ESPAÑA

La UE aprueba alimentos sintéticos mientras la FAO alerta de posibles efectos adversos para la salud

Se trata de subproductos sintéticos que podrían afectar al metabolismo humano en formas aún desconocidas, alertan algunos médicos. Además hay estudios que muestran que tienen un impacto ambiental entre 10 a 50 veces mayor que la ganadería convencional
julio 3, 2025 13:25, Last Updated: julio 3, 2025 13:26
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Las inversiones en la industria de la «carne cultivada», un producto sintético basado en células animales, están disminuyendo en medio de crecientes contradicciones sobre sus beneficios, según Realidad Ganadera y European Livestock Voice. Sin embargo, sus productos relacionados están siendo aprobados y patentados en Europa y se preparan para invadir la industria alimentaria.

Aunque la OMS y la FAO han emitido informes que exponen los riesgos para la salud y el impacto ambiental de su producción, las dos organizaciones y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), dirigida por la Comisión Europea, siguen permitiendo su avance.

Y no solo eso, hay estudios que muestran que la producción de estos alimentos sintéticos requieren de más energía y agua que la ganadería convencional, por lo que no se deberían considerar como alternativas «verdes» a la ganadería intensiva, la principal razón por la que se comenzaron a valorar como alternativa a la carne natural.

Los informes advierten que para obtener compuestos específicos necesarios para hacer crecer estos cultivos celulares, como proteínas, hormonas, grasas, colágeno, vitaminas y minerales, una de las técnicas usadas es el proceso es la «fermentación de precisión», conocida anteriormente en la producción de Organizamos Genéticamente Modificados (OGM). Esta biotecnología utiliza bacterias, levaduras u hongos para producir las sustancias requeridas de manera acelerada.

Todos estos productos se incorporan en unos biorreactores para que las células que se están «cultivando» se desarrollen y multipliquen.

La producción implica el cultivo de células aisladas de animales «para desarrollar diversos productos finales, como tejidos musculares y grasas de ganado, cerdo, aves, pescado, crustáceos, codornices o incluso canguros», dijo la FAO en 2023. A esta lista se han agregado más productos.

La compañía holandesa, Mosa Meat, conocida por crear la primera hamburguesa en laboratorio del mundo en 2013, presentó su primera solicitud de Novel Foods a la Comisión Europea para su grasa de vacuno cultivada. Esta es la primera solicitud de autorización de comercialización de Mosa Meat en la Unión Europea y la primera presentación de la UE para la carne de vacuno cultivada, según Realidad Ganadera.

Pero, la Unión Europea otorgó en 2024 la patente para la proteína de clara de huevo producida mediante la técnica «fermentación de precisión» a la empresa Every, sumándose así a sus otras patentes en Estados Unidos, Finlandia, Alemania, Dinamarca y Reino Unido, informó el medio especializado Intrepia en febrero de 2025 al anunciar que «la industria se está expandiendo».  En 2024 la empresa consiguió un 60% más de inversión recaudando abundantes ganancias.

La «proteína bioidéntica de huevo fermentada con precisión se produce a partir de una cepa de hongos Trichoderma reesei», añade. Otros productos son las proteínas de la caseína por parte de la empresa alemana Formo, para los quesos, y las proteínas «lácteas» de Standing Ovation que se incorporarán en múltiples productos preparados por la industria alimentaria.

La EFSA ha aprobado patentes de proteínas sintéticas y grasas sintéticas que se están incorporando en la bollería, pastelería y productos como tortillas. En un ejemplo, la empresa Standing Ovation tendría una alianza con Palacios, líder en España en producción de pizzas, repostería y otros productos preparados,  para introducir algunos de estos productos sintéticos.

«La industria de fermentación de precisión se expande gracias a los avances en la obtención de nuevas patentes y permisos en Europa y USA y a una leve mejora hacia la simplificación y racionalización del marco regulatorio y los procesos de aprobación en la UE, cuestiones que espolean la presentación de nuevas líneas de ingredientes», dijo Intrepia.

La FAO y la OMS indicaron en su informe de 2023 que «los alimentos de origen celular no son alimentos futuristas». Las organizaciones informaron sobre «100 empresas/startups que ya están desarrollando productos alimenticios de origen celular, listos para su comercialización y en espera de aprobación».

Impacto ambiental 10 a 50 veces mayor que la carne natural

Quienes impulsan la carne sintética tratan de asociarla a un producto más ecológico que la carne convencional, algo que la industria ganadera contradice.

Las células precursoras de los animales, generalmente obtenidas de una biopsia muscular, se colocan en un biorreactor, donde se dividen, se alimentan, se impulsa su crecimiento y se convierten en algo parecido a un tejido muscular. Estos biorreactores requieren grandes cantidades de energía para mantener las condiciones necesarias para el crecimiento celular  y el proceso, puede generar emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la pone en desventaja respecto a la carne natural, dice Realidad Ganadera.

A su vez las técnicas de fermentación de precisión requieren agua de manera intensiva.

«La huella ambiental de los productos cultivados en laboratorio podría superar la de la ganadería tradicional, con impactos de 10 a 50 veces mayores que la carne natural, principalmente debido a la naturaleza intensiva en energía de los biorreactores utilizados para cultivar las células», añade Realidad Ganadera, citando estudios.

