Desde mediados de marzo, el ambiente en la capital húngara es tenso. Cada semana, miles de manifestantes se reúnen bajo el liderazgo de los partidos de la oposición y del diputado independiente Ákos Hadházy para protestar contra las recientes modificaciones legislativas y constitucionales del Gobierno.
Una nueva ley permite a las autoridades prohibir los actos públicos LGBTQ+ e identificar a los participantes en cualquier protesta mediante tecnología de reconocimiento facial. Tanto los organizadores como los participantes en actos LGBTQ+ prohibidos pueden ser sancionados con multas elevadas.
Las preocupaciones no solo están dirigidas contra las restricciones a miembros LGBTQ+, sino también contra la posibilidad de que el Gobierno pueda limitar en general la libertad de expresión y de reunión en Hungría.
El punto de partida fue una modificación de la ley de reunión aprobada el 18 de marzo. Esta establece que, en principio, no se podrán autorizar en el futuro los eventos que traten públicamente temas relacionados con la orientación sexual o la identidad de género, como el Desfile del Orgullo de Budapest. El objetivo declarado es la protección de los menores.
A mediados de abril, el Parlamento húngaro aprobó además una enmienda a la Constitución que consagraba esta modificación legislativa. Entre otras cosas, establece que todo niño tiene derecho a la protección y el cuidado necesarios para su desarrollo físico, mental y moral. Además, se establece legalmente que una persona es masculina o femenina.
El debate se sigue con atención tanto dentro de Hungría como a nivel internacional. Las llamadas «ocupaciones de puentes», en las que se bloquearon las principales arterias de tráfico, despertaron especial atención. A pesar de los obstáculos policiales y judiciales, Hadházy tiene previsto organizar una gran manifestación el 1 de mayo.
¿Cuál es el objetivo exacto de las protestas?
Según Hadházy, el principal organizador, las protestas no solo están dirigidas contra las restricciones a los eventos LGBTQ+, sino también contra la posibilidad de que el Gobierno limite la libertad de expresión y de reunión en Hungría.
El diputado independiente se pronunció al respecto en una entrevista con el portal de noticias «24.hu»: «Nuestro objetivo es claro. El Gobierno debe retirar la ley que restringe la libertad de reunión. No se trata solo de prohibir el desfile del Orgullo, sino también de impedir futuras manifestaciones críticas con el sistema».
Hadházy expresó su temor de que la nueva ley allane finalmente el camino para la introducción generalizada de sistemas de reconocimiento facial. Las tecnologías de reconocimiento facial ahora permitidas sirven para identificar y sancionar más fácilmente a los participantes en las protestas.
En su opinión, ahí radica precisamente el verdadero núcleo de la actual iniciativa del Gobierno, mientras que todas las demás medidas no son más que «ruido de fondo» y polarización deliberada.
Le preocupa especialmente que estos sistemas puedan utilizarse en el futuro para «prevenir» infracciones administrativas. Hadházy habló de una amenaza de «vigilancia total», como la que ya existe en China.
La reacción del Gobierno de Orbán
A principios de abril de 2025, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se pronunció sobre las protestas en curso en una entrevista con la emisora pública «Kossuth Rádió». «Todo el mundo puede expresar su opinión si lo desea, incluso con vehemencia», declarço Orbán. Sin embargo, añadió que no era aceptable perturbar la vida cotidiana de las personas ocupando puentes.
Orbán subrayó que, si fuera necesario, el Gobierno tomaría medidas legales para garantizar que se respeten los derechos de los ciudadanos que no protestan.
A petición del periódico económico «hvg.hu», el Gobierno comunicó su posición sobre la modificación de la ley que prohíbe las concentraciones del Orgullo. «A pesar de las exigencias de Bruselas, Hungría no renunciará a proteger a los niños de la propaganda agresiva LGBTQ. La ley de protección de la infancia aprobada anteriormente sirve eficazmente a este objetivo, y cualquier medida adicional del Gobierno tendrá en cuenta este objetivo».
En cuanto al uso del reconocimiento facial en las protestas, el Gobierno destacó las ventajas en materia de seguridad. Bence Rétvári, secretario de Estado parlamentario del Ministerio del Interior húngaro, se pronunció sobre el tema en el Parlamento a finales de marzo. Afirmó que el uso de este tipo de tecnologías no es nada inusual hoy en día. El reconocimiento facial también se utiliza para acceder al Parlamento, y muchos lo utilizan a diario para desbloquear sus teléfonos móviles.
Según el secretario de Estado, las fuerzas del orden deben mantenerse al día con los avances tecnológicos. No se puede volver a métodos antiguos como los retratos robot. La tecnología moderna es fundamental para mantener el orden público, afirmó.
La sexta manifestación anunciada por Hadházy para el martes 22 de abril, que volvería a bloquear un puente, ha sido rechazada tanto por la policía como por el tribunal.
El tribunal solo autorizó la celebración del acto en otro lugar. En su argumentación, señaló además que en las protestas autorizadas anteriormente había habido muy pocos participantes. La policía también prohibió el bloqueo de puentes para las protestas del 1 de mayo. Como lugar alternativo se ofreció la plaza Lajos Kossuth, frente al edificio del Parlamento.
El 22 de abril, Hadházy hizo una declaración a pesar de la prohibición oficialse y se dirigió solo «paseando» al puente Elisabeth, seguido por numerosos simpatizantes. La policía finalmente intervino, pero se desarrolló una acción de protesta no oficial que se convirtió en la sexta ocupación simbólica del puente.
Hadházy subrayó que las protestas actuales se diferencian de movimientos anteriores en que continuarán hasta que se logren cambios políticos concretos. En las manifestaciones que él organiza participan miembros de diversos partidos de la oposición, en particular del movimiento liberal Momentum y de la coalición socialdemócrata Demokratikus Koalíció (DK).
Muchos de los manifestantes expresaron su descontento con el Gobierno del primer ministro Orbán, especialmente en relación con las acusaciones de corrupción y los abusos de poder percibidos. También participaron grupos que abogan por una mayor integración de Hungría en la Unión Europea o que querían expresar su solidaridad con Ucrania.
A pesar del amplio apoyo dentro de la oposición, también hay otras posiciones. Péter Magyar, presidente del recién fundado partido TISZA (Respeto y Libertad) y actualmente el político opositor más destacado, se mostró escéptico. Afirmó que considera ineficaz esta forma de protesta y subrayó que las leyes solo pueden cambiar mediante una victoria electoral en 2026 y un posterior cambio de Gobierno. También recordó que iniciativas similares ya habían fracasado en el pasado.
La evolución de la situación en Hungría también está llamando la atención a nivel de la UE. En este contexto, a mediados de abril de 2025, una delegación de cinco eurodiputados viajó a Hungría para evaluar la situación de los derechos fundamentales y el Estado de derecho en el país.
Los diputados, encabezados por la política verde neerlandesa Tineke Strik, mostraron su preocupación por las recientes modificaciones legislativas y constitucionales. Hablaron de un «ambiente muy hostil» hacia la comunidad LGBTQ+. La delegación pidió a la Comisión Europea que solicitara al Tribunal de Justicia de la Unión Europea la suspensión provisional de la controvertida ley.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Big Brother in Budapest? Orbán will Demonstranten per Gesichterkennung identifzieren» con la edición de The Epoch Times España
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en España y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.