INTERNACIONAL

Cómo la industria de defensa estadounidense está eliminando a China de la cadena de suministro

Keith Norman, del fabricante de baterías Lyten, con sede en California, afirmó que la dependencia de China se convierte en un «desafío» durante períodos de mayor riesgo geopolítico
diciembre 9, 2025 17:55, Last Updated: diciembre 9, 2025 17:55
By Chris Summers

El Pentágono necesita trasladar la producción de todos los componentes críticos a Estados Unidos. Así lo afirmó el secretario de Guerra, Pete Hegseth, en un discurso pronunciado el 30 de septiembre en Quantico, Virginia.

«El momento actual exige restaurar y reorientar nuestra base industrial de defensa y nuestra industria de construcción naval, y repatriar la producción de todos los componentes críticos a Estados Unidos», declaró Hegseth.

Reconstruir lo que Hegseth llama el «arsenal de la libertad» implica garantizar que la base productiva de Estados Unidos ya no dependa de China, de otros actores hostiles ni de cadenas de suministro vulnerables.

«La disuasión falla cuando se retrasa la entrega»

«La disuasión falla cuando se retrasan las entregas de material», declaró a The Epoch Times Steve Aberle, director ejecutivo de Rohirrim, empresa con sede en Washington que desarrolla software de compras para la industria aeroespacial y de defensa. «Lo que pretendemos es que la entrega puntual sea la norma para Estados Unidos y sus aliados».

«La guerra empieza cuando surgen vulnerabilidades, de modo que las cerramos mediante adquisiciones antes de que tengan impacto, para evitar que cualquier adversario perciba una ventaja», afirmó Aberle.

La situación actual es consecuencia directa del auge de la industria manufacturera china, cuya cuota en la producción mundial aumentó del 9 % al 23 % entre 2004 y 2023. Al mismo tiempo, cada vez se fabrican menos productos en Estados Unidos.

Un ejemplo de ello es Magnequench, empresa fundada por General Motors (GM) en 1986 para fabricar imanes de neodimio-hierro-boro utilizados en munición guiada de precisión, principalmente para el Pentágono.

En 1995, GM vendió Magnequench por 56 millones de dólares (48 millones de euros) a un consorcio respaldado por inversores chinos, que posteriormente cerró dos plantas de fabricación de imanes en Indiana.

Como consecuencia de ello, «Estados Unidos ya no puede construir un solo misil guiado sin permiso de Pekín», escribió Michael Dunne en un informe de junio de 2025 en The Dunne Insights Newsletter. «La base industrial de defensa de Estados Unidos se había vaciado por 56 millones de dólares (48 millones de euros): el coste de un solo avión de combate F-35».

El 24 de febrero de 2021, el presidente Joe Biden firmó la Orden Ejecutiva 14017, que ordenaba al Departamento de Defensa y a otras ramas del gobierno revisar las cadenas de suministro críticas.

Biden declaró entonces: «Estados Unidos necesita cadenas de suministro resilientes, diversas y seguras para garantizar nuestra prosperidad económica y seguridad nacional».

Se lanzó el programa de Expansión de la Capacidad de Manufactura y Priorización de la Inversión (MCEIP), destinado a abordar las vulnerabilidades en la cadena de suministro de la base industrial estadounidense. En abril de 2023, adjudicó contratos para «fortalecer las cadenas de suministro de sistemas hipersónicos y estratégicos».

En febrero de 2024, el Departamento de Defensa de EE. UU. otorgó siete contratos por un valor de 192,5 millones de dólares (165,22 millones de euros) para restablecer la fabricación de ciertas sustancias químicas críticas en Estados Unidos.

Gracias a estas inversiones, se están creando cientos de nuevos empleos en Colorado, Luisiana, Ohio, Oregón y California.

Por ejemplo, METSS Corporation, con sede en Westerville, Ohio, recibió un contrato de 14 millones de dólares (12 millones de euros) para producir diversas sustancias químicas, incluido el sulfato de potasio, que se utiliza como supresor de fogonazo en artillería y armas de fuego.

