El presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, denunció la «ratificación exprés» del pacto entre la Unión Europea y Mercosur, y explicó a The Epoch Times España que el procedimiento elegido «deja al campo europeo en una posición de vulnerabilidad» frente a las importaciones agroalimentarias del bloque sudamericano. La organización provincial —en línea con ASAJA nacional— sostiene que la maniobra acelera la aplicación comercial del acuerdo antes de cerrar las garantías que, a su juicio, son indispensables para no afectar la salud del consumidor final.
«Lo quieren vender como un acuerdo de los países del Mercosur, pero hay una serie de flecos que no quedan claros y que son muy comprometedores para el futuro de la agricultura española y para los consumidores europeos», dijo Andreu.
«No hay bilateralidad en los compromisos y beneficios para cada parte», ya que algunos términos tan anunciados por la Comisión Europea como la afirmación de que el acuerdo reducirá los elevados aranceles sobre productos agroalimentarios clave de la UE, en particular el vino y ciertas bebidas (hasta un 35 %), el chocolate (20 %) y el aceite de oliva (10 %), con la propuesta actual tardarán una decena de años para que se apliquen.
«En teoría, podríamos incrementar nuestras exportaciones de vino y aceite, pero lo que no han dicho es que hay un periodo de transición de entre 8 y 12 años en el que esa bilateralidad no va a ser así: para poder exportar nuestros productos hay que superar ese periodo. En cambio, en sentido contrario, los productos de Brasil y Argentina van a poder llegar sin aranceles desde el minuto uno. Es decir, no es tan beneficioso», destacó Andreu.
La Comisión Europea optó por activar un Acuerdo Comercial Interino (ATI) que permite aplicar de forma inmediata buena parte del pilar comercial del trato final. ASAJA se muestra abiertamente en contra de este atajo procedimental porque —asegura— «el campo europeo no puede asumir una liberalización que solo favorece a terceros países y que desprecia los esfuerzos de sostenibilidad, bienestar animal y calidad alimentaria que exigimos en la Unión Europea».
Los agricultores denuncian que con el ATI «la Comisión ha optado por sacrificar la agricultura europea en aras de un rédito político inmediato».
El pacto completo de asociación de la UE con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, detenido en medio de trabas y desacuerdos, seguirá los trámites reglamentarios y requerirá la aceptación de todos los países.
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ASAJA pide valorar la calidad de los productos de España y Europa
El presidente de ASAJA Alicante considera que el camino a seguir debería valorar «el gran hándicap que tenemos en España y en Europa» y no dar paso a productos de menor calidad.
«Afortunadamente, contamos con una seguridad alimentaria muy estricta. En el consumo de carne, por ejemplo, están prohibidas las hormonas de engorde en la ganadería; en cambio, en Brasil y Argentina no hay control suficiente en las grandes productoras de carne. El propio Gobierno de Brasil reconoce por escrito que no tiene control del uso de hormonas de engorde en su país».
«Si el propio país no controla ese producto, ¿cómo se garantiza aquí que la carne procedente de Brasil no se ha criado con hormonas que en Europa están prohibidas?».
En dichas condiciones, advierte que «va a haber un absoluto descontrol: sin duda llegará al consumidor la carne de baja calidad, sin cumplir las normas sanitarias de la UE. Eso compromete seriamente la salud de los ciudadanos europeos y la competitividad de los ganaderos españoles, porque nosotros no usamos esos químicos. Aunque reducen mucho el coste, aquí están prohibidos por seguridad alimentaria».
Mientras los elementos del acuerdo que podrían beneficiar a los agricultores y al consumidor final europeo se tardarán años en aplicar, los de la contraparte serán inmediatos, dice Andreu. Según la Comisión Europea, se estima que el pacto «reducirá los aranceles, a menudo prohibitivos, que impone el Mercosur a las exportaciones de la UE, incluso sobre productos industriales clave, como automóviles (actualmente un 35 %), maquinaria (entre un 14 % y un 20 %) y productos farmacéuticos (hasta un 14 %)».
Con el acuerdo de MERCOSUR «se quiere dar salida como sea a los coches de Alemania, Francia e Italia, porque a Estados Unidos no van a ir. Esa es la auténtica razón de la firma apresurada del acuerdo con Mercosur». Estados Unidos aplicó en abril aranceles más estrictos a la UE que están en negociaciones.
