La Comunidad de Madrid ha iniciado la impartición del taller educativo «Pasado y presente del terrorismo de ETA: el testimonio de los jóvenes», una iniciativa que busca llenar un vacío en la educación cívica al llevar directamente a las aulas el dolor y la lección de las víctimas de la banda terrorista.
Presentado el 14 de octubre en el Colegio Nueva Castilla de Vallecas, el programa se dirige a alumnos de 4º de ESO y Bachillerato en 22 centros educativos públicos, y se extenderá al próximo año lectivo.
Organizado por la Dirección General de Juventud en colaboración con la entidad Ego Non —un colectivo de jóvenes vascos y navarros fundado por figuras como Teresa Beitia—, el taller consta de charlas de 50 minutos que combinan testimonios personales, recursos audiovisuales y debate para deslegitimar el terrorismo y fomentar valores democráticos.
El peso de las 853 víctimas fatales de ETA
En un país donde el 80 % de los 853 asesinatos de ETA ocurrieron durante la democracia —entre 1978 y 2011—, esta propuesta llega en un momento clave.
España ha visto recientemente cómo el enaltecimiento de la banda persiste: pintadas como «Gora ETA» en frontones de Pamplona, pancartas en los Sanfermines pidiendo la excarcelación de presos etarras o manifestaciones semanales por su regreso al País Vasco.
La propia Teresa Beitia relató en la sesión inaugural del martes cómo, durante el Mundial de Fútbol de 2002, siendo una niña, fue increpada por personas más grandes que ella por llevar la bandera española. A su vez, denunció la continuidad de ETA en la apropiación de fiestas: «En los San Fermines, un euro de las cervezas no se sabe a dónde va a parar […] y siempre muestran la pancarta de que los presos vuelvan a las cárceles de aquí […] Todas las semanas hay un reducto de personas que se manifiestan por la excarcelación».
Testimonios que estremecen
El taller no solo revive el pasado —con sus 3300 atentados, más de 7000 heridos, 86 secuestros y el exilio de más de 200 000 ciudadanos del País Vasco—, sino que aborda el presente.
Beatriz Botella Mateu, ponente principal en la presentación y nieta y sobrina de dos víctimas, criticó abiertamente la normalización política de la izquierda abertzale: «Bildu cambia los trajes por las bombas».
Botella relató con crudeza el asesinato de su abuelo, el magistrado José Francisco Mateu Cánoves, en noviembre de 1978: «En una mañana de noviembre, los asesinos estaban escondidos tras un coche y al salir del portal le dispararon y le dejaron con 32 impactos de bala. El pecho acabó como un colador. Se cebaron sobremanera».
Los autores, Henri Parot y Jacques Esnal, podrían quedar libres en cuatro años: «[A Parot] seguramente le tengamos de potes por San Sebastián en 2029 con su familia. No va a cumplir ni una cuarta parte de su condena», lamentó Botella.
Su tío, el guardia civil Ignacio Mateu Istúriz, fue asesinado en 1986 en un atentado bomba-trampa en Aretxabaleta: «Pisó una bomba que dejó ETA y se quedó sin brazos y sin piernas […] murió desangrándose en la sala de operaciones del hospital, y su compañero murió decapitado».
La joven mujer enfatizó el impacto intergeneracional: «No ha servido para nada el sacrificio de mi abuelo y mi tío. Solo pedimos memoria, dignidad y justicia. El terrorismo no solo destruye a las familias, deja huellas imborrables a las generaciones».
En un vídeo proyectado, su madre lamentó el olvido: «Es tristísimo que ahora, con el paso de los años, la gente, en aras de no sé qué pacificación, de no sé qué concordia, de no sé qué, pueda olvidar los años que se pasaron en este país».
Un silencio que revela la urgencia
La sesión comenzó con una pregunta reveladora: ¿quiénes eran Miguel Ángel Blanco, José Antonio Ortega Lara o Gregorio Ordóñez? Ningún alumno respondió, un silencio que subraya la urgencia de la iniciativa.
Emilio Viciana, consejero de Educación, Ciencia y Universidades, declaró en la presentación: «El terrorismo de ETA forma parte esencial de la historia de España y la historia hay que conocerla entera, sin omisiones y por orden cronológico. El pasado tiene mucha relevancia en el presente y en el futuro y cualquier ciudadano debe conocer la realidad de su pasado para poder afrontar ese presente y ese futuro».
Ana Dávila, consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, añadió: «Estos talleres trasladan lo que sufrieron esas familias y personas que perdieron la vida o la libertad, así como lo que actualmente tienen que vivir hijos o hermanos ante determinadas circunstancias que desgraciadamente todavía suceden».
Un currículo reforzado contra el terrorismo
Esta no es una acción aislada.
Desde el curso 2021/22, las Consejerías de Educación y Presidencia, Justicia y Administración Local ofrecen formación específica a docentes sobre el terrorismo y sus consecuencias, con recursos bibliográficos y documentales para ESO y Bachillerato.
En el curso 2024/25, se incorporaron al currículo de Geografía e Historia —bloque «Retos del mundo actual»— temas como la Constitución de 1978, la libertad, la igualdad ante la ley, la protección a la infancia, mafias juveniles, drogas, delitos en redes, tráfico de personas, narcotráfico, suicidio, autolesiones, legítima defensa y la misión del Ejército y la Policía.
Estos contenidos se adaptan a los cuatro cursos de ESO, reforzando la educación en valores democráticos.
Contra el blanqueo de ETA
Políticos conservadores ven en este taller un baluarte contra el blanqueo de ETA por parte de partidos políticos de izquierda.
La presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el Debate del Estado de la Región del 12 de septiembre, rechazó volver a debatir sobre ETA con la oposición: «No volveré a explicar lo que ha supuesto la historia de ETA en España […]. No voy a volver a cuestionar que esos herederos políticos son los amigos y la mano derecha e izquierda de Más Madrid».
Ayuso, crítica con el Gobierno central liderado por el PSOE por el acercamiento de presos etarras, ha impulsado esta iniciativa como parte de su agenda de memoria democrática.
Lo propio ha hecho Vox, que inclusive ha cuestionado al Partido Popular, al que pertenece Ayuso, por haberse opuesto a la ilegalización de Bildu.
El impacto de la verdad
El taller se alinea con efemérides nacionales, como el Día de la Memoria a las Víctimas del Terrorismo en la Guardia Civil (que recuerda el atentado del 14 de julio de 1986 en la Plaza de la República Dominicana, Madrid, con 12 fallecidos), o el Día de las Víctimas del Terrorismo en la Policía Nacional (16 de junio, por el asesinato de la inspectora María José García Sánchez en 1981).
Estas fechas recuerdan que ETA, fundada en 1958 y con primera víctima mortal en 1968, actuó durante 52 años.
Los alumnos, que en muchos casos desconocían esta parte de la historia, han quedado impactados con estas tragedias.
En diálogo con Europa Press, Lucía y Víctor, dos alumnos que asistieron a la charla, recalcaron que hasta ahora conocían muy poco de la banda terrorista. Ambos manifestaron que les llamó la atención la forma en la que los terroristas de ETA mataban y extorsionaban a la gente.
«Me ha parecido muy fuerte y cruel», recalcó la estudiante.
Beitia y Botella cerraron la sesión insistiendo: «Si queremos que la historia no se repita, necesitamos que esos jóvenes sean plenamente conscientes de lo que ha sucedido en este país durante más de 50 años».
Botella remató su intervención con una queja visceral: «Los presos se quejan de su lejanía mientras yo tengo que ir al cementerio a ver a mi familia». Nada más que agregar.
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