España ha anunciado su retirada del Festival de Eurovisión 2026, una decisión histórica que pone fin a 64 años de participación ininterrumpida en el certamen, solo detenida por la pandemia de covid-19 en 2020.
La medida, confirmada por RTVE tras la votación de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) en Ginebra el jueves, responde directamente a la permanencia de Israel en la competición, pese a las denuncias por el conflicto en Gaza.
El Consejo de Administración de RTVE había acordado el 16 de septiembre retirar a España si Israel formaba parte del evento, argumentando el «genocidio en Gaza» y el «incumplimiento sistemático» de las normas del concurso por parte de Tel Aviv.
Así lo ratificó el presidente de la Corporación, José Pablo López, en un mensaje en X: «Lo sucedido en la Asamblea de la UER confirma que Eurovisión no es un concurso de canciones, sino un festival dominado por intereses geopolíticos y fracturado».
Esta salida implica que RTVE no participará ni emitirá la final del 16 de mayo de 2026 en Viena (Austria), ni las semifinales de los días 12 y 14.
La votación en la 95ª Asamblea General de la UER, celebrada en Ginebra, rechazó por mayoría abrumadora —738 votos a favor, 264 en contra y 120 abstenciones— un debate específico sobre la exclusión de Israel.
Siete países, con el apoyo de España, habían solicitado votaciones secretas para forzar la suspensión temporal de la televisión israelí KAN por al menos un año.
Sin embargo, la UER optó por reformas al sistema de voto, como reducir de 20 a 10 los mensajes por espectador y reforzar medidas contra el fraude, tras las sospechas de manipulación en las ediciones de 2024 y 2025.
El secretario general de RTVE, Alfonso Morales, defendió la postura española en la asamblea: «Nos gustaría expresar nuestras serias dudas sobre la participación de la televisión israelí KAN en Eurovisión 2026. La situación en Gaza, a pesar del alto el fuego y la aprobación del proceso de paz, y la utilización del certamen para objetivos políticos por parte de Israel, hacen cada vez más difícil mantener Eurovisión como un evento cultural neutral».
España no está sola en esta fractura: Irlanda, Países Bajos y Eslovenia han confirmado su boicot inmediato, sumándose a las presiones previas de Islandia y Bélgica.
El Gobierno español ha respaldado la decisión con vehemencia. La vicepresidente segunda, Yolanda Díaz, escribió en Bluesky: «La cultura siempre debe estar del lado de la paz y la justicia, no de blanquear el genocidio de Gaza». En la misma línea, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, afirmó: «RTVE ha tomado la decisión correcta por anteponer los derechos humanos a los intereses económicos».
Desde la izquierda, Irene Montero, número dos de Podemos y eurodiputada, comentó en X: «El Gobierno debe ser igual de valiente que RTVE y romper todas las relaciones con Israel».
Eurovisión nació el 24 de mayo de 1956 en Lugano (Suiza) como puente cultural post-Segunda Guerra Mundial.
La historia de España en la competición es un legado imborrable con 64 participaciones desde el debut de Conchita Bautista en Cannes el 18 de marzo de 1961 con «Estando contigo». España es uno de los tres países —junto a Reino Unido y Suecia— con presencia constante en todas las finales y forma parte del Big 5 desde 1999.
En el siglo XXI, España ha alternado destellos con decepciones. En 2025, Melody quedó en un puesto modesto con 150 puntos aproximados.
Pero más allá del desempeño de los artistas españoles, la audiencia refleja el arraigo a la competencia: este año, la final superó el 50 % de cuota de pantalla y reunió a 5 884 000 espectadores.
Pese a la retirada, el Benidorm Fest se mantiene intacto. Es más, RTVE confirmó que redoblará esfuerzos en su quinta edición, con 18 artistas ya seleccionados en octubre y premios de 100 000 euros al ganador y 50 000 al compositor.
Implicaciones diplomáticas
Esta nueva acción del Gobierno de España tensa aún más la relación con Israel.
«Precisamente, con esta postura que han adoptado en contra de Israel, están entrando directamente en ese terreno de la geopolítica», crítico el analista Julio Llorente.
El año pasado, España reconoció el Estado palestino y el Gobierno de Pedro Sánchez ha apoyado las movilizaciones propalestinas como por ejemplo en La Vuelta a España 2025, que se terminó suspendiendo por protestas contra el equipo Israel-Premier Tech.
En septiembre, Sánchez, anunció en la Moncloa un embargo de armas a Israel para «detener el genocidio en Gaza», que incluye restricciones al espacio aéreo y puertos.
Lea también: El coste oculto del embargo: ¿qué pierde España al romper con la industria militar israelí?
Este posicionamiento internacional de Moncloa lo ha ido alejando de sus históricos aliados. De hecho, Alemania celebró la permanencia de Israel en Eurovisión e instó a España a replantearse su decisión de abandonar el certamen.
Con información de EFE
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