El pacto «se va a firmar tras 20 años de negociación, de forma exprés y sin garantizar aspectos clave, como consecuencia de los aranceles de Trump, que han puesto en graves dificultades a la industria europea», agrega Andreu.
Peligro aún mayor para el comercio de grano
La soja y el maíz ya están en dificultades y el llamado acuerdo exprés llega cuando los cerealistas españoles necesitan ayuda. Por el momento no se ve un alivio con el acuerdo.
«En España son millones de hectáreas dedicadas al cereal», que están en peligro. Andreu se refirió a cómo les afecta la prolongada guerra entre Ucrania y Rusia.
«Tenemos un problema muy grave derivado de lo que pasa en el mundo: los conflictos, geopolítica y guerras están distorsionando el comercio mundial».
«Los fertilizantes vienen en su mayoría de Rusia y Ucrania. Allí hay mucho gas natural, energía barata, y fabricar fertilizantes requiere mucha energía. Con el bloqueo y la distorsión del comercio, los fertilizantes han subido casi un 100 % desde que estalló la guerra de Ucrania».
«Este año hemos tenido una cosecha récord de cereal en España, la mayor de la historia. No hay ni sitios para almacenarlo, y estamos en récord de precios bajos por la sobre-oferta. Con costes de producción duplicados, pese a la gran cosecha no se cubren costes. Se ha producido como nunca, pero los agricultores están en pérdidas. De cara a la próxima campaña muchos no volverán a sembrar trigo, maíz, cebada o centeno porque, aun con buena cosecha, no cubren costes por el alza de insumos y la caída internacional del precio del cereal».
En Granada, por ejemplo, ASAJA informa en su web que las pérdidas de esta campaña suman 30 millones de euros, empeoradas por la amenaza que supone el nuevo modelo de la PAC que plantea la Comisión Europea a partir de 2028 —con recortes presupuestarios previstos de al menos el 20 %— entre otras medidas que podrían significar la pérdida de soberanía alimentaria en Europa.
El precio medio que recibe el agricultor apenas alcanza los 0,19 €/kg, el mismo que hace 40 años, mientras que los costes de producción ascienden a 760 €/ha (semillas, abonos, combustible, maquinaria, mano de obra, etc.), con amenaza de nuevos aumentos, especialmente por el encarecimiento de los fertilizantes.
«Los costes de producción en zonas de selva amazónica son infinitamente menores que aquí, donde tenemos una estructura asociada al secano, de más calidad pero con menor rendimiento. En precio jamás podremos competir. Si el cereal ya lo está pasando mal, con el acuerdo de MERCOSUR será la tumba definitiva para el cereal español», dijo Andreu.
Pesticidas: las plagas traspasan los puertos de entrada
Andreu advierte que «en Brasil se cultiva con pesticidas que aquí están prohibidos».
«Allí tienen plagas que aquí, afortunadamente, aún no tenemos. Por una parte, tendremos una competitividad muy reducida porque sus productos entrarán sin cortapisas ni aranceles; por otra, está el riesgo de que nos lleguen plagas que aquí no existen».
En su opinión, el acuerdo se enfrenta a un control reducido en las fronteras europeas, lo que empeora la situación: «El control en frontera es ridículo».
«Las fronteras de Europa son un coladero de productos no autorizados y de plagas que están causando gravísimos daños, agravados por el cambio climático: España se está volviendo más cálida y seca, y plagas antes desconocidas ahora pueden proliferar. Cuando llegan, se adaptan y se desarrollan. Están llegando por fronteras abiertas, por puertos donde no se controla», afirma Andreu.
Para aclarar esta situación, indicó que «los puertos buscan más operaciones y más rapidez; sin embargo, para un control eficaz hay que imponer cuarentenas y ralentizar, y eso no se está haciendo».
«La legislación europea no afecta directamente a los puertos: estos son competencia de los Estados miembros. Europa dicta una norma, pero cada país decide si aplicarla en la zona portuaria». En la práctica, dice, «es un coladero», porque, aunque en España se controlara más, «llegan cítricos a Róterdam, a Portugal o a Marsella que entran perfectamente y, en unas horas, los tenemos en España en un camión. Igual ocurriría con una naranja de Brasil que llegue con su plaga, y eso es una auténtica ruina».