«Nuestro objetivo es simple: transformar todo el sistema de adquisición para que funcione en condiciones de guerra», declaró Hegseth en un discurso el 7 de noviembre. «Para acelerar rápidamente el despliegue de capacidades y centrarnos en los resultados, nuestro objetivo es construir y reconstruir el arsenal de la libertad».

Estrategia de transformación de adquisiciones

También presentó una nueva estrategia de transformación de adquisiciones destinada a preparar la base industrial para un posible conflicto y a pasar de una cultura centrada en el cumplimiento a otra orientada a la rapidez y la ejecución.

Los discursos de Hegseth no son fortuitos, afirmó Aberle, quien señaló que reformar la estrategia de adquisiciones había sido una prioridad clave de la administración entrante de Trump.

Aberle afirmó que la importancia de asegurar de forma adecuada tecnología, armas y servicios quedó patente desde el regreso de Trump a la Casa Blanca para su segundo mandato en enero.

«Ya desde el primer día, la Casa Blanca ofreció directrices sobre cómo debía abordar cada agencia las adquisiciones», afirmó Aberle.

El 23 de enero, Trump expresó su deseo de que Estados Unidos pudiera competir en igualdad de condiciones con China en materia comercial.

Pekín había obtenido sus ventajas comerciales al no jugar limpio con Occidente, según declaró a The Epoch Times Iain Duncan Smith, miembro del Parlamento británico y exlíder del Partido Conservador.

«China ha desobedecido todas las normas de la Organización Mundial del Comercio sobre comercio justo», afirmó Duncan Smith, y señaló que habían decidido deliberadamente no convertirse en miembro de pleno derecho de la OMC, lo que significaba que se les había otorgado la condición de «país en desarrollo».

En septiembre, el líder chino, Xi Jinping, anunció que Pekín ya no solicitaría el trato especial otorgado a los países en desarrollo.

China y las normas de la OMC

Duncan Smith afirmó que a China se le había permitido «flexibilizar las normas» y que eso le había facilitado dominar diversos mercados.

«Se saltan las normas de la OMC sobre el libre mercado, subvencionan con enormes cantidades de dinero a empresas que consideran que podrían fracasar… China ha vulnerado las normas de inversión, ha infringido las relativas al trabajo esclavo y está utilizando mano de obra forzada», declaró Duncan Smith.

Añadió que, como resultado, ese modelo le permite producir una amplia gama de productos a precios mucho más bajos que en Occidente, lo que lleva a la quiebra a sus competidores en Estados Unidos y Europa.

Keith Norman, director de marketing de Lyten, con sede en California, declaró a The Epoch Times que la globalización no era en absoluto una mala estrategia y que seguía teniendo sentido para algunas de las empresas más rentables de Estados Unidos y Europa, como Apple y Nvidia.

Añadió que la fórmula de externalizar la fabricación a China y otros países con bajos costes estaba generando enormes beneficios económicos para Estados Unidos y Europa.

El riesgo geopolítico plantea un desafío

«Esto empieza a convertirse en un desafío cuando se entra en un período de mayor riesgo geopolítico», afirmó Norman.

Añadió que ese riesgo aumenta cuando productos como chips, baterías, paneles solares o turbinas eólicas pasan a ser esenciales para la seguridad energética y nacional.

El problema quedó patente el 5 de noviembre, cuando el fabricante holandés de chips Nexperia emitió un comunicado en el que afirmaba que ya no podía garantizar la calidad ni la autenticidad de los componentes producidos en sus instalaciones chinas, tras detectar que sus filiales en China habían ignorado las directrices de la dirección.

Lyten, una startup de Silicon Valley, anunció el 7 de agosto la firma de un acuerdo vinculante para adquirir las plantas en Suecia y Alemania del fabricante escandinavo de baterías para vehículos eléctricos (VE) Northvolt —actualmente en quiebra—, así como una planta en Polonia que ya había comprado previamente, con el fin de expandir a Europa su tecnología de baterías de litio-azufre.

«Estamos construyendo una batería más ligera que la de iones de litio, obtenida a partir de subproductos industriales de Estados Unidos y Europa, lo que nos permite eliminar por completo la cadena de suministro que pasa por China y, al mismo tiempo, ofrecer baterías de mayor rendimiento», declaró Norman.