También destaca que la FAO estimó que el consumo mundial de carne real aumentará un 14 % de aquí a 2030. Esta demanda adicional, si fuera reemplazada por carne sintética y las personas aceptaran comerla, necesitaría tener en funcionamiento unos 150 000 biorreactores cuyo impacto ambiental sería más del doble que satisfacer la demanda a través de la ganadería convencional.

A ellos se suma que esta producción de células cultivadas no contribuye a la mejora del uso de la Tierra.

Hormonas, antibióticos y moléculas que alterarían el metabolismo

En abril de 2023, la FAO y la OMS publicó un informe identificando 53 riesgos potenciales para la salud de estos alimentos sintéticos, pero aún así mantuvo las puertas abiertas a estos productos. Desde entones ha publicado nuevos informes.

«Los alimentos de origen celular no son alimentos futuristas. Más de 100 empresas/startups ya están desarrollando productos alimenticios de origen celular, listos para su comercialización y en espera de aprobación», dijo entonces la FAO.

En el documento se señala que los medios habituales para el cultivo celular son mezclas complejas de sales, azúcares (glucosa), vitaminas, aminoácidos, ácidos orgánicos, factores de crecimiento y hormonas. También enumera numerosas enzimas o sustancias químicas que incluyen moléculas biológicamente activas que podrían interferir con el metabolismo de la persona que lo consume, y que se asocian con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.

Otro estudio mencionado por Realidad Ganadera confirma que para la producción de cultivos con células de la carne se utilizan biorreactores, donde se impulsa la multiplicación celular con varios productos anabólicos como las hormonas de crecimiento (GH) y el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF), así como factores de crecimiento hipertrófico como los andrógenos, particularmente la testosterona, que aumentan la masa muscular in vitro.

Esto contradice la publicidad que se le da a la «carne cultivada».

Por ejemplo, se acelera el crecimiento celular anormal de la biomasa muscular, en particular el mecanismo de proliferación celular lo que desencadena gran preocupación entre los expertos debido al mayor riesgo de mutaciones incontroladas.

Los documentos indican también una «preocupación genuina de que estas moléculas bioactivas puedan interferir con el metabolismo humano y potencialmente desencadenar el desarrollo del cáncer», dice Realidad Ganadera.

En el fondo se está impulsando un alimento del que «se desconoce el comportamiento de ciertos subproductos en el cuerpo humano», dice Realidad Ganadera.

La ganadería tradicional, por el contrario, prohíbe desde hace cuarenta años el uso de hormonas que ahora se usan en los laboratorios para producir las células cultivadas.

Respecto al uso de antibióticos, «se ha reducido en más de la mitad en la ganadería en la última década», pero «prevalece en la producción de carne sintética, a menudo combinada con antifúngicos. Estas prácticas plantean más preguntas sobre la seguridad y la sostenibilidad de la carne cultivada en laboratorio».

Aunque la «carne cultivada» esté desencantando a los productores por resultados insatisfactorios al no conseguir  los micronutrientes y los sabores de la convencional, la industria está lejos de parar la producción de sus productos relacionados ya que han encontrado las puertas abiertas en la Comisión Europea.

Se desconocen los problemas inmunológicos

(Imagen de Andreas Lischka en Pixabay)

El Dr. Antonio Gasbarrini, experto en aparato digestivo, profesor de la Universidad Católica de Roma, expuso el año pasado cómo funciona el aparato digestivo humano normal y la importancia de mantener su microbiota para la defensa contra todo tipo de enfermedades.  De su buen funcionamiento depende la inmunidad.

De hecho, el 80 % de la inmunidad se encuentra en el intestino, desde donde es llamada por el cerebro y luego distribuida por todo el cuerpo cuando hay un problema, señaló.

«Cuando leo «carne cultivada», considero que es un error científico enorme. No es carne cultivada. Son células aisladas de una biopsia muscular que se ponen en un medio de cultivo y crecen allí. Pero no es carne. La carne es una estructura mucho más compleja que consta de células, pero también de grasa, minerales, estructuras cartilaginosas y más».

El médico dice que, a diferencia de la carne animal, las células cultivadas se absorben todas en el duodeno sin dejar que el colon reciba los restos que sirven para mantener su microbiota, esencial en los procesos inmunológicos del ser humano.

«La microbiota del colon prácticamente no recibe nada porque ya se ha absorbido todo antes, y dado que la microbiota, en función de lo que se come, envía neurotransmisores centrales», esto influenciará en cuántas calorías absorberá la persona en la comida siguiente, entre sus muchos efectos metabólicos.

«¿Quién puede asegurar que estos alimentos sean seguros si no sabemos cómo afectan a la microbiota, al sistema inmunitario y al eje intestino-cerebro?», destaca. «La toxicidad, los riesgos genotóxicos, el riesgo de cáncer, todo eso se valora a largo plazo. ¿Cuántos años llevará antes de que podamos realmente evaluar estos riesgos?».

El médico lanza una pregunta: Si se le dice a un paciente que se desconoce si el fármaco que recibió es seguro, «quién lo tomaría».

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