El presidente Donald Trump anunció el 15 de diciembre que estudia una orden ejecutiva para sacar la marihuana de la Lista I de la Ley de Sustancias Controladas (Controlled Substances Act, CSA), una categoría reservada para sustancias sin uso médico aceptado y con alto potencial de abuso.
Trump respondió sobre el plan durante un acto en la Casa Blanca el lunes, con motivo de la entrega de la Medalla de Defensa de la Fronteriza con México, que reconoce a militares desplegados en la frontera entre ambos países.
«Lo estamos considerando», indicó el presidente. «Porque mucha gente quiere la reclasificación, ya que permitiría realizar muchas investigaciones que ahora no pueden llevarse a cabo. Por eso lo estamos estudiando muy seriamente».
Un proceso de revisión iniciado por el presidente Joe Biden en 2022 podría reclasificar la marihuana como sustancia de la Lista III, pero, de concretarse, no la legalizaría ni la despenalizaría.
Trump declaró a la prensa en agosto que su administración estaba «considerando la reclasificación», pero que la decisión no sería inmediata.
«Lo estamos considerando. A algunos les gusta. A otros les desagrada. Algunos odian el concepto mismo de la marihuana, porque si es perjudicial para los niños, también lo es para las personas mayores», declaró Trump. «Pero estamos considerando la reclasificación y tomaremos una decisión en las próximas semanas, y espero que sea la correcta».
El presidente añadió que la marihuana es un asunto complejo y que, en su opinión, la planta ha dado buenos resultados en el ámbito médico, aunque existen «cosas negativas relacionadas con casi todo lo demás, menos con lo médico».
«Para el dolor y otras afecciones, he escuchado cosas muy positivas, pero para otras, cosas muy negativas», afirmó Trump.
El proceso de reclasificación iniciado con Biden
Si el presidente sigue adelante con la orden ejecutiva, podría reactivar el proceso iniciado por su predecesor. Hasta ahora no estaba claro si el Gobierno federal seguiría con la reclasificación de la marihuana como sustancia de la Lista III, después de que Biden instara en 2022 al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) a revisar el estatus de la droga.
Tras completar la revisión en 2023 y considerar las recomendaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), el HHS respaldó la reclasificación de la marihuana a la Lista III.
El Departamento de Justicia, entonces bajo Biden, hizo lo mismo en mayo de 2024 y anunció que avanzaba formalmente para sacar la marihuana de la Lista I, un paso que exige ordenar a la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) que modifique su clasificación.
Sin embargo, tras la pérdida del control del poder ejecutivo por parte del Partido Demócrata en las elecciones del año pasado, persistían dudas sobre si el Departamento de Justicia y la DEA continuarían el proceso para situar la marihuana en la Lista III, junto con fármacos de uso generalizado como los esteroides anabólicos, la testosterona y la ketamina.
La Lista I, por su parte, está reservada para drogas sin «uso médico actualmente aceptado y con un alto potencial de abuso», como el LSD, el éxtasis (MDMA) y la heroína.
Quienes apoyan la reclasificación de la marihuana citan décadas de testimonios sobre beneficios médicos en el tratamiento de dolencias como el insomnio, la ansiedad y el dolor. No obstante, investigaciones recientes han cuestionado la eficacia de la planta para tratar el dolor no neuropático, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Además, algunos compuestos de la planta, conocidos como cannabinoides, han dado lugar a nuevos medicamentos aprobados por la FDA, como el Epidiolex, elaborado a partir de cannabidiol (CBD), indicado para la epilepsia infantil grave.
«Estos niños sufren convulsiones unas 100 veces al día, y este medicamento puede reducir el número de convulsiones y, en un pequeño porcentaje, eliminarlas», declaró Kent Vrana, director del Centro de Cannabis y Productos Farmacéuticos Naturales de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State), durante una sesión de preguntas y respuestas en agosto.
Una encuesta publicada en marzo por Fabrizio, Lee, & Associates reveló que el 72 % de los votantes y el 67 % de los republicanos apoyan la reclasificación de la marihuana de la Lista I a la Lista III.
Implicaciones legales
Incluir la marihuana en otra categoría de la Ley de Sustancias Controladas no legaliza ni despenaliza la planta, pero puede reducir la carga administrativa en los mercados regulados de los estados con leyes de uso recreativo o medicinal.
Algunos bancos se niegan a operar con empresas del sector por el riesgo legal y regulatorio, ya que a nivel federal la marihuana sigue clasificada en la Lista I.
Además, según Vrana, esa clasificación ha dificultado que universidades y otras organizaciones realicen ensayos clínicos autorizados que impliquen administrar la sustancia a los participantes.
En esos casos, los investigadores recurren a experiencias declaradas por consumidores, con menor rigor empírico, cuando no pueden suministrar la sustancia en el marco del estudio.
«Solo puedo obtener cannabis y cannabinoides de unas pocas fuentes aprobadas por el gobierno federal», declaró Vrana en agosto, y añadió que esa limitación pone en riesgo la financiación de la universidad.
«Nos dificulta la realización de ensayos clínicos que nos ayudarían a comprender mejor los posibles beneficios (y daños) del cannabis».
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Trump Says He’s Considering an Executive Order to Reclassify Marijuana».
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