas. Estas dicen que aplican la mutación en un «sitio objetivo» con gran precisión sobre el genoma del organismo manipulando «material genético».

Reflexión bioética

La clasificación NTG1 y NTG2 sorprende a quienes abogan por la agricultura ecológica, alimentos naturales y quienes los rechazan por motivos morales y religiosos.

Una reflexión bioética sobre el uso de organismos genéticamente modificados y sus patentes publicada por los institutos nacionales de Salud de Estados Unidos dice lo siguiente:

«La producción de organismos genéticamente modificados parece ser más bien el afán de lucro de empresas más que el desarrollo sustentable de los países. Se cuestiona también que entes privados puedan adueñarse de la cualidad de reproducirse de los seres vivos por medio de los derechos de propiedad intelectual sobre formas que dan vida, ya sean patentes o derechos de obtentor [mejorador de variedades vegetales], por el hecho de tener un valor intrínseco. No se ve ético el apropiarse de un atributo de la naturaleza por más que se le haya modificado».

Peligro de control genético

Hay una gran preocupación de que la masiva creación de estas plantas NTG 1 y NTG 2 «faciliten el control de la biodiversidad genética por parte de grandes empresas, limitando la libertad de agricultores y criadores», dijo IFOAM Organic Europe, una organización con sede en Bruselas. El nuevo enfoque impulsa a que los agricultores dependan de las semillas patentadas en vez de las semillas tradicionales, que con todo esto podrían desaparecer.

Una nueva variedad de planta criada tradicionalmente tarda un promedio de diez a quince años en poder producirse y la industria no la puede patentar al no estar modificada, por lo tanto no hay negocio sin modificación.

Jan Plagge, presidente de IFOAM Organics Europe, dijo el 18 de junio que «nos enfrentamos a uno de los problemas más acuciantes del sector agrícola».

La organización, que ha expuesto anteriormente la posición de cientos de asociaciones que se oponen a la nueva normativa europea, está demandando para que se mantenga la trazabilidad total y el etiquetado claro de todas las plantas y productos que consume el ser humano y se eviten monopolios de patentes.

Pidió además que se prohíba en la agricultura ecológica a todas las clasificaciones europeas de NTG.

Abogan por un modelo que no dependa solo de la tecnología genética sino que defienda un enfoque integral y regenerativo, pidió que cada país tenga herramientas legales para proteger sus sistemas agrícolas y compensar los impactos de las nuevas normas.

La crítica de IFOAM es que las NGT se promocionan como soluciones rápidas en el agronegocio con beneficios no demostrados y posibles riesgos no evaluados, ignorando la complejidad de los agroecosistemas.

España promueve las NTG como parte del Pacto Verde

España creó años atrás un Grupo de Trabajo en materia de una agricultura basada en productos con nuevas técnicas genómicas. La posición española es que el Reglamento propuesto por la Comisión Europea para la regulación de productos «tiene por objeto posibilitar que el sector agroalimentario de la UE contribuya a los objetivos de innovación y sostenibilidad del Pacto Verde Europeo, la estrategia De la granja a la mesa y la estrategia sobre Biodiversidad, mejorando al mismo tiempo la competitividad del sector».

La diputada socialista Trinidad Argota Castro declaró en mayo de 2024, ante el Congreso, que «el compromiso de este Gobierno con las técnicas de edición genética y las necesidades del sector es claro y contundente».

También destacó que para ello España cuenta con un Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación  y el PERTE Agroalimentario. Además, «nuestro país cuenta con centros de investigación nacional que trabajan y lideran la investigación con estas tecnologías en el sector agroalimentario gracias a la financiación pública».

La Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Congreso aprobó el 18 de junio una proposición no de ley (PNL) del Grupo Parlamentario Socialista para impulsar más estudio, desarrollo y aplicación de las nuevas técnicas genómicas.

«Debemos comprometernos con las Nuevas Técnicas Genómicas, fundamentales en el ámbito agrario, para mantener una posición de liderazgo en mercados internacionales. Estos avances traerán soluciones a los problemas actuales y futuros de nuestros cultivos», dijo el PSOE en un mensaje en X el 18 de junio.

Una tecnología «ajena a las necesidades reales del campo español», dice la oposición

El diputado de VOX en la Comisión de Agricultura, Ricardo Chamorro, respondió que ha rechazado la proposición no de ley del PSOE sobre las nuevas técnicas genómicas, al considerar que se trata de «una maniobra más de sumisión a Bruselas, bajo el disfraz de innovación y sostenibilidad».

«Esta iniciativa, aparentemente técnica, ha escondido una nueva imposición ideológica del Pacto Verde Europeo, ajena a las necesidades reales del campo español».

Anteriormente, el parlamentario de VOX, José Ramirez del Río, apoyó el uso de estas técnicas. El diputado Chamorro, en su intervención, ha advertido que «aunque VOX ha defendido siempre la innovación científica y las nuevas tecnologías agrícolas, ha exigido garantías para evitar que esta transición beneficie exclusivamente a grandes multinacionales biotecnológicas, dejando fuera a pequeños y medianos agricultores».

Según el diputado Tony Valero Morales, se «defienden estas nuevas técnicas genómicas con el argumento de que contribuirá a aumentar los ingresos agrícolas y a hacer el sector más competitivo en el mercado mundial, pero esto únicamente se aplica a la producción agroindustrial, no para los pequeños agricultores, que probablemente, como se ha dicho anteriormente, se pueden ver abocados a comprar semillas que antes podían utilizar libremente».

«Tengamos en cuenta que cuatro empresas dominan el mercado de patentes de nuevas técnicas genómicas. Por tanto, esto no solo hará que los recursos genéticos se concentren en unos pocos, sino que los pequeños productores podrán ver incrementado el coste de sus semillas», añadió Valero, sin detallar cuales son estas empresas.

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