Durante la noche del 23 de junio, Irán ha continuado con sus ataques con misiles contra Israel. Se ha ordenado a gran parte de la población urbana que busque refugio y no salga de él por el momento.
El Departamento de Estado de EE. UU. ha emitido una advertencia de viaje a todos los ciudadanos estadounidenses: «El conflicto entre Israel e Irán ha provocado restricciones en los viajes y cierres temporales del espacio aéreo en todo Oriente Medio. Existe la posibilidad de que se produzcan manifestaciones contra ciudadanos estadounidenses y los intereses de EE. UU. en el extranjero».
¿Impacto directo o solo un «retraso» en el programa nuclear?
Las imágenes de satélite mostraron que se habían producido «daños enormes» en todas las instalaciones nucleares de Irán, según anunció el presidente estadounidense Donald Trump en su plataforma online «Truth Social» en la noche del 23 de junio. «Aniquilación» [del programa nuclear iraní] sería el «término adecuado». Y añadió: «Los mayores daños se produjeron muy por debajo de la superficie terrestre. ¡¡¡Dado en el blanco!!!».
El vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, se mostró más cauteloso: «No estamos en guerra con Irán», afirmó en una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense NBC. «Estamos en guerra con el programa nuclear iraní». Sin embargo, Vance se negó a confirmar en la entrevista que las instalaciones nucleares de Irán hubieran quedado completamente destruidas por el ataque aéreo estadounidense. Más bien cree que, con su acción militar, Estados Unidos ha «retrasado considerablemente» la capacidad de Irán para desarrollar un arma nuclear.
Irán amenaza con «consecuencias eternas»
Tras los ataques aéreos estadounidenses perpetrados durante la noche del 21 al 22 de junio contra tres de sus instalaciones nucleares, Irán ha anunciado «consecuencias eternas», sin especificarlas. El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, ha subrayado ante la agencia estatal de noticias «Nour News» que el país se reserva todas las opciones para defender su soberanía.
Poco después viajó a Moscú. Según informaciones de los medios, allí se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin, supuestamente para elaborar una estrategia de respuesta. Irán y Rusia se han comprometido contractualmente en el pasado a prestarse apoyo mutuo en materia de política de seguridad y militar. Así, por ejemplo, Irán lleva varios años suministrando misiles y drones a Rusia.
Mientras tanto, el expresidente ruso Dmitri Medvédev advirtió de que «otros países» podrían suministrar ojivas nucleares a Irán. Sin embargo, Medvédev no especificó cuáles serían esos países.
¿De qué hablan exactamente Araghtschi y Putin? ¿Qué «consecuencias eternas» debate el liderazgo iraní en sus búnkeres en algún lugar del país? Básicamente, Irán tiene a su disposición una serie de estrategias. Sin embargo, en todas las consideraciones, la supervivencia del régimen de la República Islámica, que lleva 46 años en el poder, será lo primero.
La contraofensiva en la región podría afectar al ejército alemán
Según la cadena pública británica BBC, los expertos en Irán estiman que este país aún dispone de aproximadamente la mitad de su arsenal original, compuesto por unos 3000 misiles. Si los líderes iraníes decidieran no limitarse a atacar Israel, sino también las veinte bases militares estadounidenses de la región, el ejército alemán, con unos 80 soldados en el norte de Irak, también se vería afectado.
El ejército alemán mantiene un contingente en la ciudad kurda de Erbil, alojado en una base estadounidense. Ya en octubre de 2023, Irán bombardeó esta base con misiles y drones, pero todos fueron interceptados. El motivo fue la suposición de Irán de que los kurdos militantes exiliados en Irán estaban recibiendo protección de los kurdos iraquíes. Por ello, se tomó como objetivo la capital iraquí-kurda de Erbil. En nombre de Irán, sus aliados iraquíes podrían atacar bases estadounidenses u occidentales en Irak. Irán ha financiado y equipado numerosas milicias chiítas en Irak.
Un ataque contra el extenso cuartel general de la Quinta Flota estadounidense en Mina Salman, en Baréin, podría atraer más atención. Sin embargo, esto también afectaría a un Estado árabe vecino del Golfo. Esto podría disuadir a Irán de actuar contra la poderosa flota estadounidense. Una alternativa serían los «ataques en enjambre» contra buques de guerra estadounidenses individuales mediante drones y torpederos rápidos. La Armada de la Guardia Revolucionaria Iraní ha practicado ampliamente este tipo de maniobras en los últimos años. Irán también podría externalizar estos ataques a los rebeldes hutíes a los que apoya en Yemen. Estos podrían ampliar tales ataques a buques civiles entre el océano Índico y el mar Rojo.
Bloqueo del estrecho de Ormuz
Irán podría causar los mayores daños bloqueando el estrecho de Ormuz, la estrecha vía marítima por la que circula diariamente más del 20 % de las reservas mundiales de petróleo. Irán podría lograrlo colocando minas marinas. Por este estrecho paso marítimo, de solo 33 kilómetros de ancho en su punto más estrecho, circula el tráfico de petroleros de los países árabes del Golfo Pérsico.
Para bloquear por completo esta ruta marítima tan importante para la economía mundial, Irán también tendría que violar las aguas territoriales de Omán. Dependiendo de la presión interna que se acumule en el aparato de poder de Teherán, Irán podría verse tentado a ignorar a Omán, que apenas tiene peso político, en un posible bloqueo marítimo. El objetivo de tal acción podría ser provocar una crisis económica mundial que obligara al presidente estadounidense a desistir de nuevos ataques contra Irán.
Regreso a la mesa de negociaciones
Para Teherán, la opción de volver a la mesa de negociaciones con los estadounidenses no es del todo improbable. Al fin y al cabo, Trump ha anunciado, incluso después del ataque militar, que no pretende un cambio de poder en Irán, sino únicamente poner fin a su programa nuclear.
Al menos, una medida diplomática de este tipo protegería a Irán de nuevos ataques estadounidenses. Sin embargo, la reanudación de las negociaciones entre EE. UU. e Irán solo tendría posibilidades de éxito si Irán estuviera dispuesto a tomar medidas drásticas. Para poder mantener su programa nuclear civil, tendría que enviar fuera del país todo el uranio necesario para el enriquecimiento y conceder a la Autoridad Internacional de Energía Atómica (AIEA) libre acceso a todos los centros de investigación.
¿Qué decidirá el liderazgo mulá iraní? Al final, podría llegar a la conclusión de que el riesgo de parecer débil ante su propia población es mayor que los daños que podrían causar nuevos ataques estadounidenses. Es posible que Putin también ofrezca a Irán una vía para que el país vuelva a la diplomacia.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Nach den US-Angriffen auf Atomanlagen: Welche Optionen hat der Iran noch?»
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