WASHINGTON—La reciente proyección de un documental sobre la sustracción forzada de órganos en la China comunista despertó preocupación entre el público, que afirmó que este crimen de Estado requiere una mayor concienciación pública.
La proyección, que forma parte de una conferencia conjunta de los Distritos Rotarios 7610 y 7620, se inauguró con la intervención de sus gobernadores, Ravi Katharine Cooper y Mandy Granger. El evento lo presentó Amelia Stansell, presidenta del Grupo de Acción Rotaria contra la Esclavitud del Distrito 7610, en el hotel The Westin Washington, D.C. City Center, el 3 de octubre.
El documental «Órganos del Estado: Desenmascarando el Abuso de Trasplantes en China» narra la historia de Zhang Yun y Shawn Huang, quienes desaparecieron en circunstancias sospechosas en China a principios de la década del 2000, y sigue la desgarradora historia de sus familias, que llevan más de 20 años buscándolos.
Durante la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos, las familias descubren una realidad escalofriante: una industria de sustracción de órganos que opera bajo la sanción del régimen comunista chino.
Stansell dijo que le impresionó el impacto que la película tuvo en sus compañeros rotarios y en el público.
«Cuando me giré y vi los rostros de todos, muchos con lágrimas en los ojos, entendí que eso fue lo que más me impresionó y me conmovió», declaró Stansell a The Epoch Times.
Dijo que era la segunda vez que veía la película, pero esta vez, la idea de que alguien pudiera ser víctima de desaparición forzada en China la conmovió profundamente.
«Eso es más que un simple secuestro», dijo Stansell. «Simplemente se han ido… no hay esperanza».
Kenny Loveless, rotario desde hace más de 30 años, declaró a NTD, el medio hermano de The Epoch Times, que sentía lástima por las familias que intentan encontrar a sus seres queridos desaparecidos.
«Para las familias que siempre mantienen esa pequeña esperanza de que sus hijos, su hijo, su hermano, su hermana, puedan regresar a casa, es una tortura que viven a diario», dijo Loveless.

Durante la sección de preguntas y respuestas del evento, una asistente dijo que estaba «asombrada por la gravedad y la brutalidad».
«No puedo creer que no supiera nada de esto hasta hoy», declaró. «¿Cómo estrenamos esta película? Porque se me ocurren cientos de personas a las que podría mostrársela».
Durante décadas, China ha sido un importante destino de turismo de trasplantes, atraído por los inusualmente cortos tiempos de espera para donantes de órganos. Esto se debe a la explotación que el Partido Comunista Chino (PCCh) hace de los presos, en particular de aquellos encarcelados por sus creencias, que son utilizados sistemáticamente como banco de órganos vivos.
El doctor Andreas Weber, cirujano y representante en Alemania de Médicos Contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH, por sus siglas en inglés), explicó durante el coloquio que conocía a una paciente en Alemania que había viajado a China para recibir un trasplante de hígado por alcoholismo.
Weber explicó que tenía un tipo de sangre poco común, pero que en China lograron conseguirle un órgano compatible en seis meses, algo «impensable» en países con sistemas de donación de órganos basados en criterios éticos.
«Pagó 400 000 dólares por un hígado. Y, como es alcohólica, uno no le bastó. Así que fue tres veces y compró tres hígados», dijo Weber. «Pagó 400 000 dólares por cada uno».
En 2020, un tribunal popular independiente con sede en Londres emitió su sentencia completa tras 18 meses de investigación. El tribunal concluyó, más allá de toda duda razonable, que el régimen chino había estado sustrayendo órganos a presos de conciencia durante muchos años, siendo las principales víctimas los practicantes de Falun Gong.

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual arraigada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Presentada al público por primera vez en China en 1992, ganó adeptps con rapidez impulsada por el boca a boca, alcanzando entre 70 y 100 millones de practicantes en 1999.
Temiendo que la popularidad de Falun Gong amenazara el poder del régimen, el 20 de julio de 1999 el PCCh inició una brutal campaña para erradicar la práctica. Desde entonces, sus practicantes han sido sometidos a detenciones arbitrarias, trabajos forzados, tortura e incluso la muerte por sustracción forzada de órganos.
Claudio Roberto Brown, miembro del Club Rotario del Sur del Condado de Harford, subrayó la gravedad del asunto.
«No se trata de un hombre local en una trastienda en algún lugar de China; se trata del nivel más alto del gobierno», declaró a NTD.
Vijay Kowtha, presidente electo del Club Rotario de College Park en Maryland, declaró a NTD que ahora le preocupa «toda la idea del turismo de trasplantes».
El documental, dirigido por Raymond Zhang, ganador del Premio Peabody, ha recibido numerosos reconocimientos. En junio obtuvo el galardón «Logro Destacado» en los Humanitarian Awards 2024 del Accolade Global Film Competition, un prestigioso certamen cinematográfico en línea fundado en 2003.
Eliseo Luján, director del Club Rotario de Rockville, Maryland, declaró a NTD que la gente necesita ver la película para «entender lo malvado que es el mundo».
Sam Caughren, médico de familia jubilado, expresó su deseo de que el gobierno estadounidense tomara medidas.
«Me gustaría que el gobierno no permitiera que las personas de Estados Unidos viajen a China para recibir un trasplante», declaró Caughren a NTD.
«Creo que esa es una de las cosas que ayudaría a reducir significativamente la posibilidad de que utilicen una red tan amplia de personas como donantes».
Dos leyes estadounidenses que buscan sancionar a los autores de la sustracción forzada de órganos —la Ley para Detener la Sustracción Forzada de Órganos (Stop Forced Organ Harvesting Act) y la Ley de Protección de Falun Gong (Falun Gong Protection Act)— fueron aprobadas por la Cámara de Representantes a principios de este año. Aún deben ser votadas por el Senado.
Sherry Dong y Eva Fu contribuyeron a este informe.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Film on China’s Illicit Organ Trade Sparks Concerns Among DC Audience»
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