En una audiencia celebrada el 3 de diciembre, el Tribunal Constitucional de Polonia determinó que los objetivos y las actividades del Partido Comunista de Polonia son incompatibles con la Constitución, una resolución que supone la ilegalización de la formación.
El fallo se dictó por unanimidad en sesión plenaria presidida por el presidente del Tribunal, Bogdan Święczkowski. Krystyna Pawłowicz actuó como jueza ponente.
«Los objetivos y actividades del Partido Comunista de Polonia son incompatibles con el artículo 13, en relación con lo dispuesto en el artículo 11, apartado 1, segunda frase, de la Constitución de la República de Polonia», dice el texto de la sentencia.
En la justificación de la sentencia, la jueza ponente declaró que «no hay lugar en el ordenamiento jurídico de la República de Polonia para un partido que glorifique a criminales y regímenes comunistas responsables de la muerte de millones de seres humanos, incluidos nuestros compatriotas, los ciudadanos polacos».
El alto tribunal estudió dos mociones: una fue presentada por el fiscal general y otra por el presidente de la República de Polonia. La primera se registró en 2020 por el entonces titular de la Fiscalía General, Zbigniew Ziobro, mientras que la solicitud del jefe del Estado se recibió a comienzos de noviembre de este año.
Según el comunicado del Tribunal difundido tras conocerse la sentencia, los magistrados compartieron los argumentos del presidente del Instituto de la Memoria Nacional, Karol Nawrocki, quien destacó que «el comunismo, como resultado de la criminal revolución bolchevique […] cambió trágicamente el rostro de […] una enorme parte del mundo, y sus […] consecuencias sociales y económicas se sienten en muchos países […] hasta el día de hoy. La ideología comunista está dirigida contra los valores fundamentales de la humanidad, así como contra las tradiciones de la civilización europea y cristiana», señaló.
En su justificación, el presidente polaco también escribió: «Polonia fue y sigue siendo una de las mayores víctimas del comunismo. En 1920, gracias al coraje de los soldados polacos y de toda la nación, se logró alejar de nuestra patria la amenaza de expansión del comunismo y de los crímenes que traía consigo», palabras que el Tribunal recordó en su comunicado.
Los jueces señalaron: «En este contexto, resulta especialmente chocante el programa del Partido Comunista de Polonia, que se remite a la actividad del antiguo Partido Comunista Obrero de Polonia antes de la guerra y ensalza el ataque de la Rusia soviética contra Polonia en 1920».
A continuación recordaron la relativización de la Masacre de Katyn, sobre la que escribió el entonces fiscal general en su moción de diciembre de 2020.
«Todavía más chocante es ese fragmento del programa del Partido Comunista de Polonia (KPP) en el que a los oficiales polacos asesinados en Katyn, Miednoje, Starobielsk, Ostaszków y otros lugares vinculados a la masacre se les denomina, en las páginas de su órgano de prensa oficial, terratenientes y burguesía, funcionarios y agentes de nivel medio del aparato de violencia, del aparato de defensa, seguridad y represión del Estado burgués […], y, finalmente, se califica a nuestros héroes como «el frente anticomunista más feroz, ideológico-político”», subrayaron los jueces.
«Todo esto ocurrió en la República de Polonia, cuya Constitución prohíbe la existencia de partidos que hagan referencia en sus programas a los métodos y prácticas totalitarias del comunismo», señalaron los representantes del Tribunal en el comunicado.
Como recordaron los jueces, de acuerdo con la Ley de Partidos Políticos, «si el Tribunal Constitucional emite un fallo sobre la no conformidad de los fines o actividades de un partido político con la Constitución, el tribunal emitirá inmediatamente una decisión de eliminar al partido político del registro».
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«La ideología más peligrosa de la historia de la humanidad»
Como resultado de los crímenes del comunismo, según estimaciones, 100 millones de personas perdieron la vida en todo el mundo. Murieron a causa de guerras, torturas, hambrunas, genocidios, así como en los gulags y en los campos de concentración.
Marion Smith, exdirectora ejecutiva de la Fundación en Memoria de las Víctimas del Comunismo, afirmó que «el comunismo demostró ser la ideología más peligrosa de la historia de la humanidad». Se cobró más vidas que el nazismo. Sin embargo, el comunismo no tuvo «su propio Núremberg», algo que el juez Pawłowicz también recordó el miércoles.
Las decisiones de gobiernos y parlamentos que recuerdan la naturaleza criminal del comunismo resultan especialmente significativas.
En julio de este año, el presidente checo, Petr Pavel, firmó una enmienda al Código Penal que, entre otras cosas, identifica explícitamente a los movimientos nazi y comunista como violadores de los derechos humanos y las libertades, y otorga mayor peso a las sanciones alternativas y económicas por promover el nazismo y el comunismo. Estas disposiciones entrarán en vigor en 2026.
Según los proponentes de la ley checa, minimizar o negar los crímenes del comunismo debe considerarse una manifestación comparable al nazismo.
En los países gobernados por regímenes comunistas se siguen cometiendo hoy crímenes que estremecen.
Uno de los crímenes más horrendos es la sustracción forzada de órganos a personas vivas que el Partido Comunista Chino (PCCh) comete contra sus propios ciudadanos. Expertos y activistas de derechos humanos afirman que esta práctica se mantiene desde hace más de dos décadas.
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El Tribunal de China, con sede en Londres, independiente, y presidido por Sir Geoffrey Nice KC, juez que dirigió el procesamiento de Slobodan Milošević ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia en La Haya, dictaminó, tras muchos meses de investigación, que los practicantes de Falun Gong, una disciplina de cultivación del cuerpo y la mente basada en los tres principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, fueron y siguen siendo en China el principal grupo de víctimas asesinadas para extraerles los órganos.
Investigadores independientes también informan cada vez con mayor frecuencia que los uigures que viven en la región china de Xinjiang son otro grupo de víctimas de este crimen.
Expertos en asuntos chinos, activistas de derechos humanos y testigos que sobrevivieron a las atrocidades del régimen chino llevan años tratando de exponer la verdad sobre el Partido Comunista Chino y su verdadera naturaleza.
De particular interés son dos proyectos de ley en el Congreso de los Estados Unidos que ya han sido aprobados por la Cámara de Representantes y están a la espera de ser votados en el Senado: la Ley para Detener la Sustracción Forzada de Órganos (HR 1503) y la Ley de Protección de Falun Gong (HR 1540).
Artículo publicado primero en The Epoch Times Polonia con el título «Trybunał Konstytucyjny jednogłośnie wydał orzeczenie prowadzące do delegalizacji Komunistycznej Partii Polski»
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