El 26 de abril de 2021, el senador Marco Rubio (republicano por Florida) y el representante David McKinley (republicano por Virginia Occidental) encabezaron un grupo bipartidista de legisladores que instó al Gobierno de Biden a crear una «cooperativa metalúrgica de tierras raras» para reducir la dependencia de Pekín en la obtención de minerales especializados utilizados en productos electrónicos y armamento. Sin embargo, se avanzó poco hasta la llegada de la segunda administración de Trump.

Este año, Pekín ha impuesto restricciones a la exportación de tierras raras —un grupo de 17 elementos utilizados en una amplia gama de productos, incluidos aviones militares y submarinos—, lo que se ha convertido en un punto central de la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China.

El 4 de abril, el régimen chino impuso controles a la exportación de ciertos elementos, que, según el secretario del Interior de Estados Unidos, Doug Burgum, dejaban «a pocas semanas» el cierre de plantas estadounidenses que fabrican desde automóviles hasta aviones de combate.

El 9 de octubre de 2025, Pekín amplió estas restricciones.

El 30 de octubre, Trump se reunió con el líder chino Xi Jinping y acordó eliminar algunos aranceles a cambio de que Pekín reanudara las exportaciones de tierras raras como el holmio, el erbio, el tulio, el europio y el iterbio.

Trump también afirmó que visitaría China en abril de 2026.

Unos días después, el 5 de noviembre, la Armada china presentó su nuevo portaaviones, el Fujian, con el objetivo de mostrar su poderío militar en el Pacífico.

En una entrevista emitida el 2 de noviembre en el programa 60 Minutes de la cadena estadounidense CBS, Trump afirmó que Estados Unidos pondría fin a su dependencia de China para obtener minerales de tierras raras en un plazo de 18 meses. Enmarcó este objetivo en un «programa de emergencia» destinado a construir cadenas de suministro nacionales y aliadas, y lo describió como una prioridad clave de seguridad nacional tras las recientes restricciones a la exportación impuestas por Pekín.

El 21 de octubre, cuando Northrop Grumman presentó sus resultados del tercer trimestre de 2025, su directora ejecutiva, Kathy Warden, se refirió al problema de la cadena de suministro.

«Afortunadamente, contamos con dos fundiciones en Estados Unidos donde diseñamos, producimos y envasamos microelectrónica. Esto nos ha permitido reducir la dependencia de las tierras raras al revisar la cadena de suministro y anticiparnos a las necesidades de aprovisionamiento para mantener la producción», declaró Warden.

«Nos complace enormemente que el Gobierno estadounidense esté trabajando activamente para establecer fuentes de suministro adicionales, incluso dentro del país, y colaborando con nuestros aliados para que también inviertan en estas capacidades en su territorio», añadió.

La mitigación de riesgos será una prioridad para Estados Unidos en los próximos años, afirmó Aberle.

«Es importante poder recurrir a Estados Unidos y a sus aliados desde una perspectiva económica», indicó. «No solo desde el punto de vista económico, sino también en términos de mitigación de riesgos».

«Esto estará muy presente en el futuro. Es una prioridad para el secretario Hegseth y para el Departamento de Guerra».

Norman señaló que el gran desafío consiste en afrontar el hecho de que, para demasiados productos, los principales proveedores se encuentran en China y que, en consecuencia, resulta necesario diversificar la cadena de suministro.

Añadió que el Pentágono estaba utilizando su poder adquisitivo para impulsar esa diversificación.

Pero también existe preocupación por la posibilidad de que Pekín esté intentando explotar las cadenas de suministro dentro de Estados Unidos.

La experta en asuntos chinos Cheryl Yu testificó ante la Legislatura de Wisconsin el 21 de octubre, advirtiendo de que varias propiedades industriales y agrícolas de titularidad china en ese estado tienen vínculos con el Departamento de Trabajo del Frente Unido, una rama del Partido Comunista Chino (PCCh).

The Epoch Times contactó, a través del Departamento de Guerra, con John Shultz, de la Oficina del Subsecretario de Guerra para la Política de Base Industrial, en relación con el MCEIP. No ha recibido respuesta.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «How the US Defense Industry Is Removing China From the Supply Chain»

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