En resumen:
En el Sol hay actualmente una enorme región de manchas solares capaz de generar una tormenta solar dirigida hacia la Tierra.
El Centro Aeroespacial Alemán (DLR) supervisa su evolución en tiempo real.
Los investigadores comparan las condiciones con las del evento Carrington de 1859.
En la madrugada del jueves ya se registró una primera eyección.
En los últimos días, investigadores del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) han observado, a unos 150 millones de kilómetros de distancia, un fenómeno potencialmente preocupante: en el horizonte oriental de nuestro Sol han aparecido varias regiones de manchas solares especialmente activas.
Región de manchas solares excepcionalmente grande
Las manchas solares son áreas algo más frías y oscuras de la superficie del Sol, generadas por campos magnéticos. Se forman de manera recurrente, pero lo inusual del complejo más reciente es su tamaño.
Este complejo de manchas solares está formado por tres regiones activas, denominadas AR 4298, 4294 y 4296. La mayor de ellas, AR 4294, es una de las más extensas del ciclo solar actual: su superficie de manchas es al menos diez veces superior a la de la Tierra y su longitud equivale a 14 diámetros terrestres, casi 180 000 kilómetros. Esta región, por sí sola, tiene potencial para desencadenar un potente evento solar de clase M o X.
Comparable al evento Carrington
El tamaño de todo el complejo de manchas solares es comparable al observado por el astrónomo británico Richard Carrington el 1 de septiembre de 1859. Apenas un día después, la mayor tormenta solar registrada científicamente hasta la fecha alcanzó la Tierra.
El resultado fueron intensas auroras, visibles en lugares tan lejanos como Cuba y Roma e incluso en la región ecuatorial. También se produjeron numerosas interrupciones e incendios en los postes de telégrafo debido a las corrientes inducidas.
Si una tormenta solar de características similares impactara hoy la Tierra, las consecuencias serían aún más graves. Dado que nuestra infraestructura es ahora mucho más vulnerable, podrían registrarse fallos en los satélites, la navegación (GPS), las comunicaciones, las redes eléctricas y otros sistemas tecnológicos esenciales.
El Centro Aeroespacial Alemán (DLR) sigue de cerca la situación. Según la agencia, «su tamaño, comparable al de la región de Carrington, aumenta significativamente la probabilidad de erupciones solares». El DLR analiza en tiempo real los cambios en la actividad solar y su posible impacto en la meteorología espacial, lo que permite emitir alertas tempranas y aplicar con antelación las medidas de protección necesarias.
Primera gran eyección registrada
En la actualidad, la región de manchas solares visible desde la Tierra avanza hacia la parte central del disco solar. Estas llamadas «regiones activas» se caracterizan por campos magnéticos especialmente intensos y complejos y, en física solar, se consideran las principales fuentes de las erupciones más potentes, entre ellas las llamaradas y las eyecciones de masa coronal.
De la región actualmente activa surgió, en la madrugada del jueves 4 de diciembre, a las 3:50 a. m. (hora alemana), una llamarada solar algo más intensa. Según el portal SpaceWeatherLive, fue clasificada como M6.
Una llamarada de este tipo todavía no supone una amenaza para nuestra infraestructura eléctrica; la erupción del evento de Carrington fue mucho más intensa. No obstante, en los próximos días podrían producirse nuevas erupciones en la mencionada «región activa», potencialmente de mayor fuerza. Si se dirigieran hacia la Tierra, el riesgo aumentaría en función de su orientación y de su intensidad. La secuencia típica sería la siguiente:
Primero, tiene lugar una llamarada solar brillante con intensa radiación de rayos X y ultravioleta, que afecta sobre todo a la ionosfera terrestre.
Uno o dos días después, puede formarse una nube de plasma que roce o impacte el campo magnético terrestre, con el consiguiente riesgo de tormenta geomagnética. Con cielos despejados, las auroras podrían llegar a verse en Alemania, como ocurrió en mayo de 2024.
1000 kilómetros por segundo
En una «región activa», los campos magnéticos locales en la superficie del Sol son significativamente más intensos. Cuando las líneas de campo, normalmente cerradas, que confinan el plasma solar se rompen, este queda liberado y es expulsado al espacio: es lo que se denomina una llamarada solar. En fases posteriores, el flujo de partículas asociado se conoce como viento solar.
La nube de plasma expulsada está formada por partículas cargadas, como electrones, protones y otros núcleos atómicos. Se aleja del Sol a velocidades de aproximadamente 1000 kilómetros por segundo. De este modo, los 150 millones de kilómetros que la separan de la Tierra se recorren en uno o dos días.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Gefahr für unser Stromsystem? Riesiger Sonnenfleckenkomplex zeigt Richtung Erde».
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