El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que flexibilizará las normas sobre emisiones para los fabricantes de automóviles. En un discurso pronunciado en Washington el 3 de diciembre, sostuvo que anulaba las disposiciones de su predecesor, Joe Biden, orientadas a promover los vehículos eléctricos y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Trump, acompañado por ejecutivos de Ford, General Motors y Stellantis, afirmó que la medida abarataría los automóviles y protegería los empleos en la industria automotriz estadounidense. Entre quienes lo acompañaban se encontraban el director ejecutivo de Stellantis, Antonio Filosa, que preside la empresa matriz de Opel, y el director ejecutivo de Ford, Jim Farley.
Trump: acabar con el «fraude verde»
Trump añadió que la medida también pondría fin al «fraude verde». Según la Casa Blanca, los ciudadanos estadounidenses ahorrarán una media de 1000 dólares (860 euros) por cada coche nuevo que compren. Los críticos consideran engañoso el cálculo y argumentan que los conductores tendrán que gastar más en combustible, porque con la relajación de la normativa los vehículos con motor de combustión consumirán más.
Las directrices anteriores fijaban que, para 2031, un galón de combustible debía permitir recorrer de media unos 80 kilómetros, lo que equivale a unos 4,7 litros cada 100 kilómetros. El nuevo objetivo reduce esa exigencia a solo 56 kilómetros por galón, es decir, alrededor de 6,8 litros cada 100 kilómetros.
Las normas de Biden pretendían reducir la carga financiera de los consumidores mediante un consumo de combustible más eficiente y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente. Biden también impuso una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la industria automotriz. Se estimaba que estas medidas ahorrarían a los ciudadanos estadounidenses un promedio de unos 600 dólares (520 euros) en costes de combustible durante la vida útil de sus vehículos.
La administración Biden buscaba, asimismo, impulsar las ventas de vehículos eléctricos con estas regulaciones. Los fabricantes de automóviles tuvieron que invertir más para cumplir las nuevas normas.
Trump calificó las normas de Biden de «ridículas, onerosas, terribles» y caras. «La gente quiere motores de combustión», insistió. Añadió que también hay demanda de coches eléctricos, pero que, por ahora, los motores de combustión están «muy por delante».
Los fabricantes de automóviles aplauden la medida
El director ejecutivo de Ford, Jim Farley, elogió el liderazgo del presidente Trump al adaptar los estándares de consumo de combustible a las condiciones del mercado. Stellantis y General Motors también agradecieron a Trump su iniciativa. Farley se comprometió a ofrecer vehículos más asequibles en el mercado estadounidense.
Durante el mandato de Biden, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) anunció en marzo de 2024 límites de emisiones más estrictos para las flotas de vehículos nuevos entre 2027 y 2032. El plan preveía un límite máximo anual decreciente para las emisiones medias de todos los vehículos nuevos de cada fabricante, similar al sistema ya vigente en la Unión Europea.
El transporte es la mayor fuente de gases de efecto invernadero perjudiciales para el clima en Estados Unidos. Con estas normas, el gobierno de Biden pretendía impulsar la transición hacia los vehículos eléctricos. Los fabricantes tenían libertad para elegir qué tecnologías emplear: motores de combustión más eficientes o una mayor proporción de coches eléctricos.
Freno al comercio de derechos de emisión
El gobierno estadounidense también planea poner fin al comercio de derechos de emisión a partir del año 2028. Hasta ahora, los fabricantes de automóviles podían negociar estos créditos y acumular puntos para cumplir las estrictas normas. Estos ingresos han sido especialmente importantes para que Tesla mejorara su balance de emisiones. Las medidas previstas aún no se han aplicado.
El estado de California sufrió un revés en sus iniciativas medioambientales esta primavera, cuando el Senado de Estados Unidos revocó una exención que le permitía fijar sus propias normas ambientales, más estrictas, para los automóviles.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Vorfahrt für Verbrenner: Trump lockert Emissionsregeln für Autos»
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