Reuters informó el 10 de septiembre que la enfermedad del enverdecimiento, causada por una bacteria transmitida por el psílido asiático de los cítricos, ha infectado a casi el 48 % de la zona de cítricos de Brasil, según nuevos datos del grupo de investigación Fundecitrus.
También la producción de leche podría verse afectada. Andreu estima que «habrá importaciones procedentes de Estados Unidos y de MERCOSUR» por las que «este producto llegará a precios bajos y sin garantías sanitarias: si la ganadería allí usa productos no autorizados, aquí eso se transmite a la leche sin duda».
Los productos afectados forman parte de «la columna vertebral del sistema agrario de España y de la UE: en estos productos está el 90 % de nuestras producciones, y súmale la PAC y el recorte de la PAC, que también está perjudicando a los agricultores».
La propuesta de ASAJA es lograr un buen acuerdo con Mercosur:
«Creo que es bueno tener relaciones comerciales con MERCOSUR —más todavía para España, por nuestro vínculo histórico—. Hay muchos sudamericanos viviendo aquí. Hay que mantener ese vínculo, pero de forma ordenada», declaró Andreu.
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La Ley de Restauración de la Naturaleza
Al consultar cómo afecta la Ley de Restauración de la Naturaleza al acuerdo, Andreu señala dos aspectos. Por una parte, afirma que «se va a politizar y se usará como herramienta que va a dañar más al sector agrario».
«Pero, si somos coherentes, si el Parlamento Europeo la aprueba, la aplicaremos».
Lo que ocurriría —añade— es que «en Brasil se cultiva muchísimo en la Amazonía, que está deforestada. En teoría, para dar cumplimiento a la ley, los productos que degradan la naturaleza no se podrían comercializar en Europa. Pues bien: en la firma exprés del acuerdo con MERCOSUR ese punto se ha anulado».
¿Y para Europa, qué sucede? «Para nosotros no se anula. Esto es un desagravio y una conducta bipolar: a mí me exiges unas condiciones que, te gusten o no, en democracia se aprueban y yo las cumplo; pero no puedes ir a mi vecino —aunque esté a 6000 km— y, por intereses, eximirle de cumplir esa ley que a mí me obliga. Eso es un contrasentido».
Con la aplicación de la ley «habrá ecosistemas que tendrán que dejarse de cultivar: zonas protegidas por Red Natura, hábitats de interés comunitario, paisajes protegidos».
Sobre cómo afecta al agricultor o al ganadero cumplir esta ley, Andreu recordó un caso en Villena (Alicante): «Un agricultor plantó un olivar en una zona protegida por un ave endémica de la zona. Medio Ambiente le obliga a arrancar el olivar. Hay una resolución judicial que así lo ordena. Sin embargo, llegará soja de Brasil de zonas deforestadas.
«En base a la Ley de Restauración de la Naturaleza, tampoco debería llegar café o madera de zonas deforestadas», pero advierte que con el acuerdo tal como lo conoce hoy se permite.
La lucha por el agua

El campo español está pasando por más de un reto. el presidente de ASAJA Alicante advierte que, pese a que «tenemos más agua que nunca y, paradójicamente, la mayor amenaza es que, habiendo agua para trasvasar, nos corten el agua por una decisión política».
Los agricultores de Alicante se abastecen del Tajo, ya que la cuenca del Segura «es probablemente hoy la peor de Europa en reservas: está seca, con embalses en mínimos».
«El Tajo está en un nivel excelente, el mejor de los últimos 30 años, y, aun así, por decisión política, podemos quedarnos sin agua ni de la cuenca ni del trasvase Tajo–Segura en los próximos meses. Eso sería nefasto: primero para los agricultores —no podríamos seguir la actividad— y luego para los consumidores, porque la zona regada por el Tajo–Segura es la despensa invernal de Europa en fruta y hortaliza. Si baja la producción en Almería, Murcia y Alicante, habrá un claro descenso de oferta en toda Europa. Los ciudadanos lo pagarán con incremento de precios en hortalizas y frutas y una cesta de la compra más cara».
«Es una política de destrucción gratuita. MERCOSUR viene a rebasar un vaso ya lleno», añade.
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